La dimisión de García Gallardo rompe el momento dulce de Vox
Sus tensiones con Abascal aumentaron a raíz de la salida de los gobiernos con el PP, en julio de 2024, porque Gallardo defendía no romper esas coaliciones.

Madrid-
Cuando parecía que Santiago Abascal había conseguido aplacar el ruido interno, la dimisión de Juan García-Gallardo ha vuelto a levantar polvo. Gallardo ha dejado el partido por la falta de entendimiento con la dirección nacional y lamentando la falta de "reciprocidad" en cuanto a lealtad. El que fuera uno de los pesos pesados de la formación y primer dirigente de Vox en convertirse en vicepresidente autonómico se ha ido sintiendo cada vez más apartado del núcleo de decisiones y ha decidido coger la puerta de salida.
Fuentes de las Cortes de Castilla y León aseguran que fue consciente de que Abascal no quería que repitiera como candidato en las próximas elecciones autonómicas y se fue antes de que le echasen. Este lunes, el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, ha reconocido el cabreo con "Don Juan" —así se refirió a Gallardo— por no secundar a la cúpula del partido en la expulsión de dos procuradores de CyL que criticaron la ausencia de democracia interna.
Sus tensiones con Abascal y su núcleo duro aumentaron a raíz de la salida de los gobiernos con el Partido Popular, en julio de 2024, porque Gallardo defendía no romper esas coaliciones.A regañadientes, acató la directriz de Bambú y medio año después ha dimitido hacía una dura radiografía de la formación: "Entré en un proyecto unido, pero ancho, en el que existían y cabían pluralidad de liderazgos y carismas. Esa situación ha cambiado. La dirección del partido ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás". Como miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Vox le sustituirá el diputado por Málaga Carlos Hernández.
Su salida es la última de una purga interna en la extrema derecha que parece interminable. Antes de él fue Rocío Monasterio; y antes, Iván Espinosa de los Monteros, Víctor Sánchez del Real, Rubén Manso o Macarena Olona. Todos ellos llegaron a tener mucho poder en el partido en algún momento, pero sus diferencias con el cada vez más bunkerizado núcleo de Abascal se hicieron irresolubles.
La gran diferencia con Gallardo es que su dimisión ha llegado en el momento más dulce para Vox. Este mismo lunes El País y la Cadena SER publicaban la última encuesta de 40dB , que les coloca por encima del 14% del voto (14,2%), su cuota de voto más alta desde las últimas elecciones generales. La demoscopia lleva meses señalando una tendencia al alza de los de Abascal, sobre todo a raíz de la crisis política que provocó la DANA en el País Valencià.
Un ascenso que preocupa sobre todo al PP; y por eso Génova ha querido ahondar en la cronificada crisis interna de Vox. Fuentes de la cúpula popular criticaban este lunes la inquina con la que Abascal hacía "oposición" a Alberto Núñez Feijóo: "También vamos a tener la culpa de que se haya ido Gallardo", aseguraban con ironía. Sobre lo que no quiere pronunciarse Génova es sobre la posibilidad de un adelanto electoral en CyL.
La renuncia de Gallardo se suma a la reciente renovación de liderazgo del PSOE en la comunidad presidida por Alfonso Fernández Mañueco y abre una ventana de oportunidad para PP con un adelanto técnico de los comicios —la legislatura se agota en 2026—. Sin embargo, el barón popular ha descartado ya ese movimiento: "En nada influye esta situación para la convocatoria de elecciones", ha asegurado este lunes en declaraciones a los medios antes de participar en la junta directiva nacional del PP.
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