Este artículo se publicó hace 9 años.
Garzón, las luces largas y la Constitución de 2018
El candidato de Unidad Popular-IU elige el aniversario de la Carta Magna del 78 para exponer los pasos hacia una nueva. "No cabe una reforma parcial que no toque lo fundamental. Somos una sociedad madura y queremos participar en ella toda la ciudadanía", afirma
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Ficha técnica
LUGAR: Parking del Pabellón Ciudad Deportiva Espartales. Alcalá de Henares, Madrid.
ASISTENTES: Alrededor de mil personas
INTERVINIENTES: Alberto Garzón, Enrique Santiago, Esther López Barceló y Loles Dolz.
Incidencias: Nuevo lapsus en la presentación. Esta vez, Esther López Barceló, exdirigente de Esquerra Unida del País Valenciá y actual asesora del Ayuntamiento de Madrid, ha sido presentada como militante de ERC.
MADRID.- No le valen cambios cosméticos, de maquillaje, dice desde el atril. Él quiere una nueva Constitución para los españoles. Y no es una idea de boquilla, de las que se dicen en campaña y luego desaparecen de los programas electorales. Lo lleva repitiendo más de un año y, sobre la mesa, pone fechas, plazos y proceso.
Alberto Garzón, candidato a La Moncloa por Unidad Popular-Izquierda Unida, ha fijado para enero de 2018 plantarle el punto y final a una nueva Carta Magna "que blinde los derechos sociales que muchos de vosotros conseguisteis luchando en las calles contra el franquismo".
Este domingo, día de la Constitución del 78, fiesta nacional con homenaje incluido en el Congreso de los Diputados, el malagueño lo ha vuelto a proponer por duplicado. Primero desde la carpa del Parlamento, como de costumbre, dando la nota frente a todos los partidos ─nuevos y viejos─, que han ido a agradecer a los padres del documento su esfuerzo y su legado. Después se ha marchado hasta Alcalá de Henares para volver a decirlo ante unas mil personas que no se han ido de Madrid este puente.
"Abrir una nueva etapa significa tener una nueva Constitución. La actual ha sido violada, incumpliendo aspectos como el derecho al trabajo o a la vivienda, siempre al capricho de los grandes mercados, de la oligarquía", ha clamado, como siempre, sin una palabra más alta que otra.
Su organización ha publicado este sábado un documento en el que detalla cómo es el nuevo país que su lema de campaña propone. Y, más importante, el cronograma para conseguirlo, que concluye en enero de 2018 con una nueva Constitución. "Ponemos las luces cortas para las elecciones de este 20-D, pero también llevamos las largas para los que pase a partir del 21", ha enfatizado. Y según sus planes, no es poca cosa.
Entre enero y junio de 2016, quiere que se organicen "asambleas ciudadanas sobre la pertinencia de un Proceso Constituyente"; entre septiembre y noviembre, que se inicie una campaña ciudadana para que se vote en las Cámaras un "Proceso Constituyente"; en enero de 2017 plantea la disolución de las Cortes y unas nuevas elecciones en las que cada partido lleve sus propuestas para la nueva Constitución, que se redactaría entre abril y octubre y que sería sometida a referéndum en diciembre. "Queremos un debate amplio, no sólo de los partidos. Queremos que baje a la ciudadanía, a los barrios, a toda la gente, desde. Ya somos una sociedad madura para tomar decisiones como estas", subraya.
Sobre el papel es simple. Desde la soledad, porque son la única candidatura que propone empezar de cero, una utopía más. Un "sueño colectivo ─asegura ante el público que le aplaude─ que sólo conseguiremos conjuntamente", y pide a sus simpatizantes que se conviertan en "altavoces de una izquierda organizada, presente el 20-D y el 21-D para construir un país más justo".
En ese país que Garzón sueña no caben las decisiones que, a su juicio, impone la oligarquía, "la familia Botín, Florentino Pérez". No caben jubilaciones tardías, ni mucho menos millonarias. No hay sitio para el que obliga a que "se trabaje más por menos salario" y, por supuesto, no hay sitio para "el libre mercado", un modelo económico que "proponen todas las demás candidaturas". Por eso él propone nacionalizar las empresas estratégicas, pretende "vincular la economía a la democracia", explica como si fuera un profesor de universidad más que un político pidiendo el voto.
Tampoco hay sitio para la corrupción en su onírico "Estado Federal", que de eso trataba precisamente el mitin. "Perseguiremos a los que cogen los sobres, pero también a los que lo dan. A ese entramado empresarial que opera desde la sombra", promete.
Y por si a él no le creen, se lleva consigo a su número tres por Madrid, Enrique Santiago, abogado de la querella contra el PP por el caso Bárcenas que tendrá que ir a juicio en pocos meses.
Y por si no es suficiente, le acompaña Esther López Barceló, militante y exdirigente de EU-PV, que viene de "un lugar donde no podíamos tratar lo urgente porque estaba lo importante. Un Gobierno de saqueadores, de ladrones. Una auténtica cleptocracia", ha dicho en referencia a los trajes de Camps, a los bolsos de Ritá Barberá, a los "12 millones de pelas" que Alfonso Rus contaba dentro de un coche o a la maqueta más cara de la historia, diseñada y bien cobrada (15 millones de euros, aunque nunca se pusiera una piedra) por el arquitecto Calatrava. Reivindican experiencia en la lucha contra la corrupción, y proponen 45 medidas contra ella. Entre otras cosas, que los delitos de esta índole nunca prescriban.
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