Este artículo se publicó hace 2 años.
El Estado garantizó la impunidad de los guardias civiles franquistas que ejecutaron a dos jóvenes en Lekeitio
Este viernes se cumplen 50 años del asesinato de Mikel Martínez de Murgia y Benito Mujika a manos de agentes de la Benemérita. Una comisión de valoración del Gobierno Vasco les acaba de reconocer como "víctimas de ejecución arbitraria".
Bilbao--Actualizado a
Begoña respira profundo. Aparecen entonces los recuerdos que siempre están ahí, un día tras otro, desde hace 50 años. "A mi sobrina he tardado en hablarle de esto, porque no podía", dice al otro lado del teléfono. Se refiere así al infierno que apareció en su vida un 2 de septiembre, el mismo día en el que Mikel Martínez de Murgia, su hermano mayor, caía acribillado a balazos en Lekeitio. Los disparos, más de veinte por la espalda, fueron de la Guardia Civil.
Aquel segundo día de septiembre de 1972 fue el último para Martínez de Murgia, "Murgi", y Benito Mujika, "Xenki", militantes de ETA en la última etapa de la dictadura franquista. Los miembros de la Benemérita que les localizaron en un piso de Lekeitio dispararon primero un tiro en la garganta a Mujika, mientras que Martínez de Murgia recibió poco después la brutal descarga de disparos en órganos vitales de su cuerpo.
"Los guardias civiles rodearon la casa, Benito se asomó a la ventana y le dieron un tiro mortal de necesidad, según nos dijo el médico de Lekeitio. Mikel, mi hermano, quiso hacer una negociación para entregarse a la vista del público, porque se había concentrado mucha gente. En ese momento pidió una ambulancia para su amigo, que todavía respiraba de forma entrecortada", relata Begoña.
"Sé que me vais a matar"
El guion de este nuevo crimen franquista ya estaba escrito. "Os voy a abrir la puerta, pero sé que me vais a matar", dijo Martínez de Murgia. Fueron, posiblemente, sus últimas palabras. "Al abrir la puerta le fusilaron allí mismo", dice su hermana.
El relato oficial se escribió en las oficinas del Gobierno Civil de Bizkaia y llegó a los medios de comunicación del régimen ese mismo día por la tarde. De acuerdo a ese informe, los miembros de ETA habían mantenido un "enfrentamiento" con los guardias civiles. Sin embargo, quienes estaban presentes en la zona remarcaron que los dos jóvenes no llegaron a usar sus armas.
"El Estado ha seguido con la misma versión del enfrentamiento"
"La versión oficial difundida en torno a este hecho defendía la teoría del enfrentamiento. Por contra los ciudadanos que asistieron a los hechos y los resultados del examen médico practicado a los cadáveres desmentían tal teoría", destaca Egiari Zor, una fundación que reclama justicia para las víctimas del terrorismo de Estado.
"El relato de los asesinos se ha mantenido durante 50 años", resume por su parte la hermana de Mikel Martínez de Murgia a las puertas de un aniversario de este caso. Hubo impunidad garantizada con Franco, pero también después. "Ya en democracia –remarca Begoña– el Estado ha seguido con la misma versión del enfrentamiento".
En efecto, el final de la dictadura no trajo ningún tipo de investigación por parte de los tribunales, que mantuvieron las muertes de Murgi y Xenki en el marco de ese supuesto tiroteo con los guardias civiles que nadie vio. "En ningún momento hemos podido acceder a la documentación del caso", dice la hermana de Mikel.
Ejecución arbitraria
El primer guiño de justicia llegó hace apenas dos meses. La Comisión de Valoración creada por el Gobierno Vasco al amparo de la ley de "reconocimiento y reparación de víctimas de vulneraciones de derechos humanos en el contexto de la violencia de motivación política" emitió en junio pasado una resolución en la que reconoce a Mujika y Martínez de Murgia como "víctimas de ejecución arbitraria".
El procedimiento había sido impulsado por los familiares de los jóvenes fallecidos con ayuda de la Fundación Egiari Zor. "A mis años, después de una lucha tan larga y tan dolorosa, con una carga emocional muy grande, esto ha supuesto un alivio", afirma Begoña, quien este viernes tenía previsto participar en el homenaje organizado por Egiari Zor y la plataforma "50 urte Xenki eta Murgi" ("50 años Xenki y Murgi") en la calle Dendari de Lekeitio, el mismo escenario donde ambos militantes de ETA fueron asesinados.
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