Los intereses electorales de Junts en Catalunya imposibilitan una entente entre Feijóo y Puigdemont
Junts presiona a Sánchez con la estrategia de bloqueo al Gobierno del PSOE y Sumar, en la que participan PP y Vox, pero mide con cautela los pasos junto a las derechas españolas, con el rechazo a la moción de censura como dique de contención, por miedo al coste electoral en Catalunya.
Barcelona--Actualizado a
A pocas horas de la decisión de la Mesa del Congreso de los Diputados sobre la proposición no de ley que ha presentado Junts para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se someta a una cuestión de confianza, la tensión política se incrementa. Todo indica que la mayoría del PSOE y Sumar en la Mesa de la cámara parlamentaria tumbarán la tramitación de la propuesta. Una decisión que podría acabar de romper las ya dañadas relaciones entre Junts y el PSOE. Y que plantea incógnitas sobre qué mayoría alternativa puede generarse. O cómo van a evolucionar las relaciones entre Junts y el PP en el incipiente bloque de derechas que, junto a Vox –y el PNV en algunos casos–, han aprobado ya iniciativas conjuntas, o han tumbado proyectos del Gobierno. Y la pregunta de si ¿puede haber un entendimiento entre Carles Puigdemont y Alberto Núñez Feijóo?
La complejidad del escenario político catalán y estatal dificulta una respuesta que pueda desvanecer todas las incógnitas. Pero la más aproximada, si hacemos caso de los dirigentes de Junts, sería que en caso de que se tumbe la iniciativa de la cuestión de confianza, Junts presionará fuertemente a Pedro Sánchez mediante la estrategia de bloqueo conjunto con el PP y Vox al Gobierno del PSOE y Sumar. Pero eso sí, medirá con cautela cada uno de los pasos que dé al lado de las derechas españolas, por miedo al coste electoral que esto le puede acarrear a Catalunya.
Rechazo rotundo de Junts a la moción de censura
Todas las fuentes consultadas le ponen unos límites claros a esta estrategia coincidente con las derechas españolas: "No habrá ningún acuerdo estratégico con el PP que vaya más allá de la coincidencia en puntos programáticos muy determinados, o en votaciones puntuales contra propuestas del Gobierno". Una posición que tiene grabado en el frontispicio un compromiso claro: "No vamos a participar en ninguna moción de censura junto a Vox, ni vamos a hacer presidente a Feijóo".
En palabras del secretario general de Junts, Jordi Turull: "Que nosotros haremos una moción de censura junto al PP y Vox es una broma macabra". Las fuentes de la dirección de Junts no esconden que un escenario de excesiva aproximación al PP "no se entendería por parte de nuestra militancia y nuestros votantes, y es obvio que podría tener un elevado coste electoral para nosotros". Pero también dejan claro que esta prevención no frenará el voto de castigo contra las iniciativas del Gobierno español, "si no se recupera la confianza perdida" –dicen–, aunque estas votaciones comporten coincidencia con el PP y Vox.
Junts, estancado y a la baja electoralmente
Los últimos datos demoscópicos indican, según el último sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat, que Junts no conseguiría recuperar terreno al PSC y los socialistas volverían a ganar unas elecciones al Parlament si se hicieran ahora. Junts se mantiene estancado y con un pequeño retroceso, pasando de los 35 diputados actuales a entre 30 y 32 escaños. Un freno electoral que les obliga a redibujar la estrategia en Madrid respecto al PSOE, pero que a su vez imposibilita cualquier entendimiento de los de Puigdemont con el PP de Feijóo, debido al profundo coste electoral que tendría, por parte de un independentismo que tiene muy reciente la aplicación del artículo 155 de la Constitución a la Generalitat por parte del Gobierno de Mariano Rajoy.
Desde Junts admiten que el PP está desarrollando una táctica de seducción "para envolvernos en una estrategia de desgaste al Gobierno de Pedro Sánchez por intereses propios". Pero aseguran que "no formamos parte de ningún bloque, ni de investidura ni de derechas, nosotros vamos a la nuestra". Y Jordi Turull descarta ninguna negociación estructural con el PP: "No vamos a sucumbir a los cantos de sirena del PP, no podemos acordar nada con aquellos que por la mañana te piden ayuda y por la tarde exigen que se nos meta en la cárcel". Y en este sentido, desde Junts descartan posibilidad alguna de que Carles Puigdemont y Alberto Núñez Feijóo participen en ningún tipo de cumbre conjunta, y limitan los contactos con el PP al Congreso de los Diputados, con el equipo liderado por Míriam Nogueras, y "en cuestiones circunstanciales y esporádicas, siempre que coincidan con nuestro programa". "Si algo es bueno para Catalunya lo votaremos a favor y si es malo lo haremos en contra", aseguran.
Estrategias de desgaste
Para los de Puigdemont, se está utilizando la confrontación entre Junts y el PSOE para generar escenarios que no corresponden a la realidad "con el objetivo de desgastarnos". Desde Junts se apunta a que el PP está interesado en proyectar la idea de que Junts participa de un bloque alternativo al Gobierno para desgastar a Pedro Sánchez. Y también critican que ERC asuma esta estrategia, en referencia a los augurios del portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián que asegura que "Junts acabará haciendo presidente algún día a Alberto Núñez Feijóo". Para Junts, ésta es una idea interesada y poco creíble.
Respecto a las palabras de Rufián, fuentes de la dirección de ERC aseguran que "nosotros en ningún caso vamos a participar en ninguna estrategia que suponga abrir la puerta o allanar el camino del Gobierno español a la derecha y mucho menos a la ultraderecha", según el presidente de los republicanos, Oriol Junqueras. Y añade que "Esquerra ha firmado unos acuerdos muy importantes con los socialistas que deben cumplir –nuevo sistema de financiación singular para Catalunya, condonación del FLA o traspaso de Rodalies–; son importantes no para nosotros, sino para los catalanes y las catalanas, y no tiene sentido que negociemos nada más en estos momentos hasta que esto se cumpla. El resto no nos interesa".
La pugna entre los partidos independentistas también ha influido en la situación. Junts inició una nueva etapa en el 2023 con los acuerdos de investidura de Pedro Sánchez, con los que daba un giro de 180 grados sobre la estrategia de la anterior legislatura, que impugnaba de arriba a abajo la posición negociadora de Esquerra Republicana con el Gobierno español. Junts quiso justificarse mostrando una condición de firmeza negociadora y efectividad que no ha logrado los resultados esperados. Con lo que las presiones internas dentro del independentismo, especialmente de los sectores más radicales contrarios a ningún acuerdo con ningún partido estatal, han forzado la necesidad de Junts de mantener un equilibrio y equidistancia entre el PSOE y el PP. Maniobra que se hace difícil defender, por parte de los de Puigdemont, sin una posición dura frente al Gobierno de Pedro Sánchez, y que ha supuesto la denuncia de supuestos incumplimientos de los acuerdos de investidura y la exigencia de la cuestión de confianza.
Desde Junts admiten que han recibido críticas de parte de las bases independentistas por haber establecido unos acuerdos con el PSOE que "no se están cumpliendo como correspondería, como es el caso de la oficialidad del catalán en Europa o de la propia amnistía". "No se han hecho todos los esfuerzos que corresponderían", señalan. Y Jordi Turull amenaza a Pedro Sánchez, si se tumba su iniciativa para la cuestión de confianza este jueves: "Nos veremos obligados a tomar decisiones que no van a gustar al PSOE", asegura el número dos de Junts. Sin embargo, ninguna fuente de la dirección ha querido concretar a qué decisiones se refiere Turull. La justificación para este silencio radica en que no se puede dar por sentado que no se tramitará la proposición de la cuestión de confianza: “Hay que esperar, el PSOE sabe perfectamente que si la tumba habrá consecuencias, pero cada cosa a su tiempo”.
El giro de Junts hacia la derecha
Por otra parte, a la tensión con el PSOE por los acuerdos de investidura se suma la voluntad de Junts de recuperar el eje ideológico de centroderecha que, con la desaparición de Convergència, el espacio postconvergente había perdido, centrándose exclusivamente en el procés independentista. La aparición en la escena política catalana de la ultraderecha independentista de Aliança Catalana, y la recuperación del PP en Catalunya, ha presionado en el espacio de las derechas, con temas como la inseguridad ciudadana, la fiscalidad, la inmigración o el empleo de viviendas, que han forzado la reacción de Junts para no perder algunas de estas banderas de la derecha.
Es por ello que temáticas como el traspaso de las competencias de inmigración son claves para Junts, y algunas fuentes admiten que un acuerdo final en esta materia –que debería haberse cerrado antes de finalizar el año– podría suavizar el impacto de que el PSOE tumbe la proposición para la cuestión de confianza. Y un acuerdo final en inmigración podría incluso rehacer las relaciones entre Puigdemont y Sánchez, junto con una posible reunión entre los dos dirigentes en Bruselas, y con la vista puesta en que el Tribunal Constitucional pueda facilitar la vuelta de Puigdemont a Catalunya este 2025, dando luz verde definitiva a la aplicación de la ley de amnistía.
Pero a la espera del traspaso de competencias migratorias, de la amnistía y de la cuestión de confianza, el PP sigue aprovechando la tensión entre Junts y el PSOE para hacer bascular a los de Puigdemont hacia ese hipotético frente de derechas. Y no faltarán las propuestas y halagos de los de Feijóo hacia los de Puigdemont, por paradójico que pueda parecer. Una situación que también preocupa a los dirigentes de Junts por las posibles afectaciones electorales que tenga la estrategia del PP con ellos, por poco creíble que pueda parecer un entendimiento entre las derechas españolistas y las independentistas. Y es que, por muchas coincidencias programáticas que puedan tener, el electorado independentista pone fuertes límites a la relación entre Junts y el PP, lo que hace imposible ahora mismo una negociación directa y de gran alcance entre Puigdemont y Feijóo.
Por el momento, las espadas se mantienen en alto y habrá que ver lo que acaba pasando en la Mesa del Congreso este jueves con la proposición no de ley de Junts sobre la cuestión de confianza. Pero para saber qué escenario se abre, habrá que esperar al viernes, cuando la dirección de Junts per Catalunya se reunirá en Bruselas. La reunión será presidida por Carles Puigdemont a las 10.30 horas, y una vez terminada el propio presidente de Junts hará una comparecencia de prensa en la que analizará y comunicará las medidas que tomará su partido a partir de ahora en el Congreso de los Diputados.
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