Este artículo se publicó hace 5 años.
Elecciones generales 10-NRivera se la juega el 10-N: con las encuestas en caída libre se conforma con ser decisivo
La gran mayoría de dirigentes han decidido cerrar filas con el argumento de la dirección: que es por la desmovilización y no por la estrategia, por lo que Cs pierde caudal político. Sin embargo, hay quien ostenta posiciones relevantes en el partido y cuestiona el giro a la derecha tras el veto a Sánchez y los pactos con el PP y la ultraderecha
Marta Monforte Jaén
Madrid-
A Albert Rivera se le complica su continuidad al frente de Ciudadanos. Tras conseguir 57 escaños el 28-A, todo parecía sonreírle. Se quedó a apenas 9 diputados de alcanzar al PP -al que adelantó en plazas clave como Madrid, Catalunya y Aragón- y sumaba mayoría absoluta junto al PSOE, lo que le ofrecía la posibilidad de investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno -a cambio de ciertas para no hacerle depender de los partidos nacionalistas. Sin embargo, la repetición electoral truncó su estrategia a largo plazo: sustituir al PP como el partido hegemónico del centro derecha.
A pocos días de anunciarse la convocatoria electoral, Rivera levantó el veto que le había puesto al PSOE y se abrió a facilitar la investidura de Sánchez a cambio de una serie de condiciones. El presidente del Gobierno en funciones despachó la oferta rápidamente, alegando que ya se cumplía todo lo que el dirigente de Ciudadanos les pedía. Sánchez ya estaba decidido entonces a convocar elecciones, donde aspira a tener una "amplia mayoría" en las urnas para no formar coalición con Unidas Podemos y pedir una abstención técnica de Ciudadanos y PP.
Según lo que predicen las encuestas no son PSOE o Unidas Podemos quienes salen más perjudicados de la repetición electoral, sino Ciudadanos, que sufriría una auténtica debacle, rozando la veintena y perdiendo más de la mitad de sus escaños. Desde la dirección del partido lo achacan a que su votante es el más "desmovilizado" y que, ante el hartazgo de la ciudadanía por la clase política, los votantes potenciales de la formación 'naranja' se quedan en casa. Por ello, la estrategia de Cs durante toda la campaña ha sido tratar de motivar a los suyos, abriéndose a "desbloquear" la situación sin importar el resultado.
Hay quien ostenta posiciones relevantes en el partido y cuestiona el giro a la derecha tras el veto a Sánchez y los pactos con el PP y la ultraderecha: "Nos están castigando"
La gran mayoría de dirigentes han decidido cerrar filas con el argumento de la dirección: que es por la desmovilización y no por la estrategia, por lo que Ciudadanos pierde caudal político. Sin embargo, hay quien ostenta posiciones relevantes en el partido y cuestiona el giro a la derecha tras el veto a Sánchez y los pactos con el PP y la ultraderecha. "Nos están castigando", asegura.
A pesar de abrirse a desbloquear, Rivera ha descartado participar en un Gobierno junto al PSOE. Desde el partido confían en reeditar el pacto a la 'andaluza' de la mano de PP y Vox. Ese ha sido el principal discurso de los dirigentes de Ciudadanos, un mensaje repetido insistentemente por Inés Arrimadas, número uno por Barcelona y tándem electoral de Rivera. "Esto me huele a Andalucía", dijo recientemente la portavoz en el Congreso. Sin embargo -y según aventuran los trackins internos- Vox superaría a los 'naranjas', convirtiéndose en el "socio prioritario" del PP si la suma de la derecha puede desbancar a Sánchez.
Cs se conforma con no caer en la irrelevancia
El objetivo prioritario de la formación -según destacan varios miembros en privado- es conseguir un resultado que influya de cara al 11-N, aunque ello conlleve la pérdida de diputados. "No importa tanto el número de escaños como que sean decisivos, queremos influir", destacan voces cercanas a Rivera. Confían en mantener el resultado de Andalucía, Aragón y las Castillas, aunque señalan que el discurso de Vox parece que está calando bien en estos territorios.
Rivera no cesa de repetir que dos puntos más marcan la diferencia porque -dependiendo del reparto de votos- pueden suponer entre 18 o 20 escaños más gracias a la fórmula D'hont. Esta semana sus trackings los situaban en quinta posición, entorno al 10,5 y 10,8%, superados con amplia ventaja por Unidas Podemos, que se mantenía en la tercera posición, y Vox. El dato de participación a lo largo de la jornada determinará el futuro de la formación: si se mantiene por encima del 70%, creen que aguantarán mejor de lo que señalan las encuestas. Si la participación decae por debajo del 70%, la abstención -según sus datos- beneficiará a PP y Vox.
Además de la abstención, la dirección de Ciudadanos ha detectado que hay transferencias hacia otros partidos. Los datos indican que aproximadamente el 10% de los votos emitidos a Ciudadanos el 28-A, los recoge el PP. Unos 400 o 500.000. ¿Los motivos? Según fuentes cercanas al líder de Ciudadanos influye que Pablo Casado mantenga ese perfil "moderado" y que el PP sea el primer partido del bloque de la derecha, erigiéndose como única alternativa a Pedro Sánchez.
Reconocen que hay nervios de cara al domingo pero confían en que "hay partido". "Sí se puede" y "remontada", han sido dos de los mantras más repetidos durante la campaña. Afirman que esta situación ya la han vivido en el pasado, cuando comenzaron en el Parlament de Catalunya. "¿Qué se creen, que es tan fácil acabar con Ciudadanos? Lleva el nacionalismo intentándolo 13 años y no lo ha conseguido. A alguno se le va a atragantar la cena el domingo, y empieza por Pedro y acaba por Sánchez", aseguró Arrimadas en el mitin de cierre en Barcelona.
Arrimadas: el recambio más sonado de Rivera
En Ciudadanos esperan no bajar de 20 escaños, lo que significaría una absoluta debacle y abriría el debate de sucesión por el liderazgo del partido, que ahora no cuestiona prácticamente nadie. Rivera insiste en que él competirá "hasta el ultimo minuto". "Yo voy a seguir picando piedra como he hecho siempre, remando contra corriente, remontando el río junto a Inés Arrimadas y a los demás compañeros, que me eligieron como presidente y como candidato", afirmó este viernes en La Sexta tras ser preguntado por su posible salida de la política si se confirman las malas previsiones.
El dirigente 'naranja' reconoció, sin embargo, que son los militantes de Ciudadanos los que tienen "las riendas del futuro del partido". "Nunca voy a ser un problema para España ni para Ciudadanos y creo, humildemente, que puedo ser parte de la solución para este país", ha concluido.
A pesar de que la cuestión de la sucesión no se plantea abiertamente en el partido, varias voces con peso en el partido destacan que el único recambio posible sería el de Inés Arrimadas. Se trata de una candidata mediática -ha sido la jefa de la oposición en el Parlament y ahora es la portavoz en la Cámara Baja- y la militancia lo recibiría con agrado, pero señalan que ha de ser ella quien tome la decisión.
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