El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reaparece en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) este jueves, día 2 de mayo. Será su debut en la campaña electoral catalana, tras la visita sorpresa de este miércoles a la Feria de Abril de Barcelona. Estaba previsto que asistiera a actos el domingo, día 28 de abril, y el jueves anterior, día 25, pero la "reflexión" se lo impidió. Ese parón ha tenido un peso específico relevante en el inicio de la carrera hasta el 12 de mayo y la incógnita que sobrevuela, en este punto, el tablero político catalán tiene que ver con el efecto real que tendrá el episodio que ha protagonizado Sánchez en el resultado.

"Es muy posible que lo que ha ocurrido en Madrid estos días extreme una tendencia que ya se venía dando antes del parón de Sánchez, que tiene que ver con el crecimiento de PSC y Junts per Catalunya en detrimento de Comuns y Esquerra Republicana", explica Luis Miller, sociólogo y científico del CSIC, además de autor de Polarizados. La política que nos divide (Deusto, 2023). Toni Aira, profesor de Comunicación Política en la UPF-BSM, también cree que el efecto esperado es una movilización "de la propia parroquia", pero que a la vez puede activar, también, un votante del polo opuesto del PSC, "que en la arena catalana es Junts per Catalunya".

El profesor, autor del libro La política de las emociones: Cómo los sentimientos gobiernan el mundo (Arpa, 2020), explica que para una buena parte del potencial electorado del PSC, que se mueve "en unos círculos mediáticos que no son catalanocéntricos", lo que ocurre en Madrid es muy importante.

Aida Vizcaino Estevan, profesora de Ciencia Política en la Universitat de València, habla del "factor emoción" que entraña todo el terremoto ocasionado por Sánchez en los últimos días. En unas elecciones en las que Salvador Illa, candidato del PSC, se presenta a él mismo como el garante de la buena gestión y de la mejora de los servicios sociales en Catalunya, la cruzada que ha anunciado Pedro Sánchez para fortalecer, en definitiva, la democracia española puede añadir al cocktail Illa ese extra de la emoción, que, quizá, no era su principal baza.

Illa no corre, por otro lado, demasiados riesgos. "Su liderazgo y el de Sánchez son muy diferentes", destaca Aira. "El candidato socialista ha convertido en parte de su seña de identidad los años que pasó como ministro, pero no existe el peligro de que se vea eclipsado en campaña por la figura del presidente del Gobierno, como sí le puede pasar a Pere Aragonès con Oriol Junqueras". 

Tanto para Miller, como para Aira, al efecto que en política se denomina bandwagon, o 'caballo ganador' —una dinámica en la que la opción con más probabilidades de ganar arrastra voto de otras opciones de elección, que en este caso puede perjudicar a ERC y Comuns—, podría añadirse la posibilidad de que Illa alcance más apoyo de entre el electorado que pueda sentirse interpelado por el nuevo momento que vive el PSOE. Miller subraya que no es necesario que Illa juegue de forma muy evidente esa carta, sino que el contexto hace su trabajo y puede "activar emocionalmente a algunos votantes".

Vizcaino Estevan está de acuerdo, pero matiza que, para que se exprese e, incluso, se maximice esa influencia, Sánchez debería "concretar medidas" durante la campaña electoral. En otras palabras, que es fundamental que las intenciones y proclamas "se traduzcan en propuestas reales" para que, durante la campaña, "Illa pueda sacar pecho tanto de la gestión, como de la emoción". Si no, según la profesora, el efecto se puede ver atenuado.

Las últimas encuestas respaldan la tesis de los dos politólogos. El estudio de Key Data que publicó este medio el domingo ya habla de una tendencia al alza del PSC y una caída de Esquerra Republicana y Comuns. Otra encuesta, en este caso del diario catalán Vilaweb, realizada y publicada después del impasse de Sánchez y de su decisión de continuar, refuerzan la teoría: da 42 escaños al PSC y dibuja un escenario en el que no existe mayoría independentista.

Se achica el espacio para ERC y Comuns

Luis Miller abunda en una cuestión. "La campaña se está desarrollando de una forma muy polarizada alrededor del enfoque social, que encontramos de forma muy marcada en Salvador Illa, y de otro más identitario, que protagonizan Carles Puigdemont y Junts per Catalunya", comenta. Y eso "deja muy poco espacio a ERC y Comuns". 

"Es difícil salir de ese sándwich en el que se encuentran ambas formaciones", que, tal y como explica el sociólogo, en mayor o menor medida ven cómo PSC y Junts acaparan ejes temáticos (servicios públicos e independencia, respectivamente) que interpelan directamente al electorado de ERC y Junts y que las dos formaciones necesitan para ganar terreno en las encuestas. Esa lucha por las políticas públicas es una baza electoral natural tanto para Comuns, como para ERC, que también defiende como uno de sus principales caballos de batalla su gestión al frente de la Generalitat.

El gran estrés político que se vivió en Madrid durante los días en los que Sánchez estuvo recluido en La Moncloa y, especialmente, cuando confirmó su continuidad arrebató gran parte de su protagonismo a la campaña electoral. Lo hizo hasta el punto de que muchos actos que tenían previstos varios partidos políticos en Catalunya se pospusieron y se utilizaron para valorar su decisión. Casi en el ecuador de la campaña catalana, el presidente del Gobierno, a propósito o no, ha logrado quedarse con el protagonismo. "Ha marcado la agenda de salida de la campaña", subraya Toni Aira.

En cualquier caso, todo lo ocurrido los últimos días en Madrid "va a tener efecto en el 12 de mayo seguro", subraya Vizcaino Estevan: "Una cosa es cómo vivan este tipo de shocks los ciudadanos que no están en un clima electoral y otra es cómo lo viven los que sí lo están". En este caso, los catalanes. La campaña es larga y todavía faltan días. Hay espacio para más giros de guion. Sin ir más lejos, la amnistía se sigue tramitando el Senado y el Partido Popular todavía no ha confirmado si la vetará antes o después de la cita con las urnas.