Este artículo se publicó hace 9 años.
La izquierda podrá formar Gobierno
PSOE y Podemos, con IU, se configuran como una alternativa progresista factible frente al PP, que gana los comicios pero sufre un brutal retroceso, y Ciudadanos, que aparece en escena con mucha menos fuerza que la esperada y vaticinada en las encuestas.
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MADRID.- El veredicto de las urnas de este 20-D abre las puertas a un Gobierno de izquierdas para la nueva legislatura poniendo fin de forma abrupta a cuatro años de mayoría absoluta de un Ejecutivo presidido por el conservador Mariano Rajoy. La suma de los escaños del PSOE y de Podemos, con otros apoyos como el de IU, podrían conformar un apoyo estable a un Gobierno progresista frente a una opción de fuerzas conservadoras.
El resultado de la jornada electoral ofrece, al mismo tiempo, un escenario político radicalmente diferente al que se ha conocido en España desde 1977: el bipartidismo, finalmente, ha quedado deshecho con la irrupción en el Congreso de los Diputados de dos fuerzas políticas prácticamente inexistentes o irrelevantes hace dos años como son Podemos y Ciudadanos, aunque con bastante más peso del partido morado.
La primera consecuencia del escrutinio es la configuración de un arco parlamentario en el Congreso de los Diputados con la presencia de cuatro grupos políticos con fuerza suficiente para condicionar el día a día de la actividad parlamentaria y el control al Gobierno que pueda conformarse en base a alianzas totalmente novedosas.
El PP ha sufrido el mayor retroceso en escaños de un partido político en unas elecciones después del que supuso la práctica desaparición de UCD en 1982, al pasar de la holgada mayoría absoluta de 185 escaños en el Congreso de los Diputados obtenida en 2011 a las 123 actas parlamentarias de ahora. No obstante, ha sido la fuerza política más votada con un 28,71% de los sufragios, un resultado que, en principio, es insuficiente para que Mariano Rajoy siga siendo el inquilino del Palacio de La Moncloa.
El PSOE, con 90 escaños y el 22,02% de los votos, ha logrado mantenerse como segunda fuerza en votos y en porcentaje. De esta forma, su líder, Pedro Sánchez, no sólo puede lograr mantenerse al frente de la formación socialista sino que, además, aparece a priori como el más serio candidato a encabezar un Ejecutivo progresista para la nueva legislatura. De cualquier forma, la formación socialista obtiene su peor resultado en unas elecciones generales desde 1977, muy por debajo de los 110 escaños que logró en 2011 con Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato.
A escasa distancia se ha situado Podemos, la formación morada que lidera Pablo Iglesias, que ha conseguido 42 escaños a los que hay que añadir otras 27 actas parlamentarias logradas por las diversas coaliciones en las que participa: En Comú Podem, con 12, en Catalunya, donde ha sido la primera fuerza en votos y escaños; Compromís-Podem-Es el moment, con 9, en la Comunitat Valenciana, y En Marea, con 6, en Galicia. En total, la formación de izquierdas aglutina 69 escaños en la Cámara Baja, con más del 20% de los votos, siendo la tercera formación en escaños. Tendrá, sin duda, un papel protagonista clave para poder formar un Ejecutivo progresista.
La otra formación emergente, Ciudadanos, que encabeza Albert Rivera, ha logrado 40 asientos en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, y un 13% de los votos, una cifra sensiblemente inferior a las expectativas que desde la formación naranja se habían marcado y que, incluso, pronosticaban la mayoría de los sondeos.
El galimatías sobre su posición para modificar los aspectos penales sobre la violencia machista y la declaración a última hora de Rivera proclamando su opción de abstenerse para facilitar la investidura del candidato del partido más votado le restaron, sin duda, apoyos horas antes de la votación. No obstante, Ciudadanos se presenta en el escenario político con voluntad de no ser un mero comparsa en un panorama que se presenta muy abierto.
¿Qué va a pasar ahora?, ¿qué Gobierno puede formarse? De entrada, una gran coalición entre el PP y el PSOE está descartada. Esta posibilidad ya fue rechazada por los líderes de ambas formaciones, Rajoy y Sánchez, de forma explicita durante la campaña electoral. A partir de ahí el abanico de opciones se abre, pero no mucho, aunque ciertamente con soluciones muy diferentes a las conocidas hasta este momento en España. En cualquier caso, conformar un acuerdo parlamentario para sustentar un futuro Gobierno requerirá intensas y largas negociaciones, también desconocidas hasta ahora.
Un Gobierno con Rajoy al frente apenas tiene opciones. El PP y su líder han descartado cualquier coalición o cooperación con otras fuerzas políticas. Ideológicamente, tan solo aparece Ciudadanos como posible socio, aunque ambas formaciones se quedan en una minoría de 163 escaños. Es una cifra alejada de los 176 escaños de una mayoría absoluta en una cámara de 350 asientos. Fuera de Ciudadanos no hay apoyos posibles para Rajoy, dado el alejamiento del PP con Democràcia i Llibertat –la nueva marca de Convergència–, que cuenta con 5 escaños, y con el PNV, con otros 6.
La oposición de PSOE y Podemos, junto a otras formaciones, a un Gobierno en minoría de Rajoy hace imposible que la abstención de Ciudadanos permitiese a Rajoy ponerse al frente de un Ejecutivo en minoría. Por lo tanto, la opción con más posibilidades pasa por una coalición en la bancada de la izquierda.
Una cosa son las actitudes en la campaña para conseguir votos y otra muy distinta el escenario que se abre una vez conocido el resultado
PSOE y Podemos suman 159 escaños, a los que cabría añadir los dos de Unidad Popular-IU. El cuasi-empate 163 a 161 es factible decantarlo en el lado progresista con el apoyo del único escaño de Coalición Canaria (en Canarias esta formación gobierna junto con el PSOE) y el respaldo de ERC, que cuenta con 9 escaños en esta legislatura. Además, el PSOE mantiene buenas relaciones con el PNV, un partido que ha mantenido serios enfrentamientos con el PP en la legislatura que ha finalizado con la votación de este domingo.
Ahora bien, una alianza con estos ingredientes requiere unas negociaciones muy duras, si se tienen en cuenta las declaraciones realizadas desde el PSOE y desde Podemos sobre una posible coalición. Sin embargo, una cosa son las actitudes en una campaña electoral para conseguir votos y otra muy distinta el escenario que se abre una vez conocido el resultado.
Hay que tener en cuenta que una de las dificultades estriba en la compleja composición de los escaños logrados por Podemos: los asientos parlamentarios de esta formación son 42, el resto hasta 69 quedan englobados en tres grupos parlamentarios diferentes. Los 12 de En Comú Podem, los 9 de Compromís-Podemos-Es el momento y los 8 de En Marea.
Estos tres grupos, que han logrado los porcentajes suficientes para constituirse como tales en el Congreso de los Diputados, tienen en su seno intereses muy concretos en lo territorial, lo cual puede condicionar el peso específico de Podemos, y de su líder Pablo Iglesias, en una negociación con el PSOE ya que, formalmente, serán cuatro los grupos que deberán entablar conversaciones con Pedro Sánchez y sus colaboradores. El compromiso de una consulta soberanista en Catalunya, prometida por Iglesias y En Comú es tal vez el escollo más difícil.
El Senado, con el PP al filo de la mayoría absoluta, puede dificultar también el curso político. Será uno de los factores a tener en cuenta en una legislatura que, de no conseguir un Gobierno, está abocada a tener una vida muy corta, ya que no puede descartarse en un horizonte no muy lejano la convocatoria de nuevas elecciones generales. De entrada, no hay límite para la primera sesión de investidura tras la constitución de las cámaras el próximo día 13 de enero.
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