La izquierda andaluza exhibe unidad y coge vuelo con el revulsivo Yolanda Díaz

En la estación de Santa Justa de Sevilla los viajeros hacían fila este martes para coger un taxi que les llevara a su destino. Turistas de España, de otros países y vecinos de la ciudad esperaban pacientemente su vehículo golpeados por el calor de una semana que está batiendo récord de temperaturas.

Debajo de los escudos de varios taxis sevillanos ("Muy noble, muy heroica, muy leal y mariana ciudad de Sevilla") hay una cara y un logo: Inma Nieto, Por Andalucía. Más allá del alcance y de la representatividad sociológica real de los taxistas sevillanos, hace semanas Nieto no era precisamente una de las dirigentes andaluzas más conocidas.

El reto de darse a conocer en campaña es una paradoja: se necesita una 'cara conocida' en periodo electoral, que a su vez es el mejor periodo para dar a conocer una cara.

La pasada semana el mayor o menor grado de proyección política de Nieto no era la principal preocupación en la candidatura que aglutina a IU, Podemos, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz; la campaña había empezado adormecida, con un Moreno Bonilla disparado en las encuestas y una izquierda que no terminaba de despegarse del fiasco del registro de la candidatura.

Desde el sábado, 11 de junio hasta este martes, 14 de junio, eso ha cambiado, al menos a ojos de Por Andalucía. En la candidatura perciben un ambiente distinto, un revulsivo que ha logrado despertar el ánimo de la ciudadanía más progresista, el mismo ánimo que lleva a los taxistas de la estación de Santa Justa a pasear la imagen de Inma Nieto por toda Sevilla. 

Para el equipo de campaña de la coalición, el cambio de los últimos días se debe al 'efecto Yolanda'. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha protagonizado varios actos en Andalucía en los últimos días; con la candidata, Inma Nieto, pero también con la líder de Podemos, Ione Belarra, o el de Más País, Íñigo Errejón (aunque no ha sido posible aunar todavía a Belarra y Errejón en ningún acto, por cuestiones de "agenda", se traslada desde la coalición).

"En 2018 perdimos nosotros por quedarnos en casa"

El último acto, la que ha pretendido ser la mayor exhibición de la unidad, se celebró este martes en Dos Hermanas, donde Díaz, Alberto Garzón, Belarra, Juantxo López de Uralde, Juan Antonio Delgado y Esperanza Gómez arroparon a Inma Nieto.

El objetivo estaba claro, era el mismo que se ha mantenido durante toda la campaña: movilizar al electorado progresista y combatir el escepticismo de la izquierda. La vicepresidenta segunda del Gobierno dejó claro este objetivo; con un tono inusitado que dista mucho de su habitual proyección institucional, Díaz hizo un llamamiento desde Dos Hermanas, corazón industrial de Sevilla, a "los trabajadores, los jóvenes y las mujeres" para que el próximo domingo "vayan a votar Por Andalucía". 

"En el año 2018 no ganaron ellos, perdimos nosotros porque nos quedamos en casa", defendió la ministra de Trabajo, que apeló una y mil veces a "ser escépticos con el escepticismo" para tratar de romper el dique de la desafección política en Andalucía. 

En esta misma línea, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, recordó que "quedan tres días para hablar con todo el mundo y contar que es imprescindible votar a Por Andalucía". 

En escasos cinco días, y tras una campaña frenética en la que Yolanda Díaz ha amadrinado una candidatura que servirá de prueba del algodón de los procesos de unidad de la izquierda, se verá si este 'efecto' y la unidad son la base de un cambio de guion que puede romper las encuestas, o un espejismo que solo es visible en campaña y se muestra ante la sed acuciante de una victoria progresista en Andalucía.