Este artículo se publicó hace 2 años.
Mauricio Casals, el príncipe de las tinieblas
Sara Serrano
Madrid-
Hoy voy a hablar de uno de los hombres más poderosos del panorama mediático español. Se trata del actual presidente de La Razón y adjunto a la presidencia del grupo Atresmedia, Mauricio Casals.
Mauricio Casals, antes de convertirse en un magnate de la comunicación, empezó en el mundo editorial. A mediados de los años 80, trabajó como asesor literario y relaciones públicas de diversas editoriales catalanas. Principalmente Plaza y Janés, donde trabajó como asesor de su director general.
Es ahí donde conoce a Luis María Ansón, director del diario ABC, y autor de una biografía de Juan de Borbón. Conectan inmediatamente y, en plena efervescencia olímpica, Ansón convierte a Casals en el hombre del ABC en Catalunya. Desde los inicios, el papel de Casals fue más político que periodístico y siempre se movió entre las bambalinas del poder.
Durante su época al frente de la delegación catalana del ABC consolidó los vínculos del periódico con el pujolismo y contrató de editor al ex director general de Medios de Comunicación de la Generalitat, Josep Faulí.
Tras abandonar ABC, Ansón se embarca en un nuevo proyecto empresarial, el grupo mexicano Televisa. Para ello contó de nuevo con Casals.
El proyecto fracasó y Ansón pone entonces en marcha La Razón, otra vez con Casals. Tras la salida del grupo Zeta y Frade del periódico, Casals es el encargado de buscar nuevos accionistas y se convierte en facilitador del desembarco del grupo Planeta, propiedad de la familia Lara.
Una familia que llevaba tiempo buscando la forma de ganar influencia en Madrid y crear un diario de referencia para la derecha española. Y Casals fue la persona en la que confiaron para esta operación.
Durante su presidencia, Casals ha nombrado a dos directores de La Razón: primero a José Alejandro Vara y después al que fuera jefe de gabinete de Mariano Rajoy y una de las caras más habituales en las mesas de tertulia, Francisco Marhuenda.
A medida que Casals fue ganando la confianza de Lara Bosh y de su sucesor, José Crehueras, fue acumulando cargos. Así acabó compaginando la presidencia de La Razón con el cargo de director adjunto del Grupo Antena 3, también perteneciente al grupo Planeta.
El trabajo de Casals fue fundamental para que la Comisión Nacional de la Competencia no bloquease la operación de fusión de Antena 3 con La Sexta. Al examinar el caso, Competencia concluyó que la fusión reforzaba, cito textualmente "de forma significativa el poder de mercado de Atresmedia en el mercado de la publicidad en televisión, y se favorecía la creación de un duopolio de facto".
Casals se ganó el respaldo de la entonces vicepresidenta del ejecutivo, Soraya Sáez de Santamaría y logró que el Consejo de Ministros, suavizara las condiciones para dar luz verde a la operación. De este modo, la nueva Atresmedia pasó a controlar más del 40% del mercado publicitario televisivo.
Recordemos que Atresmedia y Mediaset controlan actualmente el 85% del mercado publicitario en el sector audiovisual. Años antes de la operación de La Sexta, Casals había intercedido ante la vicepresidenta del PSOE, María Teresa Fernández de la Vega, para que el gobierno de Zapatero suprimiera la publicidad de las televisiones públicas. Esta medida beneficiaba al duopolio mediático incrementando enormemente sus ingresos por publicidad.
Del poder político, del poder económico y del poder mediático. Casals cultiva amistades en todos los ámbitos. También entre los dirigentes de la Iglesia Católica. Es íntimo del arzobispo ultra Antonio Cañizares y también del ex ministro de Interior y miembro del Opus Dei Jorge Fernández Díaz.
En 2012 Casals, actuó de intermediario entre el Partido Popular y Luis Bárcenas para negociar el despido del extesorero de la caja B del partido. Casals intercambió SMS con Bárcenas en un momento en el que La Razón ya contaba con pruebas de la financiación irregular del PP.
Pero esperad que hay más. En 2017, Casals tuvo que declarar en la Audiencia Nacional en el marco de la operación Lezo. Casals fue interrogado por presuntas coacciones a la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para evitar que investigase las irregularidades cometidas en el Canal de Isabel II durante el mandato de Ignacio González. Desde La Razón trataban de proteger a Edmundo Rodríguez directivo del canal y consejero de La Razón. La causa fue archivada pocos días después.
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