Constantino Herranz, el alcalde republicano con una plaza en Guadalix de la Sierra (gracias al voto de Vox)
"Él apostó de manera contundente por la vida de sus vecinos, pero no tuvo recompensa; ni siquiera aquellos a los que salvó de morir se declararon a su favor", denuncian las asociaciones memorialistas.
Madrid--Actualizado a
"Mantendremos vivo tu recuerdo para que tus valores sean eternos". Los vecinos de Guadalix de la Sierra (Madrid) han inaugurado este lunes la plaza Constantino Herranz Márquez. Este es el mensaje grabado en la placa conmemorativa; una placa que "hace, por fin, justicia". Constantino fue alcalde de la localidad durante la Segunda República. "No todos los días le dan una plaza a un alcalde republicano", celebran sus familiares y las asociaciones memorialistas. El 11 de noviembre de 1939, las tropas franquistas lo fusilaron en el cementerio de la Almudena de Madrid.
Cristina Herranz, nieta de Constantino, recuerda al otro lado del teléfono la historia de su abuelo; "un buen hombre comprometido con los valores democráticos", unos valores que, "curiosamente", han conseguido que hasta la extrema derecha votase a favor de rendirle homenaje. "Las cuadrillas republicanas que andaban por la sierra vinieron en busca de un grupo de terratenientes. Él los metió a todos en el salón de plenos y no dejó que les pasase nada. Eran del bando nacional, apoyaban a los golpistas, pero [Constantino] entendió que, ante todo, eran vecinos; no podía consentir más muertes, más asesinatos, más violencia. La crispación y la confrontación no llevan a ningún sitio", reconoce.
La aritmética del pleno municipal amenazó con frustrar el acto conmemorativo. El PSOE gobierna Guadalix de la Sierra gracias al acuerdo con uno de los pocos ediles que sobrevivió a la debacle de Ciudadanos. PP y Vox hacen pinza desde la oposición. Cristina Herranz es una de las concejalas del grupo socialista. La número dos de la lista votó a favor de ponerle el nombre de su abuelo a la plaza; los números salían, al menos, hasta que los populares pidieron repetir la votación. "Como soy pariente directa del homenajeado, no podía participar, pero nadie se había dado cuenta", explica Cristina. Benito del Río, concejal de la extrema derecha, cedió entonces su voto. "Lo hizo como favor. Este señor es precisamente familiar del antagonista de mi abuelo, el candidato de las derechas en aquella época, parece casi surrealista, pero lo importante es que se le ha podido conceder el título", continúa la edil.
Constantino "no estuvo muchos años como alcalde", de hecho, su llegada al cargo fue también peculiar. El 12 de abril de 1931 se celebraron elecciones municipales en Guadalix de la Sierra. Constantino ocupaba la segunda posición en la lista de la Unión Republicana, pero el número uno, un médico de apellido Revilla, tuvo que abandonar la política local para ocupar otro puesto en Madrid. Él estaba al frente del Consistorio cuando tuvo lugar el golpe de Estado.
"Un grupo de incontrolados empezó a perseguir a los terratenientes y caciques", insiste Margarita Rubio Herranz, otra de sus nietas. "Tendréis que pasar por encima de mi cadáver para verles las caras", respondió el alcalde, que logró impedir la entrada de las cuadrillas al salón de plenos. La victoria del franquismo y la proclamación de la dictadura lo cambiaron todo. "Uno de los presos llegó a denunciarlo [a Constantino], con mentiras, claro. Lo vinieron a buscar, mi abuela había muerto y mi madre y sus hermanos quedaron huérfanos, nunca más lo volvieron a ver", desliza Margarita, todavía emocionada.
"Lo dejaron sordo por las palizas"
Constantino Herranz fue detenido por el "gravísimo" delito de haber sido alcalde republicano de Guadalix de la Sierra. Lo acusaron, además, de "conspirar" contra la Iglesia. "El párroco del pueblo lo llegó a esconder en su casa, fíjate, para que te hagas una idea...", lamentan sus nietas. El regidor pasó primero por la cárcel de Miraflores de la Sierra, donde fue torturado hasta perder el oído. "Lo dejaron sordo, todo por las palizas que recibió", advierte Margarita. Luego lo trasladaron a Colmenar Viejo y finalmente ingresó en la prisión de Porlier. Esta cárcel "tenía fama de dura"; de ella salían los condenados a morir frente al paredón.
"Él apostó de manera contundente por la vida de sus vecinos, pero no tuvo recompensa; ni siquiera aquellos a los que salvó de morir se declararon a su favor, más bien todo lo contrario", denuncian desde la asociación Memoria y Libertad. Las tropas franquistas lo fusilaron en el cementerio de la Almudena, de donde José Luis Martínez Almeida eliminó recientemente un memorial con casi 3.000 nombres de víctimas de la dictadura.
Cristina y Margarita recuerdan que su tío abuelo y el mismo párroco de Guadalix acudieron a la cárcel de Porlier para preguntar por Constantino. "Al parecer, llevaban su indulto, pero era demasiado tarde, ya lo habían matado", relatan. La familia del exalcalde, la corporación municipal y el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid han acudido este lunes al homenaje. Tomás Montero, coordinador de la plataforma Memoria y Libertad, concluye: "Es importante reconocer y recuperar la memoria de las víctimas. Las instituciones tienen que hacer fuerza en este sentido y organizar 100, 200 o 1.000 actos; nunca van a ser suficientes [en referencia a la programación por el 50 aniversario de la muerte de Franco]".
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