Este artículo se publicó hace 9 años.
El Parlament aprueba caminar hacia la independencia de Catalunya con el rechazo de toda la oposición
El debate ha puesto de manifiesto la existencia de dos bloques claramente antagónicos
y la posición intermedia de los diputados de Catalunya Sí Que es Pot
-Actualizado a
BARCELONA.- Justo un año después de la consulta independentista, el Parlament ha aprobado la declaración de inicio del proceso hacia la “construcción de un Estado catalán en forma de república”. No ha habido sorpresa y la resolución sólo ha recibido el apoyo de los 72 diputados de los grupos de Junts pel Sí (JxSí) y la CUP, mientras que la oposición en bloque la ha rechazado. El debate ha puesto de manifiesto la existencia de dos bloques claramente antagónicos y la posición intermedia de los diputados de Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), que si bien se opone al inicio de un proceso unilateral hacia la independencia sí que defiende la celebración de un referéndum que sirva de inicio de un proceso constituyente catalán “no subordinado”. ”. Al finalizar la votación, la mitad de los diputados del PP han desplegado banderas españolas y la otra mitad ha hecho lo mismo con la senyera.
Ante una enorme expectación mediática y a pocas horas del inicio del debate de la primera sesión de investidura, que visibilizará el rechazo de la CUP a que Artur Mas siga al frente de la Generalitat, Junts pel Sí y la CUP han defendido la necesidad de avanzar ya hacia la construcción de un Estado propio como herramienta para que la gente “pueda vivir mejor”, mientras que Ciudadanos, PP y PSC han hecho, con distintos matices, una defensa estricta de la legalidad española y han advertido que la resolución aprobada hoy puede “poner en peligro el autogobierno catalán”.
CSQP ha presentado su propia resolución, que sólo ha recibido el apoyo de sus diputados y la abstención de la CUP, que apostaba por priorizar la aprobación de un plan de rescate ciudadano y por fijar para 2016 la celebración de un referéndum de autodeterminación. A pesar de que la confluencia de izquierdas, formada por ICV, EUiA y Podem, ha votado en bloque contra la resolución de jxSí y la CUP, pero uno de sus diputados ha manifestado públicamente su rechazo por la decisión. Se trata de Joan Giner, miembro de Podem, que en una entrada en su blog ha reconocido que su apuesta era la abstención, especialmente por el paquete de medidas sociales que incorporaba la declaración. Giner explica que el presidente del grupo parlamentario, Lluís Rabell, y el portavoz, Joan Coscubiela, que si no seguía la disciplina de voto lo expulsarían.
La aprobación de la declaración de inicio del proceso hacia la independencia supondrá la activación automática de los mecanismos del Estado para suspenderla. El primero paso será una reunión extraordinaria del Consejo de Estado que elaborará un informe previo al recurso de inconstitucionalidad anunciado por el gobierno de Rajoy, que lo aprobará mañana en un consejo de ministros también extraordinario. Finalmente, el Tribunal Constitucional (TC) se pronunciará el miércoles sobre el recurso y si no hay una sorpresa monumental votará a favor de la suspensión de la resolución del Parlament, que quedará suspendida 48 horas después de ser aprobada. Siempre que la cámara catalana no cumpla, precisamente, su propia resolución y desobedezca la resolución del TC.
El encargado de abrir el debate ha sido el cabeza de lista de JxSí en las elecciones del 27 de septiembre, Raül Romeva, quién ha defendido que el texto responde a una “demanda masiva” de la ciudadanía catalana. Para Romeva, las movilizaciones independentistas de los últimos años han puesta de manifiesto que “necesitamos las herramientas de un estado para garantizar mejores condiciones para todas las personas, vengan de dónde vengan”. Y es que para el antiguo dirigente de ICV, la independencia va, precisamente, de “garantizar los derechos de las personas para que la gente pueda vivir mejor”.
Según el diputado de JxSí, se ha llegado a este punto por la negativa al “diálogo democrático” por parte del Estado y ahora el proceso independentista “ya no se puede parar”. “Este país ya hace tiempo que dice alto y claro que ha llegado la hora de ir a por todas”, ha dicho un Romeva que considera que pedir un referéndum, como hace CSQP, es algo que “ya ha quedado superado por los hechos”.
La diputada y portavoz parlamentaria de la CUP, Anna Gabriel, también ha defendido la declaración, que ha definido como un “acto de dignidad y de ruptura” con la “legalidad hecha búnker” que “impone” el Estado español. La dirigente de la izquierda independentista ha puesto especial énfasis en el contenido social de la resolución, que entre otras cuestiones apuesta por desobedecer el TC y recuperar el decreto de pobreza energética aprobado por el Parlament la pasada legislatura y suspendido posteriormente por el tribunal, ha proclamado que “no nos podemos someter a las leyes de un estado que no nos representa. El futuro de este pueblo pertenece a su gente, a nadie más”.
El viernes JxSí y la CUP presentaron un anexo a la declaración para pedir al Parlament y al futuro gobierno que cumpla “exclusivamente aquellas normas o mandatos emanados de esta cámara, legítima y democrática, a fin de blindar los derechos fundamentales que puedan estar afectados por decisiones de las instituciones del Estado español”. El anexo busca “blindar” derechos básicos en materia de pobreza energética, vivienda, sanidad o educación y entre la mayoría independentista había la esperanza que sirviera para recibir algún gesto de complicidad de los diputados de CSQP. De hecho, los nueve puntos y el anexo de la declaración se han votado por separado, pero los diputados de CSQP han votado en bloque contra todos ellos.
Joan Coscubiela ha sido el encargado de defender la resolución de la confluencia de izquierdas, a parte de argumentar el rechazo a la presentada por JxSí y la CUP. El dirigente de ICV considera que los independentistas han hecho una “interpretación tramposa de los resultados del 27-S”, ya que según él no dan “legitimidad ni mandato para hablar en nombre de toda de Catalunya y mucho menos para dar inicio a proceso unilateral”. Coscubiela ha insistido en la necesidad de apostar por aglutinar una mayoría amplia para exigir la celebración de un referéndum sobre la independencia, que debería hacerse en 2016.
El diputado ha calificado a la declaración de JxSí y la CUP como un “acto de insurgencia, pero de papel” y ha asegurado que no sirve para “buscar aliados”, sino que “fabrica adversarios”. Coscubiela considera que la primera cuestión que debería haber aprobado el Parlament es un plan de rescate ciudadano, con una renta garantida de ciudadanía como epicentro. Con todo, el dirigente de ICV también ha atacado al bloque contrario a la independencia, centrándose en el líder del PP, Xavier García Albiol. “Si fuera por chulería, usted ganaría todas las batallas, pero esto va de democracia”, le ha espetado.
Los discursos más duros contra la declaración de inicio del proceso de ruptura de Catalunya con España los han protagonizado el PP y Ciudadanos. Tanto Albiol como Inés Arrimadas -la líder de C's- han llegado al punto de recordar que hoy era el aniversario de la caída del Muro de Berlín, un hecho que “sirvió para unir a un país”, mientras que la resolución del Parlament busca justo lo contrario, que es “dividir” y “levantar muros”. Albiol ha empezado su intervención declarando que se estrenaba en el Parlament “para defender la integridad de Catalunya y la unidad de España”.
En su opinión, la resolución independentista es una “operación de salvación personal y colectiva de CDC y del presidente Mas bajo el chantaje de la izquierda antisistema estrafalaria y más radical de Europa”. Albiol ha querido “lanzar un mensaje de confianza” a los catalanes que “también se sienten españolas”: “Tengan la total seguridad que ni Mas, ni Junqueras, ni la extrema izquierda radical separaran a Catalunya del resto de España”.
Arrimadas, por su parte, ha considerado la declaración como “el desafío más importante en la historia de la democracia” española. Para ella, la independencia tiene “tan poco sentido” que sus partidarios ni tan siquiera “han sido capaces de convencer a una mayoría de catalanes”. Para Arrimadas, la resolución “pone en peligro nuestro autogobierno y nuestra capacidad legislativa”. La líder de Ciudadanos ha comentado que los independentistas “plantean el invento del derecho a decidir y lo utilitzan sólo para Catalunya. ¿Respetarán el derecho a decidir de l'Hospitalet, dónde una mayoría de ciudadanos no quieren la independencia?” y ha concluido su intervención manifestando que un voto contrario a la “ruptura” y a favor de “Catalunya, España y la Unión Europea”.
Más suave tanto en las formas como en el fondo ha sido el presidente del grupo parlamentario del PSC, Miquel Iceta, aunque también ha rechazado sin ambigüedad la resolución independentista. “El 27-S no se ganó el plebiscito. Y no lo digo yo, lo dice la CUP. Por lo tanto, no estamos en un escenario en el que haya una mayoría de partidarios de la independencia”, ha afirmado. El dirigente socialista considera que la resolución “sitúa a las instituciones catalanas fuera de la ley” y su partido “no quiere ni desconectar de España ni desconectar del Estado de derecho”. Para Iceta no “tiene sentido aprobar mandatos para un presidente y un gobierno que todavía no existen”. Finalmente, el líder del PSC ha apostado por buscar una solución al conflicto político y al malestar existente en Catalunya a través del “diálogo, la negociación y el pacto”.
Ya fuera del hemiciclo, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, se ha mostrado satisfecho por la aprobación de un texto que “marca el inicio de la construcción de un Estado”. Sánchez ha apuntado también que confía en que pronto haya un acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP que permita investir a un presidente y que haya gobierno.
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