Portada de 'Eguna', el diario en euskera que fue incautado por 'El Correo Español'.
BILBAO
Actualizado:“El que tiene padres, por sus padres. El que tiene hijos, por sus queridos hijitos. Los que están prometidos, por sus esposas”. El calendario marcaba el 30 de abril de 1937, y el Eguna, primer diario editado íntegramente en euskera, animaba a la población vasca a seguir luchando contra la muerte. Cuatro días antes, aviones fascistas habían bombardeado la villa de Gernika, provocando una auténtica masacre. Frente a tanta desolación, el periódico lanzaba un mensaje de fortaleza y unidad para “aplastar al enemigo de la libertad en Euskadi”. Un enemigo que estaba cada vez más cerca y que, algunas semanas más tarde, se encargaría de acabar con ese inédito proyecto periodístico.
80 años después, el histórico periódico Eguna (El Día, según su traducción a castellano) vuelve a ser objeto de homenajes y conferencias. Este viernes, Euskaltzaindia –Real Academia de la Lengua Vasca- realizará un seminario que girará en torno al nacimiento de ese diario y en el que participarán distintos expertos. La semana pasada, el ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno Vasco –con el alcalde Juan Mari Aburto y el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, a la cabeza- fueron los encargados de homenajear a sus impulsores. Lo hicieron frente al número 17 de la calle Correos de la capital vizcaína, el mismo lugar donde se elaboraba el matutino.
Nacido en uno de los momentos más terribles del siglo XX, aquel diario tuvo una trayectoria tan corta –empezó a salir el 1 de enero de 1937 y acabó, por la fuerza, el 13 de junio del mismo año- como intensa. “Su línea editorial –sobre todo a partir del 31 de marzo, con los bombardeos contra la población civil llegando a la puerta de casa- estaba condicionada por los acontecimientos de guerra”, explica a Público el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), Joseba Agirreazkuenaga.
El proyecto editorial había sido impulsado por Euzkadi, un diario que había comenzado a editarse en 1913 y que defendía el ideario del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Si bien sus contenidos eran principalmente en castellano, en primera página llevaba siempre un artículo en euskera. “En diciembre de 1936, cuando se plantearon restricciones en el uso de papel por parte de los periódicos, la empresa editora de Euzkadi decidió suprimir la sección en euskera de su portada e impulsar un periódico en esta lengua”, señala el académico.
“Su puesta en marcha significó un reto convertido en realidad”
Aquella apuesta supuso un auténtico cambio en el mundo de la prensa vasca: hasta entonces, solo existían publicaciones en euskera de carácter semanal. En ese contexto, Eguna estaba llamado a convertirse en un auténtico símbolo del espíritu euskaldun. Y así fue. “Su puesta en marcha significó un reto convertido en realidad”, resume Agirreazkuenaga, quien rescata dos nombres íntimamente ligados a la cultura vasca que trabajaron incansablemente para tratar de alcanzar ese “viejo sueño”: el poeta Xabier Lizardi –fallecido en 1933- y el también escritor Esteban Urkiaga, Lauxeta, redactor de Euzkadi y uno de los artífices de Eguna, quien fue apresado y fusilado por las tropas franquistas el 25 de junio de 1937. “Los que impulsaron ese periódico –destaca el historiador- acabaron en la cárcel o fueron condenados a muerte. Solo se salvaron los que tuvieron la oportunidad de marcharse al exilio”.
Por su parte, las rotativas y el resto de la infraestructura utilizada por el periódico en euskera –y también por Euzkadi- pasaron a manos de un incipiente diario franquista que empezaría a editarse el 6 de julio de ese mismo año. Se llamaba El Correo Español y, según destaca la historiadora Begoña Zalbidea en un trabajo publicado por la revista de humanidades y ciencias sociales Bidebarrieta, apareció “como órgano de FET y de las JONS, pero inspirado por tradicionalistas más que por falangistas”. En abril de 1938 se fusionó con El Pueblo Vasco, otro matutino que adoraba a Franco. Actualmente, El Correo –nombre que adoptó hace ya varios años- pertenece a Vocento, el grupo empresarial que tiene entre sus marcas al monárquico ABC.
“Hable en cristiano”
Mientras la prensa “amiga” del régimen se beneficiaba de las incautaciones de bienes pertenecientes a republicanos y nacionalistas, los euskaldunes –término empleado para referirse a quienes hablan en euskera- empezaban a vivir la larga noche de la dictadura. “Hay una frase que lo simplifica más que cualquier otra reflexión: cuando alguien se expresaba en euskera, inmediatamente le decían: hable usted en cristiano”, recuerda Agirreazkuenaga, uno de los tantos vascoparlantes que sufrió esa represión lingüística en carne propia. “El euskera se refugió en el ámbito familiar y privado, puesto que cualquier manifestación en lengua vasca era perseguida sistemáticamente”, subraya.
Tras la muerte de Franco, distintas personalidades y colectivos a favor del euskera empezaron a mover hilos para reflotar la prensa en euskera. Se trataba de volver a los orígenes de Eguna, aquella iniciativa que había quedado inconclusa por culpa del alzamiento militar contra la República. El sociólogo y periodista Joan Mari Torrealdai lo recuerda como si fuera hoy: “En 1986 nacieron el nuevo Eguna y Hemen (Aquí)”, rememora. La primera cabecera estaba ligada al Grupo Iparragirre –editor del diario Deia-, mientras que la segunda formaba de Orain –empresa a la que pertenecía el diario Egin-. Ambas tenían una frecuencia semanal.
La Audiencia Nacional ordenó el cierre del periódico y la detención de sus responsables
Tuvieron que pasar otros cuatro años para que, por fin, volviera a hacerse posible el sueño de un diario en euskera. Su nombre fue Euskaldunon Egunkaria y tenía entre los miembros de su consejo de dirección a Torrealdai. El primer número apareció el 6 de diciembre de 1990 en la Feria del Libro y del Disco Vasco de Durango (Bizkaia). Doce años y dos meses después, la Audiencia Nacional ordenó el cierre del periódico y la detención de sus responsables. Varios de ellos denunciaron haber sido torturados durante el periodo en el que permanecieron incomunicados. En 2010, el tribunal los absolvió.
“Aquello fue un fiasco absoluto, pero a nosotros nadie nos ha resarcido de absolutamente nada”, denuncia Torrealdai. Tras los cierres involuntarios de Eguna y Euskaldunon Egunkaria, la prensa diaria en euskera tiene hoy otro nombre de referencia: Berria. Su director, el prestigioso periodista Martxelo Otamendi, fue uno de los detenidos –y torturados- hace ahora 14 años.
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