IU aparca el debate final de sus listas hasta la resolución de las primarias

“Las bases decidirán”. “La militancia tiene la última palabra”. Las dos frases prenden. Se cuelan en Izquierda Unida por todas las rendijas. Es el diktat oficial, de cautela, que deslizan todas las federaciones. El “vaya por delante” que anteponen todos los líderes regionales cuando son preguntados por el reto de las elecciones de 2008, por los diputables.

Sentencia cierta. En parte, eso sí. IU no dispone, a escasos cuatro meses de las generales de marzo, de candidatos oficiales. Ni tan siquiera tiene apartado a su elegido para disputarse La Moncloa con PSOE y PP. Pero hay ruido en las casas regionales fuertes de la coalición, donde el escaño en el Congreso está tibio, a punto (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Guipúzcoa). Hay alboroto, sí. Nombres sobre la mesa.

En IU nada se moverá de forma definitiva hasta que las primarias ahora abiertas –las primeras en sus 21 años de historia– den por ganador a Gaspar Llamazares o Marga Sanz. En la dirección federal, de hecho, admiten que la derrota del actual coordinador se leería en clave de tragedia. “Hecatombe, hecatombe”, repiten. Muchas tácticas ya no valdrían.

Los partidarios de la candidata lanzada por el Partido Comunista (PCE)  lo ratifican. Hablan de “cambio profundo”, de reorientación de la estrategia de 2008, sobre todo en lo que afecta a la posición del grupo parlamentario.

Senadores con el PSOE

Toda IU mira, pues, a Madrid. Un caso claro: Euskadi. Allí Guipúzcoa gana un diputado, según las previsiones, y sería “más que factible” que esa acta se la adjudicara Ezker Batua, subrayan fuentes de la federación próximas al líder regional, Javier Madrazo. La dirección de EB no ha lanzado de momento ningún anzuelo a Aralar, el partido de Patxi Zabaleta con el que concurrieron el 27-M y con el que obtuvieron resultados “óptimos” (70.197 votos y 81 concejales). Está expectante. Sabe que si gana Sanz, los planes pueden quebrarse, ya que la candidata aspira a “poner racionalidad y sentido común” a las alianzas con otros partidos.

Otro caso palpable, y éste afecta al Senado: el entendimiento con el PSOE. La idea, defendida por el federal, no ha muerto aún, según ha podido confirmado Público. “Buscamos restar escaños al PP y mermar su capacidad de bloqueo –explican fuentes de la dirección–, y para eso estamos abiertos a concurrir con el PSOE en provincias conservadoras, siempre que ambos ganemos representación”.

De forma paralela discurren las convulsiones internas en las federaciones. Especialmente en Valencia, donde la ruptura es total. El federal les ha mandado un mensaje explícito: “Hay que arribar a un pacto entre los sectores en disputa. No hay escapatoria”.