Feijóo pone al PP en campaña electoral acorralado de nuevo por Vox
Los populares creen que la extrema derecha busca arrinconarles con su agenda ideológica.
Zaragoza-
Enredado en una nueva polémica que nace en Castilla y León, el PP ha dado el pistoletazo de salida a la campaña electoral para el 28M. Génova había planeado una exhibición de músculo y unidad en Zaragoza con todos los candidatos y presidentes autonómicos al completo y se encontró con un acto empañado por los titubeos del partido con los planteamientos de Vox sobre el aborto. El gobierno de Alfonso Fernández Mañueco con la extrema derecha ha vuelto a boicotear la estrategia de Alberto Núñez Feijóo, esta vez en el inicio oficial de una campaña electoral decisiva.
Feijóo salió y entró del auditorio sin hacer declaraciones y solo Mañueco, presidente de Castilla y León, se paró ante los medios de comunicación en un intento de marcar distancias con Vox. Todas las preguntas giraban en torno a la posición del PP con respecto a las medidas antiabortivas anunciadas por Juan García Gallardo (Vox) y, aunque Génova tratase de escurrir el bulto, otros presidentes autonómicos reconocían "el lío" que se había generado y señalaban a Mañueco como "protagonista" de la jornada.
Los populares creen que lo que sucedió el jueves en el gobierno de Castilla y León ha sido una maniobra política de la extrema derecha para arrinconarles con su agenda ideológica en un terreno, el del aborto, controvertido dentro del PP porque un sector importante del partido está en contra de la actual legislación y quiere una normativa más restrictiva.
En este sentido, fuentes populares aseguran que "saben bien" que tanto Vox como los partidos del Gobierno -PSOE y Unidas Podemos- tratarán de meter en campaña cuestiones polémicas para Génova como el aborto o la eutanasia y sostienen que están "tranquilos" porque su posición "es clara". Lo cierto es que desde el pasado jueves solo el recién nombrado portavoz del PP, Borja Sémper, se ha pronunciado de forma oficial sobre las medidas antiabortivas anunciadas por Vox, marcando distancias de forma tibia. Feijóo no quiere encender problemas internos, más aún en plena carrera electoral.
Pero el gobierno de Mañueco le recuerda cada cierto tiempo que ya tiene en su haber una alianza con una extrema derecha que no renuncia a su programa ultra y que busca la forma de marcarles el paso. Un Ejecutivo, el que preside Fernández Mañueco, constantemente cuestionado por su mal funcionamiento y en el que su vicepresidente García Gallardo acapara el foco con sus salidas de tono.
Podría parecer, así, que cuando Feijóo este sábado aseguró ante los suyos que si un "gobierno está más preocupado por alentar disputas que por solucionar problemas el gobierno está acabado" se refería al de su compañero Mañueco, que minutos antes había desautorizado a su vicepresidente. Pero no, señalaba al Gobierno de coalición.
Alcaldes y presidentes autonómicos contra Sánchez
Todo el discurso que Feijóo hizo a sus candidatos autonómicos para lanzarlos a la campaña electoral giró en torno Pedro Sánchez y su gobierno. Repitiendo los mismos mensajes de las últimas semanas -"ha asaltado las instituciones", "cualquier voto que no sea al PP es apuntalar a Sánchez", "este gobierno está acabado", "volveremos a imponer la pena a los violadores y la pena a los corruptos"-, Feijóo les pidió que en los próximos meses hablasen en clave nacional e hiciesen de portavoces contra el presidente del Gobierno.
El plan de Feijóo para llegar a la Moncloa solo parece posible si las locales y autonómicas le dan su primera victoria.
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