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Montilla sopesa neutralizar al TC con un adelanto electoral

Dirigentes del PSC presionan al president para anticiparse al fallo del Estatut

GONZALO LÓPEZ ALBA

José Montilla no suelta prenda, pero en círculos socialistas cunde la impresión de que el president de la Generalitat de Catalunya medita seriamente la posibilidad de adelantar las elecciones autonómicas, como le aconseja un buen número de dirigentes de su partido, según ha podido contrastar Público.

El president se ha enrocado hasta ahora en una máxima de estrategia política: 'Sólo se adelantan las elecciones para ganarlas'. Y, aferrándose a este principio, el influyente secretario de Organización, José Zaragoza, apuntala la inclinación de Montilla hacia el criterio de agotar la legislatura.

Pero son muchos los dirigentes del PSC que opinan que, en contra de la máxima de San Agustín, lo más sensato en tiempos de tribulación es arriesgar. A favor de este planteamiento juegan el retraso que se sigue acumulando en la resolución del Tribunal Constitucional sobre los recursos contra el Estatut y los indicios de que el fallo ha estado a punto de cerrarse en varias ocasiones en las últimas semanas en términos que no serían precisamente de fácil digestión política en Catalunya.

'Lo que en Madrid puede resultar políticamente aceptable, no lo será en Catalunya', advierten dirigentes del PSC ante la consabida hipótesis de una sentencia de carácter interpretativo. Y, añaden, su manejo será 'mucho más difícil para nosotros que para los demás partidos'.

Si el TC emite su fallo antes de las elecciones, los comicios catalanes se convertirían en una especie de 'plebiscito sobre la sentencia', escenario de alto riesgo para el PSC cuando la composición del tribunal no ofrece ninguna garantía de que no sean revocados aspectos fundamentales del Estatut, sobre todo los de carácter identitario. Y este es el gran temor de los socialistas catalanes.

El anuncio se acompañaría con la exigencia al TC de 'no injerencia'

Los partidarios del adelanto electoral argumentan que el simple anuncio de esta decisión por Montilla debería llevar al Tribunal Constitucional a aplazar la sentencia hasta después de los comicios para no influir con su dictamen en una consulta política. Y añaden que, por si acaso, el anuncio podría acompañarse de una petición expresa del president para que no se produjera esa 'injerencia en las urnas', de la misma forma que se ha reclamado que no hubiera injerencias políticas en las deliberaciones del tribunal.

Además, cuando el retraso acumulado está a punto de sumar ya 44 meses, se trataría de una dilación menor puesto que la legislatura catalana se agota el 1 de noviembre y el adelanto se produciría, previsiblemente, a mayo o junio.

Siendo el temor a la sentencia sobre el Estatut la principal razón que impulsa a los partidarios del adelanto electoral, influye también en su posición que, aunque la situación del tripartito y del PSC ahora no es precisamente buena, con el paso de los meses aún puede empeorar. La recuperación económica no acaba de producirse y los socialistas catalanes no quieren verse arrastrados por el desgaste de José Luis Rodríguez Zapatero.

Además, aunque las encuestas otorgan una importante ventaja a CiU, el PSC podría beneficiarse de la atomización de la política catalana. El candidato de CiU, Artur Mas, aunque parte con una clara ventaja en todos los sondeos, tendrá que fajarse con ERC y con Joan Laporta, un nuevo competidor por el electorado soberanista. En el otro lado del espectro, al PP le han salido como competidores, además de Ciudadanos, la UPyD de Rosa Díez y la Plataforma per Catalunya, un partido de corte xenófobo.

El escenario de un plebiscito sobre la sentencia inquieta al PSC

En el PSC sigue siendo tabú hablar de la posibilidad de gobernar con CiU, pero en su dirección se valora también que Montilla tendría más fácil exigir a Mas que no pacte con el PP si aún no se ha emitido la sentencia sobre el Estatut, ya que el principal recurso lo ha planteado el partido de Mariano Rajoy.

Ante el dilema de Montilla, el PSOE mantiene una actitud de silencio expectante. La gran mayoría aplaudiría una coalición con CiU por cuanto podría facilitar la estabilidad parlamentaria del Gobierno de España, pero su preocupación está más en el impacto que pueda tener la sentencia del TC sobre la imagen de Zapatero, que en la convocatoria electoral.

Y el president, de momento, escucha y calla. Todos sus comentarios y actuaciones, según colaboradores próximos, se orientan a la idea de que su empeño es agotar la legislatura. Pero personas que le conocen bien recuerdan el carácter hermético de Montilla y advierten de que, 'si está pensando en adelantar las elecciones, no se le dirá ni a su mujer hasta que sea el momento de comunicar de la decisión'.

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