Julio Molina, activista vecinal: "Votamos para volver al NO-DO o para salir adelante"
Después de toda una vida dedicada al activismo, el badalonés ha asumido el liderazgo de la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV) con la mirada puesta en el 23J. Lo entrevistamos en su ciudad.
Badalona-Actualizado a
Fue concejal en el Ayuntamiento de Badalona en dos etapas (1979-1981 / 1987-1991) por el PSUC. Activista y luchador en defensa de los derechos de los ciudadanos desde que era muy joven, Julio Molina ha liderado la Federación de Asociaciones Vecinales de Badalona desde sus inicios. Ha sido secretario en la CONFAVC -la confederación vecinal catalana- y ahora, una vez jubilado, ha hecho el salto hasta presidir la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV).
¿Cuáles son sus objetivos al frente de la CEAV?
En la asamblea que hicimos en marzo en Badalona aprobamos 101 propuestas. Apostamos por la cohesión en los barrios, por la mejora medioambiental y por la participación ciudadana. Ahora mismo, somos 3.000 asociaciones vecinales en todo el Estado, más de un centenar de agrupaciones autonómicas y, en total, un millón de socios. Estamos batallando por la eliminación del amianto, para encontrar el equilibrio entre el ocio y el descanso vecinal... Tenemos ganas de hacer muchas cosas.
Han firmado un acuerdo con el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos. ¿En qué consiste?
"Hay que tener conciencia de la importancia de pasar las ITE y de la rehabilitación de los edificios"
Es un acuerdo muy importante porque se nos caen las casas en muchos barrios. Y Badalona es un ejemplo. Hay que tener conciencia de la importancia de pasar las ITE [inspecciones técnicas de edificios] y de la rehabilitación de los edificios. Hay lugares donde no hay problemas porque se detecta la deficiencia y pueden tener recursos para arreglarla, pero hay zonas donde es muy complicado. Debemos tener conocimiento de la situación y de qué ayudas se pueden pedir. Gracias a los Colegios de Arquitectos haremos un proyecto de formación e información. En cuatro comunidades autónomas, Catalunya, Aragón, Madrid y País Valencià, formaremos nuestros dirigentes para que tengan capacidad para informar a los vecinos y poder buscar subvenciones necesarias para rehabilitar sus edificios.
Desde la CEAV hacen un llamamiento a combatir los discursos de odio de la extrema derecha. ¿Qué temen de este 23J?
Tememos el retroceso, la falta de libertad. Desde la presencia de banderas hasta la censura en actos culturales. Yo espero que la gente vote con conciencia y, sobre todo, que vote. A partir de aquí, este país no parará. Espero que entre todos seamos capaces de no volver atrás. La gente tiene que pensar al votar para volver al NO-DO o para salir adelante. Los gobiernos tienen que ser más responsables, tanto la izquierda como la derecha. Lo que no se puede hacer es dar alas a la extrema derecha.
La red de mujeres vecinales también ha mostrado su preocupación.
"Las mujeres son las primeras que, desde el movimiento vecinal, levantaron la voz después del auge de la extrema derecha"
Son las primeras que, desde el movimiento vecinal, levantaron la voz después del auge de la extrema derecha. Están preocupadas por el recorte de derechos, por las declaraciones antiabortistas o los que no reconocen la violencia de género. Y esto irá a más. Las entidades vecinales están consideradas "chiringuitos de izquierdas" y esto no puede ser.
¿Cómo combatirán este tipo de políticas?
Estoy convencido que tendremos que volver a salir a la calle, pero ahora tenemos una experiencia que antes no teníamos: hemos aprendido. Hemos pasado de la protesta a la propuesta. Somos capaces de salir a la calle a reivindicar y sentarnos en una mesa y convencer negociando. Aun así, depende de quién nos gobierne y como lo haga, estamos preparados para salir a la calle.
El relevo generacional siempre les ha llevado problemas. ¿Tiene futuro el movimiento vecinal?
"Al movimiento vecinal se nos ha matado muchas veces ya"
Estoy convencido de que sí que tiene. Lo primero que he hecho como presidente de la CEAV es dirigirme al Consejo Estatal de la Juventud para ver como podemos colaborar. Al movimiento vecinal se nos ha matado muchas veces ya. Pero la realidad es que estamos aquí. Lo que tenemos que hacer es coordinarnos bien e irlo trabajando. Las necesidades y la realidad de las ciudades han cambiado, por lo tanto el activismo de las entidades, también. De hecho, el país tiene una deuda con el movimiento vecinal.
¿Cree que no está bastante reconocida la tarea del movimiento vecinal?
Cuando nos encontrábamos en medio de la dictadura y los partidos y los sindicatos eran declarados ilegales, los que reclamábamos asfaltado de calles o la iluminación y reivindicábamos la democracia y las libertades éramos las asociaciones vecinales. En la Constitución se reconoce el papel de los partidos, sindicados, consumidores o empresas y se olvida el movimiento vecinal. Llevamos meses trabajando en una proposición de ley para nuestro reconocimiento. De este modo, empezando en el ámbito estatal pero bajando hacia las autonomías y los municipios, nos permitirá regular y garantizar la participación ciudadana. Hemos tenido mucha aceptación de los grupos en el Congreso pero la convocatoria de elecciones lo ha frenado. Estamos muy ilusionados con este tema.
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