El Partido Popular saca músculo en Madrid a 48 horas del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo. Sin embargo, el líder popular ha reconocido, en el acto que ha organizado la formación para oponerse a una posible ley de amnistía, de facto, que no contará con los apoyos necesarios para ser investido presidente. "Voy a defender que España es un país de libres e iguales aunque me cueste la presidencia del Gobierno", ha deslizado, rodeado de la plana mayor del partido. 

La jornada ha congregado, según la organización, a 65.000 personas y, según la Delegación del Gobierno, a 40.000 entre la plaza de Felipe II de Madrid y sus inmediaciones. Además de Núñez Feijóo, se han dirigido a los asistentes figuras como Isabel Díaz Ayuso o los expresidentes del Gobierno Mariano Rajoy y José María Aznar. También el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez Almeida. 

El candidato a la investidura tenía claro cuál era uno de sus objetivos de la mañana. Poner, de alguna forma, la tirita antes de la herida. Mantener altos los ánimos de su parroquia a pesar del inminente fracaso de su intento de investidura. Por eso ha insistido en que si el país se ve sumido en un bloqueo político, será por la "responsabilidad" de los partidos del bloque progresista. "Es falso que el independentismo tenga que ser decisivo para la gobernabilidad de España, no han tenido nunca tan pocos votos", ha apostillado.

La de Núñez Feijóo ha sido la última intervención de la mañana y también la más larga. Sin embargo, José María Aznar ha acaparado casi tanta atención como el gallego. El expresidente del Gobierno ha centrado la mayor parte de su discurso en el tema que ocupaba hoy al partido, la amnistía que podría formar parte de un acuerdo entre el Partido Socialista y Junts per Catalunya. "La única deuda que existe es la que los secesionistas tienen con la democracia española", ha dicho.

Aznar, en la línea de sus últimas intervenciones, ha llamdo "golpistas" a los políticos protagonistas del procés que se beneficiarían de la ley de amnistía. "La libertad y la igualdad, la de todos, nadie la va a malversar", ha clamado. El expresidente considera la posibilidad de que se alcance la amnistía "un ataque sin precedentes al marco de convivencia de todos los españoles".

Y si Aznar habla de "ataque", Feijóo considera la amnistía, de acuerdo con sus propias palabras, una "cacicada" y una "indignidad". En un momento de su intervención —interrumpida varias veces por gritos de "Puigdemont, a prisión", entre otros cánticos—, ha asegurado que ningún español, "al menos, el 94%" (los que no votaron a partidos independentistas), "votó un cambio en el régimen institucional". Para el líder popular, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, está instalado en la "falta de integridad moral y política".

Ayuso cierra filas con Feijóo

Mucha expectación había en cuanto a la intervención de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que asistirá, también, al acto que Societat Civil Catalana organizará en Barcelona el día 8 de octubre. "Alberto Núñez Feijóo será la voz de la dignidad de cada español", ha sentenciado la madrileña, en referencia al discurso que dará el candidato popular en su debate de investidura.

Entre algunas ovaciones cerradas y gritos esporádicos de "Presidenta, presidenta", a Ayuso le ha dado tiempo hasta de acuñar un eslogan. "De ninguna manera", ha pronunciado en varias ocasiones para dar respuesta a algunas situaciones que ella misma ha planteado: "Amnistía es decir que los jueces son prevaricadores y que el golpe fue justo. De ninguna manera", ha zanjado. 

No solo asistentes del Partido Popular

Sobre todo han sido las banderas de España las que han inundado el barrio de Salamanca de Madrid. Se han mezclado, no obstante, con el azul del Partido Popular y sus gaviotas, aunque también, en algunos sectores, con el verde de la formación de extrema derecha Vox.

Para finalizar el acto, aproximadamente sobre las 13:30 horas de este domingo, los altavoces han proyectado el himno nacional, que los asistentes han aplaudido entre vítores al rey y dudas acerca de su siguiente parada. "¿Comemos por aquí?", se preguntaban unos. "Va a estar lleno", respondían otros.