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La enmienda a la totalidad de los comuns aboca los Presupuestos de la Generalitat a una dura negociación 'in extremis'

El Govern y En Comú Podem mantienen la confrontación por el escollo del Hard Rock y auguran una negociación frenética hasta el pleno del 13 de marzo, plazo límite para retirar la enmienda.

La presidenta de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, durante una intervención de Pere Aragonès.
La presidenta de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, durante una intervención de Pere Aragonès. David Zorrakino / Europa Press

La negociación de los Presupuestos de la Generalitat se complica con la presentación de la enmienda a la totalidad de En Comú Podem. Las conversaciones entre el Govern de ERC y los comuns se mantienen bloqueadas tras el acuerdo, importante pero insuficiente, que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, cerró la semana pasada con el jefe de la oposición y primer secretario del PSC, Salvador Illa.

El punto de discordia del enquistamiento es el proyecto de ocio y casinos Hard Rock, que para los comuns debe quedar descartado, todo lo contrario de lo que plantean los socialistas, mientras ERC intenta encontrar el equilibrio, hasta ahora imposible, entre las posiciones de dos actores políticos imprescindibles para aprobar las cuentas. Junts y la CUP ya han descartado apoyarlas.

En estos momentos, ninguno de los grupos implicados certifica si habrá o no Presupuestos, pero sí se empieza a asumir que las cuentas de la Generalitat para el 2024 se ven abocadas a una semana de negociación in extremis debido a la presentación de la enmienda a la totalidad por parte de En Comú Podem.

En el Govern daban por hecho que En Comú Podem presentaría el texto de rechazo de los Presupuestos, pero fuentes del Ejecutivo de Pere Aragonès se han mostrado molestas por el gesto, aunque confían en que se trata de una "maniobra de presión" y dicen estar "convencidos de que el acuerdo será posible y En Comú Podem acabará retirando la enmienda a la totalidad, porque es lo mejor para el país".

Sin embargo, este no es el mensaje que transmiten desde el espacio de los comuns y fuentes cercanas a su portavoz parlamentaria, Jéssica Albiach, reprochan a Aragonès que "si quería evitar que presentáramos la enmienda, sabía perfectamente lo que debía hacer". Asimismo, advierten que si el Govern no se mueve para descartar el proyecto del Hard Rock, no se echarán atrás en el momento de tumbar las cuentas. 

El cronómetro en marcha

La enmienda a la totalidad de los comuns mete presión a la negociación de los Presupuestos. Quien puso en marcha la presión del calendario fue el propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, cuando hace una semana decidió enviar las cuentas a tramitación del Parlament con la aprobación al Consell Executiu, sin tener la mayoría necesaria. Ahora, está abierto el plazo para la presentación de enmiendas a la totalidad y de devolución de las cuentas, que termina el próximo lunes a las 10:30 horas. El debate de totalidad se hará en el pleno del 13 de marzo.

Es antes de la votación de este pleno cuando es necesario que En Comú Podem retire la enmienda a la totalidad para que los Presupuestos continúen su tramitación hasta la votación definitiva. Según la información del Parlament, en este pleno el Govern presenta las cuentas y se debaten y votan las enmiendas de retorno que hayan podido presentar los grupos. Si alguna de las enmiendas se aprueba, el proyecto quedará rechazado. Si el Govern no obtiene un acuerdo de distensión con los comuns antes del día 13, los 66 votos de republicanos y socialistas serían insuficientes para tumbar cualquier enmienda que reciba el apoyo del resto de grupos, puesto que la mayoría absoluta se sitúa en 68 escaños.

El Govern aspira, pues, a cerrar un acuerdo con En Comú Podem antes del día 13 que, al menos, permita de entrada la retirada de su enmienda a la totalidad y sumar sus ocho votos a los 66 de ERC y PSC. Esto permitiría rechazar el resto de las enmiendas en bloque y las cuentas podrían seguir la tramitación en las comisiones legislativas, donde tendrán que hacerse los debates de totalidad de las secciones presupuestarias de cada departamento, durante la semana del 18 de marzo. Si los presupuestos superan estos debates, la Comissió d'Economia i Hisenda deberá elaborar el dictamen del proyecto de ley para que pueda volver a pleno para el debate y la votación final, previstos para el pleno del 9 al 11 de abril.

Presión de los agentes sociales y económicos

El gran dilema está en saber cuál puede ser el punto de acuerdo en una semana. Para los comuns es sencillo, según ha explicado la propia Albiach: "Aragonès debe responder claramente si está dispuesto a hacer las transformaciones que anunció durante su debate de investidura. ¿O se quedará atrapado en un macroproyecto viejo que decidieron hace diez años CiU, PSC y PPC?".

La portavoz de ERC, Raquel Sans, asegura que este no es un tema que dependa de los republicanos: "El Hard Rock es un proyecto privado en tramitación y no tenemos mayoría suficiente en el Parlament para darle la vuelta –en referencia a la minoría que suponen los escaños de ERC, los comuns y la CUP-". "Además, el PSC y En Comú Podem exigen cosas contrarias pensando más en el relato electoral que en los beneficios de los presupuestos para la gente. Es necesario un poco de sensatez porque no se puede negociar algo y lo contrario a la vez", remacha la republicana.

Los republicanos buscarán una negociación estrictamente presupuestaria con los comuns, según aseguran fuentes de ERC, en temas sociales y económicos, pero tendrán que encontrar una "pista de aterrizaje" para satisfacer mínimamente la exigencia sobre el Hard Rock. En este sentido, desde el Govern confían en que los acuerdos presupuestarios que el Executiu ha firmado con los sindicatos, las mejoras para el profesorado o en el sector sanitario, el fuerte incremento para la industria cultural y audiovisual y los 1.000 millones por la lucha contra la sequía, entre otros muchos sectores que están a la espera de la aprobación de los Presupuestos, supongan una presión importante para que los comuns cambien de estrategia y se abran a negociar partidas concretas.

"En el ámbito del Presupuesto estamos dispuestos a negociar lo que sea necesario, pero hacer depender los recursos para la gente de un tema extrapresupuestario que no está en manos del Govern no tiene ningún sentido", afirman desde el Consell Executiu.

Las mismas fuentes recuerdan que en el proyecto de Presupuestos del 2024 "no hay ni un solo euro destinado al Hard Rock" y reprochan la incoherencia en la que aseguran que incurren los comuns: "Facilitaron la aprobación -con una abstención- de los Presupuestos que elaboró Junts cuando todavía estaban en el Govern (2022), que incluían una partida específica para el Hard Rock de 120 millones de euros en previsión para la adquisición de los terrenos. ¿Y ahora que no hay ni un euro lo tumbarán?".

¿La pista de aterrizaje para el Hard Rock?

El problema es que para entrar a negociar partidas sociales y económicas y llegar a un acuerdo de Presupuestos primero es necesario que el Govern satisfaga la exigencia sobre el Hard Rock antes del día 13 de marzo. ¿Y cuál sería la "pista de aterrizaje" para resolver la ecuación de satisfacer a los comuns sin romper el acuerdo con el PSC? Fuentes de la negociación aseguran que no está nada clara y que es previsible una negociación in extremis hasta el pleno del 13 de marzo.

Una opción pasaría por una posible moratoria de la tramitación del Plan Director Urbanístico. Recientemente se aprobó en el Parlament una resolución presentada por los comuns para fijar una suspensión del proyecto mientras dure la sequía. La resolución fue aprobada con los votos de ERC, pero los republicanos no se mojan sobre las consecuencias de este texto parlamentario, aunque la portavoz de los republicanos asegura que "el Govern de ERC cumple con las resoluciones del Parlament".

El otro punto que podría desempeñar algún papel en la resolución del enfrentamiento es una modificación legislativa que también han presentado los comuns para eliminar la rebaja fiscal aprobada hace una década respecto a los negocios relacionados con el juego. Este medida la impulsó CiU para atraer al proyecto del complejo de ocio y casino. En esta línea, ERC recuerda que votó en contra en su día pero que ahora tampoco habrá mayoría suficiente para provocar el cambio, hagan lo que hagan los republicanos. En cualquier caso, sobre si votarán a favor de la propuesta de grabar más impuestos a los negocios del juego, Sans se limita a decir que los republicanos "estamos en el mismo sitio que cuando se aprobó la rebaja fiscal". 

El Govern quiere centrarse en la negociación presupuestaria

Difícilmente el Govern podrá tomar una decisión contraria al Hard Rock, porque tumbar el proyecto supondría perder el apoyo del PSC y los Presupuestos tampoco se aprobarían. Además, esa medida supondría el pago de una indemnización importante a la empresa promotora. En este sentido, desde el Govern de Aragonés, la portavoz Patrícia Plaja, aseguraba este martes sobre el Hard Rock que "no hay margen y los comuns lo saben". La portavoz también ha aseverado que "no hay ningún escollo" que evite el acuerdo. Y, en esta línea, ha preguntado al grupo de Jéssica Albiach si tiene la "voluntad real" de aprobar las cuentas. Plaja ha reiterado que En Comú Podem tiene una "muy buena propuesta" sobre la mesa, que se puede "modificar" durante las negociaciones. "La voluntad de un acuerdo es total y plena", ha garantizado la portavoz.

Plaja ha añadido que si En Comú Podem no retira la enmienda, y si no hay Presupuestos nuevos, se privará a la ciudadanía de los beneficios que supone el proyecto de las cuentas de 2024, que ha recordado que son las "más altas" de la historia. "Y será por intereses partidistas", ha añadido.

Habrá que esperar muy probablemente el próximo martes o miércoles para ver hasta qué punto la exigencia sobre el Hard Rock que ha planteado En Comú Podem es una condición sine qua non e inamovible o una presión calculada para alinear a ERC junto a las políticas conservadoras del PSC y Junts, pero permitiendo a última hora que los Presupuestos puedan salir adelante, quizás con una abstención, y aunque sea con intensa gesticulación.

Tampoco son ajenos al desarrollo de la tensa negociación los movimientos que pueda haber al otro lado de la plaça Sant Jaume, donde los comuns aspiran a formar gobierno con el PSC y ERC, pero de momento la cuestión se mantiene bloqueada. Todo ello marcará la viabilidad de los que probablemente serán los últimos Presupuestos de la presidencia de Aragonès, los terceros de la legislatura y los segundos desde que ERC gobierna con una minoría parlamentaria de 33 diputados.

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