"Al menos de momento no se aprecia una fuerte relación entre la
percepción sobre la ley de amnistía y la evaluación del estado de la democracia". Es una de las conclusiones del informe "La Renuncia al centro. Informe de la democracia en España 2023" elaborado como cada año por la Fundación Alternativas. 

El documento se presenta este lunes en un acto celebrado en el Congreso de los Diputados con la presencia de sus autores e inaugurado por Alfonso Gómez Rodríguez de Celis, vicepresidente de la Cámara Baja. 

Al análisis habitual que hacen los expertos de la Fundación Alternativas cada año sobre los factores que afectan a la calidad democrática de nuestro país, el informe ha incluido un apartado específico sobre la amnistía para los implicados en el procés de Catalunya. La ley se aprobó el pasado mes de mayo en las Cortes Generales. 

De este modo, el informe resalta que en los últimos doce meses (la ley comenzó a tramitarse en noviembre del pasado año, poco después de la investidura de Pedro Sánchez), se ha producido un debate sobre las posibles consecuencias de esta ley, sobre todo en lo concerniente
al futuro del proceso soberanista catalán y, de forma más genérica, sobre el impacto que podría tener en la calidad de la democracia.

Respecto a las posibles consecuencias de la aprobación de la ley, en la encuesta realizada se han recogido las opiniones de los expertos y
expertas acerca del efecto positivo o negativo de la norma sobre cinco aspectos relacionados con el conflicto en Catalunya y la calidad de la democracia: "el final de la vía unilateral a la independencia de Catalunya, el fortalecimiento de la democracia, la convivencia entre españoles, el respeto a los valores constitucionales y la recuperación del consenso". 

La mayoría (45%) cree que la ley de amnistía tendrá un efecto positivo a la hora de atajar la vía unilateral, mientras que el 29% piensa que será negativo y un 26% se muestra neutral. Los porcentajes son similares cuando se pregunta acerca del fortalecimiento
de la democracia, con una mayoría (43%) que espera un impacto
positivo de la norma y un 33% que lo espera negativo, mientras que el 24% cree que será neutral.

En cuanto a la convivencia entre españoles, las opiniones están más divididas según el informe. Un 39% espera un efecto positivo, un 37% augura un impacto negativo y un 25% que cree que será neutral. Por el contrario, son más quienes esperan un impacto negativo de la norma sobre el respeto a los valores constitucionales y la recuperación del
consenso (36% y 42%, respectivamente) que aquellos que pronostican una mejora de estos aspectos (30% y 26%).

Los resultados muestran que la media del índice de la democracia, así como de la esfera de ciudadanía y leyes, apenas varió entre 2022 y 2023. El grupo con una percepción negativa del efecto de la ley de amnistía en la democracia presenta una caída de 0,3 puntos en el índice de calidad de la democracia entre 2022 y 2023, frente al aumento de 0,1 puntos que muestran aquellos con una visión positiva o neutral del impacto de la amnistía.

Otras conclusiones

Más allá del asunto de la amnistía, el informe arroja otra serie de conclusiones. Los expertos consultados por la calidad de la democracia española de este año han otorgado una calificación del 6,4, la misma que en la pasada edición supuso el máximo histórico de la serie.

"Es llamativo que en un momento en que el nivel de polarización ha aumentado significativamente y existe un debate amplio sobre algunos aspectos centrales del sistema democrático, la evaluación experta arroja un resultado positivo si se compara con las ediciones anteriores", señala el texto. 

En cuanto a las principales debilidades de la democracia española, el informe destaca "la falta de respeto que muestran los medios de
comunicación, la dependencia económica del poder político, las interferencias internacionales sobre el país, la escasa accesibilidad de los representantes, el difícil y desigual acceso al poder y la corrupción". 

Además, hay otras cuestiones que deben mejorarse según los expertos como la baja participación ciudadana, la alineación de los medios de comunicación con determinadas posiciones partidistas, la dependencia de los partidos políticos del poder económico y la escasa cooperación entre niveles de gobierno.

"En definitiva, se aprecia un clima de mutuas descalificaciones, una alta desconfianza en los líderes y en sus intermediarios, junto con una situación muy polarizada de competencia entre organizaciones en el espacio político, lo que genera un clima de crispación y desconfianza de la ciudadanía en las instituciones que la gobiernan", añade el informe. 

En cambio, las fortalezas más destacadas de la democracia española tienen que ver con la celebración de las "elecciones limpias y la libertad de voto", seguidas por el respeto a las libertades religiosa,
de partidos políticos y sindicatos ‒de asociación, en general‒, así como
el ajuste a la legalidad de los funcionarios y el cumplimiento de las obligaciones europeas.