Este artículo se publicó hace 11 años.
La madre coraje gallega saca los colores a Feijóo: "Todos conocíamos a Marcial Dorado"
Carmen Avendaño, presidenta de la asociación Érguete, una de las primeras que destapó el problema de la drogadicción, asegura que "todos los gallegos" conocían al narco en la época en la que el pr
"A los narcos gallegos los conocemos casi todos los gallegos desde hace muchos años". Así de contundente se muestra Carmen Avendaño, presidenta de la Asociación-Fundación Érguete ("levántate", en gallego) y una de las denominadas "madres contra la droga" que consiguieron ganar sonadas batallas contra las mafias que introdujeron en la Galicia de los 80 la sustancia que truncó la vida de sus hijos: la heroína.
Su lucha empezó en Vigo en 1984, año en el que varias mujeres del mismo barrio se asociaron para buscar soluciones a la "enfermedad" que estaba matando a sus descendientes. Ahora, casi 30 años después, la foto del presidente de su Comunidad, Alberto Núñez Feijóo, compartiendo barco con el narco Marcial Dorado las ha vuelto a poner en el punto de mira de la prensa, que busca la opinión de quienes pusieron nombre y apellidos a los culpables de la pandemia. "Yo no tengo por qué dudar de su palabra" -dice, refiriéndose al titular de la Xunta- "pero nosotros, el movimiento asociativo, sí sabíamos, ya en el año 83, que este señor [Dorado] se dedicaba, como otros muchos que después se pasaron al narcotráfico, al contrabando de tabaco", declara Avendaño a Público. "Él a lo mejor no lo sabía, no lo sé, si él lo dice...", reflexiona.
Las imágenes de la polémica, destapadas por el diario El País el pasado domingo, datan de 1995. "En cuanto he tenido constancia de sus actividades de contrabando he cortado mi relaciones de ocio con él", se justificó Feijóo al día siguiente. Para Carmen, que insiste en que no puede "cuestionar la palabra de un señor que representa a Galicia", el desconocimiento del presidente "es un poco extraño, porque saber, lo sabíamos todos". Y añade, haciendo uso de la sorna gallega: "Desde luego, si lo sabía, es de una ingenuidad supina dejarse hacer esa foto, porque no creo yo que la quisiera para poner en un marco en su despacho, ¿verdad?".
"Él a lo mejor no lo sabía, no sé, si él lo dice..."
A la ingenuidad del presidente alude también Fernando Alonso, gerente de la Fundación Galega Contra o Narcotráfico. Para él, el retrato Feijóo-Dorado es una estampa "desafortunada, de la que tiene que dar explicaciones" porque demuestra que entre ellos había "una relación de la que nadie puede estar orgulloso". Sin embargo, Alonso, que incide en que su organización es "apartidista", destaca también que "hay que poner la foto en su contexto". "Hace 20 años, la línea que separaba a los criminales del resto de la sociedad no estaba debidamente trazada; en aquella época, el contrabando de tabaco estaba justificado socialmente y al tráfico de drogas aún no se le prestaba la debida atención porque el problema acaba de arrancar con la operación Nécora", asegura.
"No pido la dimisión de Feijóo porque es un problema político que corresponde al Parlamento solucionar"
En esta cuestión Avendaño discrepa. "En nuestro movimiento asociativo ya sabíamos lo que era la droga y quiénes se dedicaban a ello y la sociedad ya estaba concienciada porque nosotras llevábamos años yendo pueblo por pueblo a informar sobre este problema y denunciar la situación", relata. Además, apunta Avendaño, "en aquella época la heroína era muy visible porque era muy de grupo, se compartía y lo hacían en la calle, en una terraza o en un parque". "Era una marginalidad muy visible porque la clase obrera la consumía así, socializándola. Quienes se escondían eran los que arruinaron a sus padres pero drogándose dentro de los chalés", recuerda.
Aun así, Carmen prefiere no mojarse para condenar por completo la actitud de Feijóo de aquellos años. "Y no es porque la Fundación reciba subvenciones, porque las recibe porque hacemos un trabajo que la Administración no hace. Es más, yo no cobro ni un duro por ello", apunta, poniéndose la tirita antes de la herida. "Si la oposición ha pedido la dimisión del presidente, me parece bien, pero yo no lo voy a hacer porque entiendo que es un problema político que corresponde al Parlamento gallego solucionar", responde. "La sociedad siempre hemos sido el trabajo de avanzadilla contra estos problemas: fuimos nosotras quienes advertimos a los partidos de todos los colores que tuvieran cuidado con sus listas, porque todos tenían gente de la droga; ahora le toca a los políticos asumir su responsabilidad", concluye.
Tirando del hilo¿Cómo llega un grupo de madres unidas hacer el trabajo que incluso a la justicia se le escapaba? ¿Cómo se llega a identificar a los jefes de las mafias de la droga? "No es muy difícil", presume Carmen, remarcando que su historia es "muy dura pero muy bonita". "En mi barrio había mucha gente con hijos con esas actitudes que eran tan raras que al principio creíamos que eran cosas de la adolescencia. Luego nos unimos varias familias, fuimos aprendiendo juntos y acabamos haciéndonos auténticos investigadores", recuerda. "Pronto empezamos a sacar conclusiones buscando quién empezó a meter la droga en la zona, observando la ostentación de gente que ni trabajaba pero presumía de sus posesiones y fuimos atando cabos", simplifica Carmen.
"Observábamos la ostentación de quienes ni trabajaban y atábamos cabos"
Dos años después de aquel germen asociativo, en 1986, aquel grupo de vecinas organizó la presentación oficial de Érguete. "A raíz de ahí ya empezamos a denunciar públicamente el trasvase de los contrabandistas del tabaco al narcotráfico", rememora la presidenta de la asociación. Carmen, que ya cuenta 67 primaveras "pero con una cabeza de una de 40 ò de 20", hace uso de su memoria de elefante para repasar el historial de Dorado:"Primero le detuvieron por contrabando de tabaco, incluso se marchó a Portugal para eludir la condena; luego se decía, y con bastante seguridad, que junto a Pablo Vioque [narco que llegó a secretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía de Arousa], se dedicaba a blaquear el dinero de la droga; y, posteriormente, ya lo cogieron con un barco con un alijo de 2.500 kilos", especifica. A pesar de todo, fue el propio Dorado, apodado Marcial de la Isla, quien denunció a la presidenta de Érguete hasta en tres ocasiones por un delito de atentado contra su honor. "Las perdió, por supuesto", sentencia una orgullosa Avendaño.
"Mientras los narcos nos descalificaban, nosotras creábamos conciencia social"
Pero si de algo está orgullosa Carmen es de los logros del movimiento antidroga que Érguete ayudó a nacer en toda España y, especialmente, en Galicia. "Los narcos nos trataban como a folclóricas, pero mientras ellos se dedicaban a descalificarnos, nosotras aprovechábamos el tiempo para crear conciencia social contra la drogadicción", destaca esta mujer que asegura que, de no ser por la protección que recibió de algunos jueces como Baltasar Garzón -entre otros-, habrían podido matarla. "Fue un trabajo ingente, durísimo, pero ha valido la pena porque sin esa conciencia que ayudamos a crear, Galicia ahora sería peor que Sicilia", concluye.
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