Los grupos en el Congreso aumentan la presión sobre Junts para que apoye los Presupuestos
Varias fuerzas parlamentarias envían mensajes a los 'posconvergentes' para que acerquen posturas con el Gobierno y no pongan en peligro la legislatura.
Madrid-Actualizado a
¿Cuál es la fórmula que podría llegar a convencer a Junts per Catalunya para que salgan adelante los Presupuestos? ¿Tienen incentivos los de Carles Puigdemont? ¿Puede seguir adelante la legislatura sin que Pedro Sánchez apruebe unas nuevas cuentas públicas? Son las tres preguntas que marcarán las próximas semanas en la política española. Por el momento, han empezado a crecer las presiones en el Congreso a Junts para que acerque posturas con el Ejecutivo. No son solo presiones por parte del Gobierno, sino que también por parte de grupos del bloque de investidura.
Algunas de esas presiones son más cristalinas y otras, más veladas. Ninguno de los aliados del Gobierno de coalición progresista niega la importancia de que salgan adelante los Presupuestos, de ello depende que se cumplan gran parte de los acuerdos de investidura que ellos mismos signaron. Alguno de ellos incluso ha dicho en público que ha mantenido contactos con el grupo parlamentario que dirige Míriam Nogueras en el Congreso.
En la última semana, ha crecido sobremanera la presión ambiental sobre los de Puigdemont. Ante la constatación de que el éxito en la negociación presupuestaria está verdaderamente en duda, las conversaciones públicas y privadas entre los distintos grupos se centran casi en exclusiva en los Presupuestos.
Es el caso del Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyo presidente, Andoni Ortuzar, aseguró en una entrevista para el diario El Mundo que está dispuesto a "ayudar" a Junts para que se asegure la continuidad de la legislatura. El contacto entre ambas formaciones es habitual y, en la misma entrevista, Ortuzar señaló que "es posible mostrar firmeza en la defensa de valores nacionalistas con ser partícipe de un proyecto de gobernabilidad". Se trata de una presión a Junts que llega desde las filas de una de las fuerzas con las que más rasgos ideológicos comparte dentro de la Cámara Baja.
También desde Sumar se ha enfatizado, durante esta última semana, la necesidad de extremar los contactos "con todas las formaciones". Fuentes del partido, en conversación con Público, lo extienden a todos los temas calientes del momento —"como la aritmética es tan compleja, la puerta para hablar con Junts está abierta"—, pero sin negar que el más importante son los Presupuestos.
La voz más contundente del espacio, en cualquier caso, ha sido la de Aina Vidal, portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Plurinacional y avanzadilla de los Comuns en el Congreso.
Vidal aseveró que los de Puigdemont se pegarían "un tiro en el pie" si no se aprobaran unas nuevas cuentas públicas. Lo dice por la óptica catalana de la cuestión. Significaría que "renuncian" a "500 millones para Catalunya". La diputada apela a la "responsabilidad" de todas las fuerzas del bloque de investidura, en una clara alusión a Junts. Fuentes de EH Bildu, en una línea parecida al Bloque Nacionalista Galego, prefieren mantenerse al margen de cualquier proceso de negociación entre el Gobierno y Junts, pero sí insisten en que "hay una mayoría" en el Congreso para aprobar los Presupuestos, y que esta debe materializarse.
Los posconvergentes defienden la postura contraria a la de Aina Vidal. En la sesión de control en la Cámara Baja, Míriam Nogueras recriminó a la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que el Consejo de Ministros haya aprobado un techo de gasto idéntico al que ya tumbaron los de Puigdemont y le retó a "cambiar algo" si quieren un voto favorable a los objetivos de estabilidad presupuestaria, antesala de los Presupuestos.
Nogueras insistió, por otra parte, en que Junts se opone a que el Estado decida en qué se invierte la mayor parte de los fondos que la Unión Europea permitirá a España gastarse en concepto de déficit. Lo que quieren los de Puigdemont es que Catalunya pueda decidirlo.
Montero le pidió, sin ambages, que apruebe el techo de gasto, aunque del Gobierno trasciende que continuará gobernando con o sin Presupuestos. De todas formas, si Nogueras fue drástica en sus palabras, más lo ha sido el líder del partido, Carles Puigdemont, que ha enfriado al máximo cualquier posibilidad de acercamiento con el PSOE para aprobar las cuentas si no incluyen "la delegación integral de las competencias en inmigración". Lo ha hecho a través de la red social X a raíz de una información publicada por El Periódico de Catalunya en la que se asegura que Junts y PSOE "avanzan en el traspaso de las competencias de inmigración como antesala a los Presupuestos".
ERC avisa de que su apoyo no será gratis
Una fuente del entorno de Esquerra Republicana (ERC) en Madrid define en una frase la postura de su partido ante la negociación presupuestaria: "Para que a nosotros nos interese que haya legislatura, tiene que haber unos Presupuestos que incluyan nuestras peticiones". En las cábalas sobre la aritmética parlamentaria que permitiría un eventual éxito en la negociación de las cuentas públicas, el actor más complejo es Junts, pero ERC reivindica su fuerza parlamentaria e insiste en que tampoco su apoyo será gratuito.
El acuerdo tributario alcanzado entre los republicanos y los socialistas en Catalunya —un objetivo prioritario para ERC que solo si se cumple en toda su magnitud justificaría para ellos el haber hecho a Salvador Illa president de la Generalitat— podría entenderse como un elemento que convierta a los republicanos en un socio fiable del Gobierno. Es cierto, de hecho, que ERC ha convivido bien en el bloque de investidura. También para ERC es más difícil que para Junts tumbar unos Presupuestos que habrán de ser expansivos y progresistas.
De todos modos, las fuentes consultadas avisan de que el entendimiento en Catalunya se circunscribe solo al acuerdo que encumbró a Illa y que en los Presupuestos tiene que observarse un avance claro y nítido en lo que acordaron PSOE y ERC en el marco de la investidura de Pedro Sánchez.
De todos modos, es Junts quien, por el momento, está debajo del foco. Fuentes parlamentarias se dividen entre dos opiniones. Las más pesimistas consideran que Junts no tiene incentivos, una vez aprobada la amnistía y constatada su posición de irrelevancia parlamentaria en Catalunya, para apoyar unos Presupuestos.
Las más optimistas encuentran los mismos argumentos para ver factible un "sí" de los posconvergentes, toda vez que consideran que deberían preferir una continuidad de Sánchez en La Moncloa hasta que eventualmente se le aplique la amnistía a Puigdemont. Además, creen que Junts no debería despreciar el papel preponderante que conserva en Madrid —que perderían si se viene abajo la legislatura—, habida cuenta de su pérdida de influencia tanto en la Generalitat, como en el Ayuntamiento de Barcelona.
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