ERC mira al PSC tras la ruptura con Junts con la investidura de Sánchez de fondo
Junts responde a la petición de Esquerra de un frente negociador en Madrid reclamando a Aragonès elecciones. ERC buscará aprobar los presupuestos con el PSC, si la investidura de Sánchez sale adelante, para agotar el mandato.
Barcelona--Actualizado a
Las malas relaciones entre los partidos independentistas catalanes no es nada que no se sepa. Pero el Debat de Política General celebrado los últimos dos días en el Parlament ha certificado que la ruptura entre Esquerra Republicana, Junts y la CUP es total. A la petición a Junts del president de la Generalitat, Pere Aragonès, de organizar un frente negociador conjunto en Madrid para la investidura de Pedro Sánchez, el portavoz de los postconvergentes, Albert Batet, respondió con una batería de reproches y la exigencia a Aragonès para que convoque elecciones en Catalunya. Tampoco el president ha recibido muy buenas vibraciones de la CUP en su petición de recuperar la articulación de la mayoría independentista en el Parlament.
El enfrentamiento entre los independentistas y la pugna entre ERC y Junts por la hegemonía del independentismo, viene de lejos, agudizado especialmente después del referéndum de autodeterminación del 2017. Lo impregna todo en la política catalana y por derivación en la española, aunque ello no impidió que después de las elecciones de febrero de 2021, Junts y la CUP aceptaran investir a Aragonès como president de la Generalitat y que Junts formara parte del Govern de coalición.
La fractura del independentismo desde el inicio
Todo un espejismo de unidad que en el caso de la CUP duró unos pocos meses, después de los cuales los anticapitalistas manifestaron públicamente su ruptura con el Govern con duras críticas a las "políticas neoliberales" del Govern de ERC y Junts, anunciando también su voto en contra a los primeros presupuestos de Aragonès. Junts aguantó media legislatura hasta hace un año cuando, precisamente durante el Debat de Política General, saltó el Govern por los aires ante la exigencia de Junts de una cuestión de confianza a Aragonès. La destitución del vicepresident Jordi Puigneró, como cabeza de turco, acabaría con la salida de todos los consellers de Junts del Govern.
La relación entre Esquerra y Junts se ha mantenido muy tensa durante el último año con el foco puesto en las negociaciones entre los republicanos y el Gobierno español, muy criticadas por los de Carles Puigdemont por considerarlas insuficientes y una "claudicación" por parte de ERC, a pesar de los indultos y la derogación de la sedición. Pero la nueva coyuntura política y parlamentaria surgida de las elecciones del 23J que hacen imprescindible tanto a Junts como a Esquerra para la investidura de Pedro Sánchez ha provocado un giro en la estrategia de los postconvergentes, asumiendo ahora a la negociación. Un escenario que ha abierto la opción de una estrategia negociadora conjunta del independentismo en Madrid, o que al menos reclama Esquerra.
Demanda de unidad estratégica que ha ratificado el president de la Generalitat, Pere Aragonès, en este Debat de Política General instando a Junts a "compartir espacio y banda en la mesa de negociación" con el Estado, y que "el 'quien' no sea el problema". Pero si alguien esperaba que esta opción unitaria se abriera camino, la virulencia de la réplica del portavoz parlamentario de Junts, Albert Batet, deja pocas dudas a la imposibilidad de esta andadura. Batet, en una dura intervención ha dejado de banda la negociación de la amnistía o de un posible referéndum de autodeterminación para centrar su discurso en cargar contra Aragonès y su Govern. "Ante un Govern débil, con una ineficiente gestión y falta de credibilidad para negociar con el Estado español, dé un golpe de timón o sólo le quedará la alternativa insoslayable de convocar elecciones, president. O rectificación o elecciones", le ha dicho a Aragonès.
Junts contundente contra Aragonès
Batet también ha sido contundente al definir al Ejecutivo catalán como "un Govern desaparecido, con una gestión insolvente, que no lidera, que rehúye las responsabilidades y siempre se pone de perfil. Sea con la sequía, con el fiasco de las oposiciones o el rumbo erróneo en políticas educativas". Y ha rematado asegurando que "la gobernabilidad ha ido a peor en el último año. Era inevitable con un Govern de 33 diputados. Si hubiera cumplido su palabra, tendría ahora el apoyo de una mayoría independentista y un Govern fuerte. Si no hace nada, estará peor: más aislado, más débil y con más agonía".
La opción de recuperar una unidad de acción en el independentismo, o por lo menos entre ERC y Junts, queda totalmente bloqueada a poco más de un año del final de la legislatura en febrero de 2025. Lo admiten dirigentes de Junts que no esconden que es voluntad expresa del expresident Carles Puigdemont, que ya no vio con buenos ojos la formación del Govern con ERC, y que dio apoyo a la salida de su partido del Ejecutivo catalán. En algunos círculos políticos incluso se especuló con que la nueva coyuntura del 23J podía facilitar la reincorporación de Junts al Govern si se articulaba un frente común en Madrid. El Debat de Política General cierra totalmente esa puerta, si es que se llegó a entreabrir en algún momento. Y fuentes del Govern, concretamente una consellera y diversos altos cargos, confirman a Público que no está en las previsiones de Aragonès esta opción.
Investidura, presupuesto y agotar la legislatura
Con esta posición de enfrentamiento y fractura total entre el independentismo, Aragonès deberá afrontar el último tramo de legislatura y su voluntad de agotarla y convocar elecciones a principio de 2025. Complejo objetivo si tenemos en cuenta que ERC cuenta con solo 33 diputados de los 68 en que está fijada la mayoría absoluta del Parlament. Y con el resto del independentismo cerrado en banda, con Junts y la CUP dinamitando al Govern desde el Parlament, Aragonès deberá girar la mirada hacia la bancada socialista, tal como ya hizo hace un año en plena crisis de su Govern. Con lo que la política catalana y la española se entrecruzan una vez más con la investidura de Pedro Sánchez en el centro.
"Conseguir un acuerdo satisfactorio para Catalunya en la investidura de Sánchez, aprobar los presupuestos de la Generalitat y acelerar al máximo en la acción del Govern agotando la legislatura", estas son las coordenadas que un alto cargo del Govern explicita como hoja de ruta para el próximo año. Y sin duda la aprobación de los presupuestos y de otros proyectos clave pasarán por la mayoría que conforma ERC con el PSC y En Comú Podem. Nadie esconde que un Gobierno español de coalición entre el PSOE y Sumar apuntalarían esta ecuación y que por tanto la investidura de Pedro Sánchez resulta imprescindible para llevar a cabo los objetivos que tiene fijados Aragonès y el Govern de Esquerra.
En Esquerra niegan que la política catalana esté supeditada a las dinámicas de la política española, aunque admiten que la investidura de Sánchez facilitaría estabilidad para acabar la legislatura catalana. Pero también advierten que "no haremos presidente a Pedro Sánchez a cualquier precio y mucho menos por unos presupuestos. Damos por descontada la amnistía, que ya pactamos para la Mesa del Congreso, pero hará falta un compromiso para negociar las condiciones de un referéndum de autodeterminación en Catalunya que queden fijadas a lo largo de la próxima legislatura española. Y la certeza que se materializaran proyectos básicos de gestión como el traspaso de Rodalies (Cercanías) o un nuevo sistema de financiación", explica un miembro de la dirección nacional de los republicanos. Aragonès también certifica este punto: "No nos engañemos. El gran reto que tenemos de cara al próximo presupuesto de la Generalitat es aumentar los recursos totales disponibles, y esto pasa por corregir el déficit fiscal crónico que sufre el país -Catalunya-", ha exigido, recordando que es "vergonzoso" que haya "22.000 millones de euros que van al Estado y no vuelven a Catalunya. Éste es un mal trato que hay que resolver, que es necesario revertir".
El PSC, entre la investidura de Sánchez y alternativa al independentismo
Por su parte, fuentes de la dirección del PSC también rechazan que se pueda mezclar la negociación de la investidura de Sánchez y la gobernabilidad de la Generalitat o la aprobación de los presupuestos. Y el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, ha intentado mantener su imagen de alternativa a la presidencia de la Generalitat como futuro candidato: "Aquí estamos como siempre hemos estado. Seguiremos con una actitud constructiva de generar alternativa, pero con mano tendida". Un tono moderado, aunque crítico, utilizado durante todo el debate por el actual jefe de la oposición que refleja claramente como de abiertas están las posibilidades de volver a aprobar conjuntamente los presupuestos y agotar la legislatura: "No es el momento de hacer carreras y ver quién tiene más protagonismo y quién sale mejor en la foto. Nosotros pensaremos primero en el país y la convivencia. Pocas fotos". Eso sí, siempre que la investidura de Sánchez tire adelante antes del 27 de noviembre, y probablemente habrá que esperar a la confirmación de un acuerdo -en el que también jugará un papel principal Junts- para poder hablar de las nuevas cuentas de la Generalitat.
A la espera de noticias sobre si arranca o no la legislatura española una vez se despeje la duda de si Alberto Núñez Feijóo fracasa definitivamente este viernes en su empeño de llegar a la presidencia española -tránsfugas socialistas mediante-, el president de la Generalitat lo tiene claro: "Feijóo fracasará porque Catalunya le ha derrotado". Y advierte: "Los diputados independentistas tienen la clave de la gobernabilidad del Estado; y esta vez no se puede construir una mayoría alternativa con Ciudadanos cada vez que nos plantemos. Se necesita a los diputados independentistas sí o sí".
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