Este artículo se publicó hace 2 años.
La llegada de Feijóo no ha cambiado la connivencia del PP con Vox
Núñez Feijóo tenía el reto de empezar a convivir políticamente con la extrema derecha y de materializar el giro al centro de su partido pero, hasta el momento, sigue la estrategia dibujada por Pablo Casado.
Era el gran reto de Núñez Feijóo al frente del Partido Popular y todavía no lo ha afrontado. El nuevo PP sigue sin resolver su relación con Vox, el partido de extrema derecha al que Feijóo le concederá el deseo de no llamarlo por su nombre: "Si Vox no quiere que le llamemos ultraderecha, no se lo llamaré", dijo hace unos días. Acostumbrado a un escenario político, el gallego, sin la presencia de Vox, al tomar el timón de Génova Feijóo empieza a poner negro sobre blanco cuál es su posición con respecto a los de Abascal, y no dista de la dibujada por Pablo Casado.
"El PP y Vox no son lo mismo", ha repetido Feijóo en numerosas ocasiones. Cuando se le pregunta por qué, señala tres grandes diferencias: ellos (por Vox) son antieuropeístas, rechazan el Estado de las Autonomías y no tienen experiencia de gestión. Pero el presidente del Partido Popular evita confrontar a Vox en su discurso contra la inmigración, las mujeres o el colectivo LGTBI. Tampoco se posiciona sobre la posibilidad de replicar el pacto en Castilla y León a nivel nacional. La misma receta de la anterior Ejecutiva, porque más de un mes después de que su partido le coronara como presidente y escenificaran un regreso a la "moderación", el PP de Núñez Feijóo no ha dado ninguna señal de distanciamiento con la extrema derecha.
El politólogo y analista Eduardo Bayón señala que detrás de esta connivencia sostenida estaría la "tentativa" de Feijóo "de competir entre bloques en lugar de resolver la batalla con Vox". "Lo que necesitan es interiorizar las nuevas coordenadas de competición, con dos bloques compuestos por dos partidos a su vez, y presentar la batalla lo más rápido posible", reflexiona para Público el también politólogo y analista Daniel Vicente Guisado.
Según Bayón, Núñez Fiejóo ya está demostrando que es Vox quien le marca el ritmo a su moderación. "Habrá momentos en los que van a tener que distanciarse más y momentos en los que se irán más a la derecha; no va a poder hacer un discurso muy centrista porque va a estar gobernando con Vox", asegura.
Su destino, amarrado a Vox
Las encuestas así lo dicen. El último barómetro disponible, realizado por 40db para El País y la Cadena Ser, fue publicado el pasado miércoles y los resultados que arrojan son positivos para un PP que esté dispuesto a gobernar de la mano de la extrema derecha. Según esta encuesta, el Partido Popular y Vox rozarían la mayoría absoluta y la derecha tendría posibilidades de gobernar si Feijóo acepta hacerlo pactando con Santiago Abascal.
Vicente Guisado es claro en este sentido: "Mientras no exista la posibilidad de hacer pactos que no sean ideológicos, el destino del PP está amarrado al de Vox. De hecho, es una relación que ambos necesitan. El primero, para tocar poder, y el segundo, para demostrar que son más que un mero partido de protesta, que sabe gestionar."
Y Génova hace ejercicios de funambulismo para esconder las contradicciones que les genera el tablero político. El argumentario oficial del PP de Feijóo resta importancia a los datos arrojados por las encuestas, y lo que ya es una realidad en algunos territorios como Castilla y León, e insiste en el horizonte de gobernar en solitario. Pero, al mismo tiempo, mantiene un discurso dulcificado con las posiciones ideológicas de los de Abascal, consciente de la más que posible necesidad de entendimiento que tendrán ambas formaciones.
Feijóo asegura que la extrema derecha es una "escisión" de su propio partido, el PP. "A quien más afecta es al centroderecha, y a quien más beneficia es a los del otro lado", dice el presidente popular en referencia al bloque progresista. "Estoy convencido de que muchos votantes de Vox, si nos ven como una alternativa y si la gente no quiere seguir con este gobierno, tienen que votar a la alternativa", aseguró en otra ocasión. Sus referencias a Vox cada vez son más, pero en estas líneas se resume, hasta ahora, la posición de Feijóo. Sin cambios con respecto a la anterior etapa del partido.
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