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España en la OTAN 40 años después
Sara Serrano analiza en la Base de Datos los 40 años de España en la OTAN y todo lo que ha supuesto para nuestro país. El posicionamiento de los partidos políticos españoles y las consecuencias de la guerra que van a derivar en un aumento del gasto milita
Sara Serrano
Madrid-
La UCD de Calvo Sotelo firmó el ingreso de España en la OTAN en diciembre de 1981 y el 30 de mayo se completó su adhesión. Ayer se cumplían exactamente 40 años. Recordemos que, por aquel entonces España atravesaba una complicada situación económica y acababa de vivir el golpe de Estado del 23F.
La sociedad española, desinteresada por entrar en la OTAN
Entrar en la Alianza Atlántica no se encontraba entre las prioridades de los españoles. De hecho, tan sólo unos meses antes de la adhesión a la OTAN, un sondeo publicado por El País, recogía que solo un 18% de los españoles estaban a favor de entrar en la OTAN.
Además, el movimiento antimilitarista, tenía una gran capacidad de convocatoria y en el año 81 llegó a juntar a 250.000 personas en Ciudad Universitaria bajo la consigna: “OTAN NO, BASES FUERA”.
Por una parte el PSOE retrasó el referéndum prometido todo lo que pudo y su publicación del en 1986 en el BOE no dejaba lugar a dudas. Es interesante que recordemos lo que decía exactamente la consulta impulsada por el Gobierno de Felipe González. El texto empezaba señalando que el Gobierno consideraba “conveniente para los intereses nacionales que España permaneciera en la Alianza Atlántica” garantizando los siguientes términos:
1.No ingresando en su estructura militar
2.Prohibiendo la entrada de armas nucleares en territorio español
3.Reduciendo progresivamente la presencia militar estadounidense en España.
Ninguno de estos términos se cumplió finalmente.
En 1997, con Aznar en el Gobierno, España se incorporó a la estructura militar de la OTAN y en 2016 convirtió Morón en sede de la principal base para la intervención estadounidense en África.
El propio Felipe González se incapacitó a sí mismo para cumplir este término sólo dos años después de la aprobación del referéndum porque firmó un Convenio de Cooperación con Reino Unido, país que cuenta con armas nucleares, que permitía la entrada libre y sin inspección de buques con armamento en nuestro país.
Añadir como decíamos antes, la presencia de la OTAN en España no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado. De hecho, los marines desplegados en Morón se han multiplicado por cuatro.
En cuanto al posicionamiento de los partidos en nuestro país sobre la permanencia de España en la OTAN, se han posicionado abiertamente a favor el Partido Popular, el PSOE, Ciudadanos y Vox.
Junts per Catalunya no se ha posicionado sobre este asunto, pero durante la existencia de CiU, se mostraron a favor de la OTAN.
La CUP, el BNG y Sortu son críticos con la OTAN, igual que Podemos que apuesta por un sistema de defensa europeo independiente de EEUU. IU y el PCE, por otra parte, tienen el anti-otanismo en su ADN. Recordemos que IU nació al calor del movimiento anti-OTAN de 1986.
Por su parte, el PNV, ERC, Más País y Compromís han mantenido posiciones ambiguas. Los nacionalistas vascos no se han manifestado abiertamente a favor de la OTAN, pero sí han aplaudido el envío de armas a Ucrania. Por su parte Más País y Compromís, han firmado un manifiesto en contra del envío de material militar a Bulgaria, pero no se han posicionado abiertamente sobre la pertenencia de España a la OTAN.
Cabe recordar que el 29 de junio, España acogerá la próxima cumbre de la OTAN. Los partidos de la izquierda del gobierno, Podemos e IU, han anunciado que no acudirán a la cumbre aunque aún no se sabe qué hará la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro de En Comú.
El clima belicista ha tenido dos traducciones políticas:
- En primer lugar, el aumento del gasto en defensa de los países miembros, que se han comprometido a alcanzar el 2% del PIB. En el caso español, esto supondría duplicar el gasto militar hasta alcanzar los 24.000 millones de euros.
Para que nos hagamos una idea, el lote de 20 eurofighter que compró el Gobierno de España el año pasado costó cerca de 2.000 millones de euros. Las bajas para mujeres con reglas dolorosas costarían 43 millones de euros, es decir, medio eurofighter.
El clima belicista provoca el aumento del gasto militar
La segunda consecuencia es la ampliación de la Alianza Atlántica en territorio europeo. Hace unas semanas Finlandia y Suecia pedían formalmente su ingreso en la OTAN. Antes de esto Georgia y Ucrania – con los desencadenantes que ya son conocidos – habían pedido también su adhesión.
Conviene recordar que, desde la disolución de la Unión Soviética, catorce países del centro y este europeo se han incorporado a la Alianza Atlántica.
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