"Unanimidad". "Unidad". "Todos a una". Estas eran algunas de las expresiones más repetidas por los dirigentes del PSOE al término del Comité Federal celebrado este domingo de manera extraordinaria para tratar la situación en Ucrania. El máximo órgano de dirección de los socialistas entre congresos cerró filas en torno a la posición del Gobierno de Pedro Sánchez tras la guerra iniciada por Rusia. Según las fuentes consultadas por Público, además, se obviaron las referencias a las diferencias mostradas por sus socios de la coalición de Unidas Podemos en este tema. 

El discurso inicial de Sánchez, emitido en abierto, sí dejó alguna crítica velada a la estrategia seguida por UP, sin mencionarlos de forma directa. "No ha faltado diplomacia, lo que ha sobrado es agresión", dijo en su intervención. La formación morada ha puesto el foco principalmente en esta vía. "Mientras se dialogaba, el agresor preparaba la agresión. El agresor negaba cínicamente la agresión", señaló Sánchez. En sus palabras también destacó que el PSOE "sabe cuál es el lado correcto" de la historia.

Casi en paralelo a la celebración del Comité Federal, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, criticaba a "los partidos de la guerra que dicen enviemos armas" y les decía que "lo más útil para ayudar al pueblo ucraniano es apostarlo todo a la diplomacia".

Estas críticas fueron obviadas en la reunión de los socialistas. Fuentes del ala del PSOE en el Gobierno se limitaban a decir que "no hay que confundirse de enemigo" y que "lo importante es estar todos juntos". Otros cargos de Moncloa rebajaban la importancia de las posiciones de Belarra y se referían a ello como "matices". "La habréis entendido mal", ironizaba una dirigente al ser preguntada por estas críticas, evitando hablar del asunto y entrar en el cuerpo a cuerpo. 

Dentro de la reunión a puerta cerrada, según todas las fuentes consultadas por este medio se evitaron las referencias, directas o indirectas, a UP. Solo un vídeo enviado por Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, se acercó a la polémica. En él recordó la Guerra Civil española y el hecho de que nadie externo enviara armas a las fuerzas republicanas. 

"Nadie ha metido el dedo en la herida, necesitamos seguir gobernando", señalaba otra dirigente relevante al término del encuentro. "Bastante tenemos encima como para entrar en eso", añadía otra. Y en este sentido, desde el PSOE recuerdan que el acuerdo de coalición firmado con UP especifica que la política exterior la marca el presidente del Gobierno al mencionar expresamente el artículo 98.2 de la Constitución Española. "El presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión". 

Desde las filas socialistas sacan pecho de la "unidad de su partido con el Gobierno". Y destacan que son la única formación política que ha hecho una reunión específica de su dirección para hablar de la situación en el Este de Europa. "Hay que hablar con realismo. No sabemos los escenarios que nos vamos a encontrar", señalan desde la dirección del PSOE respecto a la dureza del discurso de Sánchez.

"Vienen tiempos duros", advirtió el líder del Ejecutivo. "La guerra es una desafío muy grande y sus consecuencias son imposibles de calcular. Necesitamos unidad y serenidad. Y ante la catástrofe humanitaria vamos a demostrar solidaridad", explicaba un integrante del Ejecutivo de Sánchez al salir del Comité Federal. 

El órgano de dirección aprobó una resolución de condena a la agresión militar. "El Comité Federal del PSOE manifiesta su apoyo al presidente Zelensky y su gobierno, a las instituciones y la ciudadanía de Ucrania. Ucrania es un Estado independiente y soberano, por lo que defendemos que su integridad territorial es innegociable", señala el texto. 

Referencias al "nuevo" PP

Aunque la reunión se centró casi al 100% en Ucrania, sí hubo tiempo para alguna referencia al estado del Partido Popular (PP), que afronta un nuevo liderazgo tras la llegada de Alberto Nuñez Feijóo y la salida de Pablo Casado. Sánchez reavivó su estrategia, lanzada tras las elecciones de Castilla y León, de pedirle a los populares un cordón democrático a la ultraderecha de Vox. "Que la derecha deje de una vez por todas de coquetear con la ultraderecha", destacó al respecto. 

En este sentido, reiteró el apoyo al ofrecimiento de Luis Tudanca al PP de Alfonso Fernández Mañueco para llegar a un acuerdo que evite que la ultraderecha acceda al Gobierno. "El acuerdo tiene que extenderse a toda España y en el tiempo. Necesitamos una solución estructural para evitar a la ultraderecha en Castilla y León y en todo el país", ha añadido. Sin embargo, en el PSOE de esta comunidad autónoma consideran que el acuerdo con Vox está ya prácticamente cerrado.

Como publicó este medio, en el PSOE no se terminan de fiar del perfil "moderado" que supuestamente tiene Feijóo. E inciden en que el partido tiene que regenerarse realmente porque "la corrupción es sistémica en sus filas". En esta línea se produjeron algunas intervenciones a puerta cerrada dentro del Comité Federal. "Nadie en el PP está haciendo frente a la corrupción", fue uno de los mensajes transmitidos en la reunión.

Para los socialistas, esta semana Feijóo tiene una prueba clave, al discernirse si gobernará o no con la ultraderecha. Y, de fondo, también se incidió en la "lucha de poder" e ideológica que se va a establecer entre el nuevo presidente nacional de los populares y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En el PSOE observarán con atención todos los movimientos, con la esperanza, en todo caso, de poder lograr algunos pactos de Estado relevantes para los que tienen, sí o sí, que contar con el PP, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).