Este artículo se publicó hace 2 años.
Crónica de la campañaLos posibles pactos protagonizan la sexta jornada de la campaña en Castilla y León
El PP busca aglutinar el voto de la derecha, Cs afirma que vetará a Vox, el PSOE y Unidas Podemos llaman a quien quiere un cambio, mientras los partidos provinciales no se cierran a acuerdos.
Los pactos postelectorales y las expectativas de cada partido marcan siempre las campañas electorales. En los cuarteles generales se analizan los datos y se hace hincapié en aquellos lugares en los que se pueden obtener los mayores beneficios.
Esta campaña es también un experimento. Es la primera vez que los castellanos y leoneses votan en exclusiva a la Junta. Siempre los comicios en esta Comunidad habían ido junto a las municipales. Esto ofrece incertidumbre al respecto de la abstención y a la hora de saber con exactitud por dónde van los tiros. Quien logre movilizar a sus votantes, tendrá mucho ganado.
Cada partido tiene su objetivo y su idea de lo que es el éxito y el fracaso. El del PP, según recoge Efe, es lograr más votos que toda la izquierda junta y que Alfonso Fernández Mañueco, de este modo, logre marcarse un Ayuso, conformar un gobierno en solitario, sin Vox, y empuje a Pablo Casado hacia La Moncloa.
El escenario más probable, según las encuestas, es una victoria del PP, que, con los apoyos de Vox, dentro o fuera del Gobierno, podría renovar otros cuatro años. Las relaciones de Mañueco con el candidato de Ciudadanos Francisco Igea –el exvicepresidente de la Junta, expulsado del Gobierno en el momento en que el presidente convocó estos comicios– son malas, como quedó claro en el debate del pasado lunes.
En el PSOE no se fían de Ciudadanos y no descartan la posibilidad de que hagan de nuevo presidente a Mañueco a pesar de los líos entre ambos. Igea, este martes, aseguró que su partido no va a permitir la entrada de Vox al Gobierno autonómico por ser "xenófobos".
En Castilla y León los partidos provinciales tienen clara la estrategia: buscar el voto pueblo a pueblo, a pie de calle, en encuentros en los que van desgranando sus propuestas, siempre con lo local como anzuelo. Si a alguno de los grandes les falta algún diputado, serán relevantes. Incluso podría suceder que el PP pueda llegar a la absoluta con la suma de las fuerzas provinciales.
Por Ávila, que hoy cuenta con un procurador en las Cortes, manifestó, según recoge Efe, que si el voto de su formación resulta decisivo para la formación de un hipotético gobierno de Castilla y León, no pondrá "ningún cordón sanitario" para negociar lo que sea "mejor para Ávila".
El cambio
En el PSOE, el objetivo es el cambio. Según manifestó Tudanca este martes, la idea es conformar un gobierno autonómico "estable y ambicioso que dedique esfuerzos" a Castilla y León y no a "salvar al soldado Casado", un Ejecutivo que rompa por primera vez en 35 años la hegemonía del PP.
El PSOE ganó las pasadas elecciones y no está claro, según las encuestas, aunque alguna, como la del CIS, les da esperanzas de forzar un giro a la izquierda, a través de pactos con Unidas Podemos y los partidos que estén dispuestos a acabar con los años de Mañueco. Los servicios públicos y la lucha contra la despoblación son la clave de su proyecto y también convocar en torno al PSOE y Unidas Podemos todo el voto con vocación de cambiar de rumbo.
En unos comicios en los que hay nueve provincias, es muy difícil ajustar los escaños por los restos. Sí hay una cosa que parece clara: que salen beneficiados en la pedrea los partidos que logran aglutinar el máximo número de votos.
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