El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves de manera definitiva la nueva Ley de residuos y suelos contaminados después de que ésta pasara por el Senado. Se trata de una norma clave que se enmarca dentro del paquete legislativo de economía circular y que además sirve como transposición de varias directivas europeas como la que hace referencia a los plásticos de un solo uso.

"Hoy damos un paso adelante en la modernización y en la circularidad de nuestra economía, en la capacidad de diseñar mejor las cosas para generar menos residuos y gestionar mejor los generados de forma que se recuperen sus materiales y nos permita volver a utilizarlos en la nueva cadena de producción. También damos un paso adelante en la lucha contra la invasión del plástico", ha valorada la vicepresidenta Teresa Ribera, que celebra la aprobación de esta nueva Ley, uno de los mayores retos del Gobierno en materia ambiental.

La aprobación de esta ley significa el fin de una larga lista de plásticos de un solo uso en España, como bastoncillos, determinados envases y bolsas. Además, pone sobre la mesa la obligación de ofrecer agua gratuita de vaso en establecimientos y abre la puerta a un sistema de depósito y retorno de recipientes para reducir el número de residuos.

La ley fija, además, objetivos para que España cumpla con los objetivos comunitarios de reciclado, fijado en el 50% en 2020, el 55% en 2025, el 60% en 2030 y el 65% en 2035. De este modo España deberá doblar el esfuerzo en la reducción de desechos y bajar su peso en un 13% para 2025.

Desde 2023 los comercios minoristas del sector de la alimentación que dispongan de una superficie de más de 400m2 deberán destinar el 20% de sus instalaciones a productos sin embalaje primario. De este modo se pretende incentivar la venta a granel y el uso de envases reutilizables que dejen poco a poco atrás la cultura del plástico que impera en el modelo de consumo actual. Además, se les prohibirá a estas empresas la eliminación de excedentes no vendidos de productos no perecederos.