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Moncloa confía en que la tensión entre Podemos y Sumar desemboque en una amplia movilización progresista

Los socialistas tratan de aislarse de la polémica surgida entre sus socios de Gobierno y defienden los logros de la coalición. En el entorno del presidente Pedro Sánchez creen que el movimiento en el espacio puede reactivar y despertar al electorado de izquierdas. 

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 22 de febrero de 2023, en Madrid.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 22 de febrero de 2023, en Madrid. Eduardo Parra / Europa Press

Los ecos de la tensión entre Podemos y Sumar, tras el acto de Yolanda Díaz el pasado sábado, llegan también hasta el PSOE. A las puertas de unas importantes elecciones autonómicas y municipales, el mensaje principal que trasladan desde Moncloa y Ferraz es que la unidad a su izquierda debe ser lo más amplia posible. Más allá de ese objetivo, los socialistas tratan de aislarse durante estos días de todas las acusaciones cruzadas entre sus socios de Gobierno. Y en este sentido confían en que la consecuencia de toda esta disputa desemboque en una amplia movilización del electorado progresista. 

En el entorno del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manejan estos días un tesis: "que haya movimiento en el espacio progresista es positivo". Es decir, el proyecto de Díaz puede generar un "despertar" y una "reactivación" del electorado necesario para reeditar unos Gobiernos de coalición, también en mayo, que se jugarán en muchos territorios por un puñado de votos. La división, eso sí, podría poner en riesgo las mayorías necesarias por las particularidades del sistema electoral según inciden en las filas socialistas. 

La aplicación práctica el 28 de mayo a las diferencias entre Sumar y Podemos realmente sólo se darían en dos territorios. Muy importantes, eso sí, aunque con diferentes expectativas electorales. Son el País Valencià y Madrid. En el primero de ellos, Compromís, que estuvo en el acto de Díaz, se enfrenta electoralmente a la coalición de Podem y Esquerra Unida, confirmada precisamente esta semana.

Una paradoja que se da también en Madrid, donde Más Madrid, que apoyó a Díaz, se enfrenta electoralmente a Unidas Podemos. Por lo demás, la tónica general es que el espacio a la izquierda del PSOE está unido. Sus resultados podrían ser decisivos en lugares como Extremadura, Navarra, La Rioja, Illes Balears o Aragón, entre otros. Está por ver qué papel tendrá Díaz en el proceso electoral de mayo. 

En Moncloa se ha dado la orden de no hablar, o hablar poco, de lo que sucede a su izquierda. El objetivo es poner en el foco los logros del Gobierno de coalición. Y además confrontar con el PP y especialmente su líder, Alberto Núñez Feijóo. Se visibilizó bien esa estrategia el pasado martes, en la rueda de prensa habitual celebrada tras el Consejo de Ministros.

La portavoz Isabel Rodríguez esquivó hasta en cinco ocasiones las preguntas referidas a la situación interna de sus socios de Gobierno. "Los nervios están en el PP", destacó Rodríguez al ser preguntada por una supuesta inquietud en el ala socialista por estas tensiones. 

En la dirección federal del PSOE son tajantes al respecto. "Queremos que el espacio a nuestra izquierda sea lo más amplio posible, y no entramos en un proceso que es suyo, y al que debemos respeto", sentencian fuentes oficiales a Público

Las "dos ligas" y el trasvase de votantes

Hace unos meses en el PSOE reconocían que su electorado, y también el situado más a su izquierda, no estaba todavía activado de cara a los procesos electorales. Así lo reflejaban las encuestas y así lo palpaban en el ambiente. Una situación que ya dan por enterrada. "El espacio progresista se ha despertado", insisten. Tanto para mayo como para diciembre, los socialistas ven "dos ligas" a nivel electoral. Es decir, una lucha por el primer y segundo puesto entre PP y PSOE. Y una lucha por el tercer y cuarto puesto entre la ultraderecha de Vox y el espacio que representa Unidas Podemos. 

Varios medios de comunicación, tras una encuesta publicada por la empresa GAD3, han publicado estos días que hay preocupación en el PSOE por un fuerte trasvase de votantes socialistas hacia Sumar. Sobre esto hay diferentes visiones dentro del partido. Algunas voces consideran que la vicepresidenta segunda puede llegar a recoger votos de un espacio donde probablemente el PSOE no puede llegar. Otras creen que si ella pretende un espacio más "centrado" o de carácter más socialdemócrata sí que puede suponer ese trasvase. 

Ya hace un año, el libro La dama roja, escrito por los periodistas Manuel Sánchez y Alexis Romero, sostenía en una de sus conclusiones que los socialistas tienen el "corazón partío" (como la famosa canción de Alejandro Sanz) con la vicepresidenta. En la dirección del PSOE, según el libro, respiraron con cierto alivio tras la salida de Pablo Iglesias y la entrada de Díaz como referencia de UP.

En el mencionado libro, algunas voces socialistas alertan de la posibilidad de que Díaz arranque votos en el electorado habitual del PSOE. "Yo que Sánchez no me confiaría", destaca una de las fuentes socialistas consultadas en la publicación. El relato del libro coincide en que para que Sánchez siga gobernando tras las elecciones de 2023, "la clave está en Yolanda".

No es ni ningún secreto que la sintonía personal entre Sánchez y Díaz es alta. Así se ha demostrado en muchas ocasiones. La última, con la escenificación coordinada de la moción de censura presentada por Vox y Ramón Tamames. Los socialistas son partidarios de que la vicepresidenta ejerza de verdadera líder del espacio a su izquierda.

Esto, no para sacar de la ecuación a Podemos, conscientes de que la máxima amplitud del electorado es importante y que sin la fuerza morada los resultados pueden ser peores, sino para que la estrategia sea más cohesionada en el seno de la coalición. De hecho, voces autorizadas como la del portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, reclamaron a Díaz mayor proactividad en el contexto de la reforma de la ley del solo sí es sí. En Moncloa, en todo caso, se resignan a que no pueden interferir directamente en el espacio. "Se tienen que entender entre ellos", insisten. 

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