Los miembros del grupo de extrema derecha francés Génération Identitaire que asaltaron en 2018 la sede de la ONG SOS Mediterranée han sido condenados este jueves por el tribunal correccional de Marsella. Las víctimas del asalto a la ONG, especializada en el salvamento de migrantes en el mar Mediterráneo, "siguen a día de hoy traumatizadas", según informa Efe.  

La pena más importante, de un año de prisión, ha sido para Romain Espino –condenado ya en tres ocasiones anteriores–, por tener "un papel preponderante" en la acción que traumatizó a los siete militantes que se encontraban allí, según el tribunal. Otro acusado, que se encontraba en situación de reincidencia, ha recibido una condena de seis meses de cárcel.

Los otros 21 acusados fueron condenados por participar en una acción coordinada de violencia conjunta, y les han sido impuestas penas más leves, sin que tengan que ingresar en prisión. Otro de ellos, que finalmente no ha sido acusado, se encargó de grabar el asalto. 

Cómo sucedieron los hechos

SOS Mediterranée, ONG dueña del barco Ocean Viking, fue asaltada en su sede en Marbella en octubre de 2018, provocando daños morales a los trabajadores. Esta organización, junto a otras, ha permitido salvar casi 37.000 vidas en el mar, según sus cifras.  

Los asaltantes, miembros del grupo supremacista y especializados en acciones violentas –algunos de ellos acusados ya anteriormente–, irrumpieron con gritos, acusando a los que se encontraban allí de ser "traficantes de seres humanos", y reteniendo a los humanitarios que se encontraban trabajando. 

En la ventana del local, con vistas a una avenida concurrida de la ciudad, colocaron una pancarta de diez metros que rezaba "SOS Méditerranée cómplice del tráfico de seres humanos, lo vais a pasar mal". Uno de los trabajadores que se encontraba retenido consiguió escapar y alertó a la Policía, que desalojó a los asaltantes con gases lacrimógenos.

SOS Méditerranée afirma que sus trabajadores siguen traumatizados por lo sufrido, y muchos de ellos estuvieron de baja médica durante varios días.

La creación de esta "misión" racista

En 2017, un año antes del asalto, el grupo xenófobo Génération Identitaire puso en marcha su misión Defend Europe'(Defiende Europa) e inauguró el C-Star, un barco cuyo objetivo era impedir u obstaculizar las misiones de salvamento que múltiples ONG llevaban a cabo en el mar Mediterráneo.

Este grupo racista fue amparado ese mismo año por Mario Borghezio en Italia, eurodiputado en ese momento del partido de extrema derecha italiano Lega Nord (Liga Norte). Borghezio apoyó incluso que uno de los líderes de Génération Identitaire, Gian Marco Concas, diera una rueda de prensa en el Parlamento Europeo bajo el lema Inmigración en el Mediterráneo: información alternativa. 

Este grupo califica de "taxis" para las personas migrantes estas misiones de búsqueda y rescate, y además, las acusa de estar coordinadas con los traficantes de personas. Ellos mismos califican su labor con el barco C-Star no como una operación racista, sino "en defensa de la seguridad de los europeos".

Génération Identitaire fue disuelto por las autoridades francesas en 2021, sin embargo, y habiendo reivindicado ser autores de varias acciones de asalto similares, niegan haber usado la violencia.