Este artículo se publicó hace 5 años.
COP25Claves para entender la Cumbre de Madrid, la última cita para abordar el reto climático
Este lunes arranca la Cumbre del Clima (COP 25) que durará hasta el 13 de diciembre. Los dirigentes internacionales se sentarán frente a frente para tratar de alcanzar consensos ambiciosos para poder mitigar la emergencia climática.
Alejandro Tena
Madrid-
La batalla climática es a contrarreloj. Los días pasan, estrechan el margen de maniobra de las sociedades y la emergencia se hace más evidente en cada catástrofe; cada inundación, cada incendio, cada bloque de hielo que se desprende de una masa inmensa sirve para materializar las advertencias de la ciencia. Ante este escenario, las calles se llenan de un clamor social que reclama medidas urgentes a los gobiernos para avanzar hacia estructuras económicas mucho más lentas y pausadas que puedan garantizar un recorte de emisiones amplio a nivel planetario.
Precisamente para ello, para alcanzar un escenario de mitigación global, se van a reunir los líderes mundiales en Madrid en una cumbre, que se presenta esencial para alcanzar unos compromisos ambiciosos que permitan que la subida de temperaturas del planeta se mantenga por debajo de los 1,5º C. La COP 25, nombre de esta reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), es, en cierta medida, la última oportunidad para salvar el Acuerdo de París, que comenzará a aplicarse en 2020.
La cumbre, que acontecerá en Madrid del 2 al 13 de diciembre después de que Chile tuviera que renunciar por las protestas sociales que inundan el país, es un encuentro multilateral importante de cara a la batalla política contra la crisis climática. Si bien es cierto que la mayoría de los acuerdos que se adoptan en estas reuniones anuales no son del todo vinculantes, sirven para retratar a la mayoría de los Estados y conseguir consensos mínimos para frenar el calentamiento del planeta.
En el caso de la COP 25, las claves políticas que vertebrarán los debates se focalizan en la "ambición", tal y como señaló el propio secretario general de la ONU, António Guterres, pero también en allanar el terreno para la siguiente reunión climática de 2020. Estos son algunos de los puntos centrales de la cumbre.
Integridad ambiental
En 2020 comenzará a funcionar el Acuerdo de París, por lo que en esta cumbre se tratará de finalizar los procesos de negociación que siguen abiertos en torno a este tratado. En ese sentido, diciembre de 2019 será clave para intentar conseguir consensos ambiciosos que perfeccionen las herramientas que garantizan que los compromisos climáticos de reducción de emisiones se cumplan por todos los signatarios.
La transparencia será uno de los elementos centrales del debate a la hora de conseguir mecanismos fiables que garanticen que los estados reportan sus compromisos, sus logros y decepciones climáticas dentro de un marco común regido por las Naciones Unidas.
Además, en este aspecto de la integridad ambiental, se abrirá un debate en torno al desarrollo de las reglas del Artículo 6 del Acuerdo de París. En este punto, se tratará de avanzar para establecer un mercado global de carbono con el que los Estados puedan intercambiar compensaciones por sus emisiones bajo la premisa de quien contamina más pago. Esta es una normativa que, en cierta medida, ya existe en la Unión Europea y que podría servir de ejemplo para articular un mecanismo internacional más grande. El principal escollo podría estar en el modo en el que se articula este sistema y en si las empresas podrán entrar en el mercado por sí mismas o si serán los gobiernos nacionales los que gestionen el cómputo general de las emisiones.
Compromisos Nacionales de Reducciones (NDC)
Entre los debates y acuerdos que se aprobar, destaca la revisión de los Compromisos Nacionales de Reducciones (NDC) con los que cada país se retratará ante la comunidad internacional presentando sus propios libros de acción climática para conseguir atenuar los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero. En este punto se hablará de aspectos diversos que van desde los fondos que puede aportar cada Estado para mitigar la crisis climática hasta los compromisos para descarbonizar la economía.
Fondo verde para el clima
En la Cumbre del Clima de Copenaghe (COP 15) se habló por primera vez de la creación de un Fondo Verde para el Clima, algo que se terminó ejecutando en el siguiente encuentro internacional de Cancún (COP 16) de 2010. La idea central es que para 2020 este fondo cuente con una financiación de 100.000 millones de dólares enfocados a luchar contra la emergencia climática y limar las diferencias entre países. Sin embargo, el Green Fund se encuentra en un déficit de aportaciones marcada por la escasa participación de países como EEUU –que ha anunciado su salida del marco de París– o Australia. Es por ello que las partes deberán alcanzar consensos para reconocer, en primer lugar, esa falta de financiación y, en segundo lugar, incrementar las aportaciones de los Estados más desarrollados, además de revisar la adecuación y la efectividad de esta herramienta para frenar el calentamiento del planeta. Esta es una de las claves a tratar en la cumbre de Madrid.
¿Qué pasa con EE UU?
En todo acuerdo internacional la figura de EE UU se presenta relevante, por su poder internacional, a la hora de alcanzar acuerdos relevantes. La administración Trump, desde su llegada a la Casa Blanca, ha demostrado que las cuestiones climáticas no son una prioridad, sino un obstáculo para sus vocaciones económicas. Tanto es así, que este mes de noviembre el Gobierno norteamericano inició de manera oficial los trámites para salirse del Acuerdo de París. Sin embargo, esto no impide que los altos funcionarios estadounidenses estén en el encuentro de Madrid, ya que será a partir de 2020 cuando se desvincule por completo de los compromisos alcanzados en la capital francesa allá por 2015.
La realidad es que EE UU seguirá acudiendo a las siguientes Cumbres del Clima ya que sólo se ha salido de la CMA (conferencia de los países que están dentro del acuerdo de París) uno de los tres plenarios que componen las COP celebradas de manera anual. En cualquier caso, al ser Madrid uno de los encuentros centrales para sellar los compromisos de París de cara a 2020, EE UU podría tener una última oportunidad para frenar consensos.
Aunque estas son algunas de las lecturas habituales, "no se espera que EE UU tenga un papel muy polarizante", tal y como explica a Público Lara Lázaro, investigadora principal de política y economía ambiental del Real Instituto Elcano. La realidad es que la salida de EE UU puede jugar en su contra si se tiene en cuenta que a un país de sus características le interesa estar allá donde se desarrollan las reglas del juego. En cualquier caso, la coyuntura política podría cambiar de un día para otro si se tiene en cuenta que el presidente Trump –a quien no se espera ver por Madrid– está cada vez más en entredicho. Su marcha del poder y la entrada de otro Ejecutivo podría reenganchar a la nación americana dentro de los compromisos de París dentro de unos años (o meses).
La 'contracumbre'
Las miles de corbatas que llenarán IFEMA durante las primeras semanas de diciembre contrastarán con el clima de protesta social que llenará las calles de Madrid. Tanto es así, que los colectivos sociales han preparado una cumbre social en un tiempo récord para tratar de presionar a la clase gobernante que se reúne en la capital. "Hemos tenido un mes para organizar todo. Muy poco tiempo si se tiene en cuenta que los compañeros de Escocia ya han comenzado a preparar la contracumbre de Glasgow que es dentro de un año", explican fuentes de Juventud por el Clima. Por el momento las actividades se concentran en una gran marcha el día 6 de diciembre, además de charlas en espacios universitarios, uno de los centros neurálgicos del nuevo activismo ecologista en España.
La relevancia social de las cumbres, más allá de manifestaciones y otras acciones reivindicativas, está garantizada por la propia ONU, que habilita dentro del espacio de la COP una "zona verde" para tratar de dar un papel visible a las ONG en defensa del medio ambiente, los profesionales académicos que estudian el cambio climático, las empresas, las plataformas juveniles y las organizaciones chilenas, país que preside el evento.
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