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Los cinco días que pusieron al PSOE ante el abismo de la marcha de Sánchez: no hay banquillo

Los socialistas comienzan a digerir la tensión e incertidumbre vividas durante el proceso de reflexión del presidente del Gobierno. El riesgo de que Sánchez se fuera aviva las especulaciones sobre quién le sucederá al frente del partido. 

Una persona sujeta un cartel durante una concentración en la calle de Ferraz en apoyo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sede del PSOE, a 27 de abril de 2024
Una persona sujeta un cartel durante una concentración en la calle de Ferraz en apoyo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sede del PSOE, a 27 de abril de 2024. A.Pérez Meca / Europa Press

"Muy bien no lo hemos pasado". "Vaya tensión". "Un alivio". "Menos mal". El PSOE ya respira por la continuidad de Pedro Sánchez y todas esas expresiones de dirigentes o cargos públicos socialistas denotan el vértigo que vivió todo el partido durante cinco días. Un periodo donde se estuvo a ciegas sobre lo que podría anunciar su líder el 29 de abril. 

Esa será una fecha en la memoria colectiva de los socialistas. Como lo fue el 27 de abril con la celebración de un atípico Comité Federal en Ferraz. Un encuentro que se convirtió en un gran acto de apoyo a Sánchez. El mismo presidente del Gobierno destacó como momento clave esa movilización de sus bases. 

Durante esos largos días nadie quería hablar de un proceso sucesorio. El plan en todo momento era "convencer" a Sánchez de que se quedara. Sus principales colaboradores se reunieron y hablaron en varias ocasiones. Pero según las fuentes consultadas nunca estuvo sobre la mesa pensar en el día después. 

Sánchez ha conseguido una unidad interna en el PSOE como hacía tiempo que no se veía en las filas socialistas. Bien es cierto que, según recuerda alguna de las voces consultadas, siempre es más fácil esa cohesión cuando se está en Moncloa. "Si se llega a ir, podría haber pasado de todo", señala un dirigente socialista. 

Lo cierto es que todo el partido en bloque ha respaldado a Sánchez públicamente, incluso aunque se haya vivido una "incertidumbre" quizás innecesaria. "Ha habido desconcierto, sí. Pero creo que ha activado al partido de nuevo frente a lo que viene por delante", apunta un dirigente territorial. 

En esa cohesión participó incluso el dirigente autonómico más crítico con Sánchez y sus políticas. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, empatizó con su líder y le mostró su apoyo frente a las "calumnias" de la derecha sobre su esposa, Begoña Gómez. Bien es cierto que no le pidió, como sí hicieron otros, que se quedara de forma explícita. Pero su discurso fue bien recibido por las filas socialistas. 

La hipotética sucesión "lógica" y natural si Sánchez se hubiera ido es la vicepresidente primera del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. Desde hace décadas, con Alfonso Guerra, nadie en las filas socialistas había acumulado tanto poder orgánico e institucional en el partido. Hay quien la ve, no obstante, como próxima líder del PSOE de Andalucía. 

El núcleo duro del PSOE lo componen, aparte de Montero, el secretario de Organización Santos Cerdán. Su perfil es más en la sombra y su papel ha sido clave en las negociaciones con Junts. Fue el encargado de reunirse con Carles Puigdemont en Bruselas. De perfil más político se encuentran dos ministros, Félix Bolaños y Óscar Puente, así como la ministra portavoz Pilar Alegría.

Junto al jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López, han sido las personas que primero conocieron la decisión del presidente de continuar en Moncloa. Concretamente Montero, Bolaños, Cerdán y López, a los que Sánchez convocó el lunes a las 10.00 para informarles antes de su comparecencia. 

Los nervios por una posible sucesión dejaron también ver apoyos de personas que estaban más en segunda fila desde hace tiempo como la exvicesecretaria general del PSOE Adriana Lastra, uno de los principales apoyos de Sánchez en sus inicios. Incluso el exsecretario de Organización José Luis Ábalos, expulsado del partido, dio muestras de apoyo. 

¿Hasta 2027?

Sánchez destacó este martes en una entrevista que está "con ánimo" para estos tres años de legislatura que restan y "para los que quieran los españoles con sus votos". Es decir, que no cierra la puerta a volver a presentarse pese a haber estado a punto de dimitir.

Lo cierto es que algunas voces consideran que el partido tiene que armar liderazgos fuertes. También a nivel territorial. De hecho lo dijo el propio Sánchez en una Ejecutiva tras los malos resultados de las elecciones Galicia. Salvador Illa, líder del PSC, podría ser un ejemplo si, como todo apunta, gana las elecciones en Catalunya el 12 de mayo. 

"Obviamente el PSOE es mucho más que una persona y ahí está nuestra historia. Pero la salida de Sánchez en este momento nos hubiera hecho daño", reflexiona un dirigente que se muestra "contento" y "esperanzado" para el futuro. Aún es pronto para visualizar al partido sin el actual secretario general. Pero estos días, aunque no quisieran, el partido ya ha comenzado a visualizar que ese momento llegará. 

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