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Noticias falsas y una cascada de denuncias archivadas: así se trató de frenar a Podemos en las elecciones de 2016
Unidos Podemos era la segunda fuerza política en las encuestas a dos meses del 26-J. En mayo de ese año, tres días después de convocarse los comicios, se difunde la información falsa sobre la cuenta de Pablo Iglesias en Islas Granadinas.
Madrid--Actualizado a
En el barómetro del CIS de abril de 2016, el último publicado antes de las elecciones de ese año, el PP era la primera fuerza (27,4%); Unidos Podemos la segunda (23,1%) y el PSOE la tercera (21,6%).
En la jerga futbolística se le atribuye al histórico entrenador Luis Aragonés el haber puesto de moda la frase "hay que ganar, por lo civil o por lo criminal". El ex seleccionador de España utilizaba esta expresión con el objetivo de presionar y motivar a sus jugadores, en un intento de hacerles entender que no contemplaba otra cosa que la victoria en un partido trascendental.
Algún que otro tertuliano de programa deportivo acuñó esta frase del 'Sabio de Hortaleza' para pedir que se jugara de manera dura contra los futbolistas más peligrosos, los veloces, los que son capaces de crear verdaderas ocasiones de gol y que son decisivos para ganar un partido. A los jugadores con mucha calidad, estos tertulianos pedían frenarlos "por lo civil o por lo criminal", una 'evolución' del, más coloquial, "pasa el hombre o pasa el balón".
Podemos era en 2016 uno de estos jugadores. Algunos entendieron que había que pararlo a toda costa y los meses anteriores a la celebración de las elecciones de junio de ese año fueron una buena prueba de ello. Cuanto más veloz era la carrera por la banda y cuanto más cerca estaba del área rival, los rivales daban más patadas, empujones y agarrones ante la mirada ausente de un árbitro que no señaló ni una sola falta.
Ante las informaciones aparecidas en los últimos días, que dan una muestra de algunas de las actuaciones políticas, policiales, judiciales y mediáticas que se utilizaron con este propósito, surge una pregunta recurrente: ¿Cuál fue la verdadera influencia, el impacto y el daño causados por las noticias falsas, las denuncias archivadas a posteriori y las portadas, no solo a Unidos Podemos, sino a la campaña y a la jornada electoral de junio de 2016? La respuesta puede parecer desalentadora, pero resulta imposible hacer un cálculo riguroso sin atender a la existencia de numerosos y diferentes factores.
El ejercicio, quizá, más razonable, es el de acudir a la hemeroteca y tratar de sacar conclusiones de aquellos meses. En enero de ese año, Unidos Podemos era la segunda fuerza política en las encuestas y parecía haberse consolidado el anhelado sorpasso al PSOE. En el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de ese mes, el espacio confederal estaba en el 25,6% en estimación de voto, solo por detrás de un PP que tenía el 28,8% y por delante de los socialistas, que tenían un 20,5%.
En aquel momento no existía 'Unidos Podemos' como tal (no se había producido la alianza entre Podemos e IU en el famoso pacto de los botellines entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, que tendría lugar cinco meses después), por lo que el organismo presentaba los datos acerca de la estimación de voto de manera desagregada entre los distintos partidos que posteriormente conformaron la confluencia (Podemos, IU, En Comú Podem, En Marea, Compromís-Podemos).
El empuje de Podemos en las encuestas
En el barómetro del CIS de abril de 2016, el último publicado antes de las elecciones, esta situación se mantenía. El PP seguía siendo la primera fuerza (27,4%); Unidos Podemos la segunda (23,1%) y el PSOE la tercera, bastante más cerca de los de Pablo Iglesias (21,6%).
El 3 de mayo de 2016 se convocan las elecciones y tres días después, el 6 de mayo, Ok Diario, el medio dirigido por Eduardo Inda, publica una noticia falsa que atribuye a Iglesias una cuenta en el paraíso fiscal de Islas Granadinas donde habría ingresado dinero procedente de Venezuela, una información que es difundida en muchos medios impresos, digitales, en radio y, sobre todo, en televisión.
En junio se celebran las elecciones y Unidos Podemos no logra el ansiado sorpasso. El PP gana con el 33% de los votos, el PSOE queda segundo con el 22,6% y el espacio confederal es la tercera fuerza con el 21,1% de los sufragios.
Este ejemplo, traído de la hemeroteca a raíz de las conversaciones reveladas entre el excomisario Villarejo y el presentador de Al Rojo Vivo, Antonio García Ferreras, es el más próximo a la cita con las urnas, el que irrumpe en plena campaña electoral, pero no es el único y, de hecho, forma parte de una cascada de noticias falsas y denuncias contra Podemos (que terminaron archivadas) que se sucedieron durante ese año.
La primera mitad de 2016 (de enero a junio) se tradujo políticamente en una legislatura fallida en la que cada formación política buscaba ganar la partida en plena construcción de un tablero de juego nuevo tras la ruptura del bipartidismo. En ese tiempo, la formación más aventajada parecía (así lo reflejaban las encuestas) Podemos.
Cascada de denuncias, goteo de archivos
El 13 de abril de 2016 se archiva una denuncia de la organización de ultraderecha Manos Limpias contra Pablo Iglesias e Íñigo Errejón (entonces número dos de Podemos) por la supuesta recepción de fondos por parte de Irán. Los tribunales señalaron que las acusaciones se basaban en "informaciones no autentificadas difundidas por los medios de comunicación".
A finales de ese mes de abril Victoria Rosell deja el escaño de Unidos Podemos y anuncia que no repetirá en las elecciones del 26 de junio tras admitir el Tribunal Supremo a trámite una querella del exministro de Industria y dirigente del PP, José Manuel Soria. En 2015 el fichaje de Rosell por la formación morada había sido una auténtica sorpresa, y pronto se convirtió en "la jueza de Podemos" y uno de los principales activos del partido debido a su prestigio en la carrera judicial.
Hace poco menos de un año el Supremo confirmó que Rosell fue víctima de una persecución judicial y política (que también ocupó tiempo en los medios de comunicación y protagonizó varias portadas) por parte del juez Salvador Alba, en una operación para tumbarla. Alba fue condenado a seis años y medio de cárcel y a 18 años de inhabilitación.
Pablo Iglesias: "Si se dedican horas a informaciones falsas que desacreditan a una formación, eso tiene influencia electoral
En mayo de 2016, a las puertas de las elecciones del 26-J, Vox denunció a Pablo Iglesias por blanqueo de capitales y delitos electorales. Casi un año después, en marzo de 2017, el Tribunal Supremo archivó la querella porque entendía que la formación de ultraderecha hizo uso de informaciones periodísticas que se limitaban "a narrar unos hechos" que considera constitutivos de delito. También explicitó que estos artículos no aportaban ningún elemento que sustenten las afirmaciones realizadas y por ello se debían sobreseer las actuaciones.
Para el ex secretario general de Podemos, exvicepresidente del Gobierno y presentador de La Base, Pablo Iglesias, "es evidente que los mediadores fundamentales en las opciones políticas de voto son los medios de comunicación. Si se dedican horas y horas, días y días, a manejar informaciones falsas que desacreditan a una formación política es obvio que eso tiene su influencia electoral y han sido muchos años de trabajo mediático, de desgaste de una formación como la nuestra y de nuestros propios dirigentes".
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