Tras dar pasos significativos en la desjudicialización del conflicto político, primero con los indultos parciales a los dirigentes independentistas encarcelados y, de forma inminente, con la derogación del delito de sedición, ERC quiere que la mesa de negociación con el Gobierno aborde la celebración de un referéndum de autodeterminación. Y, en este sentido, el partido presidido por Oriol Junqueras abre el debate sobre cuáles deberían ser las condiciones de esta votación para que implicara la creación de una República catalana independiente: una participación mínima del 50% y un apoyo al "sí" [a la independencia] de al menos el 55% de los votos. Son las mismas condiciones que permitieron a Montenegro independizarse de Serbia.

Ésta es la cuestión clave que defiende la ponencia política que ERC votará en su congreso nacional, fijado por el 28 de enero, y que se ha presentado este lunes. Hasta entonces, los militantes de la formación pueden presentar enmiendas. El texto deja claro que los republicanos no renuncian al referéndum de autodeterminación, pero sí que no fijan un plazo temporal para llevarlo a cabo, si bien evidencia que su objetivo es abordarlo en la mesa de negociación entre gobiernos, después de conseguir articular el apoyo político y social que, al menos a priori, esta herramienta reúne en Catalunya.

El texto de la ponencia remarca que el referéndum "es la mejor vía para ganar la República catalana" y, como tal, considera que "hay que articular la mayoría del 80% del país que defiende este instrumento democrático para llevarlo a la mesa de negociación con el Estado". En este sentido, los republicanos apelan a "reimpulsar la mayoría social del 1 y del 3 de octubre de 2017", lo que implica ir más allá de los independentistas y aglutinar también a los partidarios del derecho a la autodeterminación de Catalunya y también a aquellas personas que se pronunciaron en contra la represión del Estado.

Acuerdo de Claridad

Como ya había defendido el presidente del Govern, Pere Aragonès, al inicio del último debate de política general del Parlament, ERC plantea un "acuerdo de claridad", que sirva para fijar las condiciones bajo las que sería válido un referéndum de autodeterminación de Catalunya. Dejando claro que ERC simplemente desgrana una propuesta que pone "a disposición del debate público" y que busca conseguir "el consenso en Catalunya", la ponencia defiende que esta votación debería tener "una pregunta clara", como fue la referéndum del 1 de octubre de 2017 –cuando fue "¿Quiere que Catalunya sea un estado independiente en forma de República?"– y que pudieran participar en ella todas las personas mayores de 16 años residentes en Catalunya, así como aquellas residentes en el exterior pero con derecho a voto en el Parlamento.

A partir de aquí, el documento considera que una victoria clara del sí debería abrir "un proceso de negociación de buena fe entre los gobiernos catalán y español, con mediación europea e internacional, de cara a llegar a un acuerdo que permita la creación de una República catalana independiente reconocida a nivel internacional". ¿Y qué sería una victoria clara del "sí"? Pues que el referéndum tuviera una participación mínima del 50% del censo y que el apoyo al "sí" superara el 55% de los votos, es decir, las mismas condiciones que se fijaron en el referéndum de Montenegro de 2006, que permitió al país balcánico independizarse de Serbia.