Cristina Cifuentes se ha puesto la coraza de defensora de la ética y la honestidad ante el nuevo escándalo de corrupción que salpica al PP de Madrid, la operación Lezo. Con su antecesor al frente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en prisión y con Esperanza Aguirre ya fuera de los últimos cargos que ostentaba en el Ayuntamiento de Madrid, la presidenta madrileña ha aprovechado su discurso en el acto institucional de la fiesta del Dos de Mayo para proclamar que "el tiempo de los corruptos ha llegado a su fin en la Comunidad de Madrid" y erigirse en la 'líder' de la regeneración democrática en el seno del Partido Popular.

Cifuentes ha lamentado los días "convulsos" por los que atraviesa la política y el PP regional, en clara alusión al caso Lezo y la detención de su predecesor en el cargo, Ignacio González. Sin embargo, en su discurso ni ha mencionado expresamente a la investigación del juez Eloy Velasco ni ha citado a González ni a Aguirre.

"Están pasando muchas cosas, que nos avergüenzan, que todos condenamos, y a las que debemos hacer frente apelando a esos valores que encarnan los premiados. Porque la honestidad, el compromiso, el talento y el esfuerzo son el más eficaz antídoto frente a las conductas que vulneran la ley, y frente a las dificultades de cada día", ha subrayado.

La presidenta ha reafirmado su "firme" compromiso, el de su Gobierno y el de todos los partidos políticos que representan a los madrileños con la defensa de esos valores. "Porque el compromiso ético y la defensa de la legalidad nos concierne a todos, por encima de siglas e ideologías".

"Que a nadie le quepa la más mínima duda de que, aún con todas las dificultades, riesgos y sinsabores que tenemos que afrontar, vamos a seguir liderando el camino de regeneración democrática iniciado, porque la corrupción es incompatible con la democracia, y el tiempo de los corruptos ha llegado a su fin en la Comunidad de Madrid", ha asegurado.

Y como la corrupción "afecta a numerosos partidos e instituciones en una u otra medida", ha instado a "todos" a ser implacables con ella. "Es el mayor favor que podemos hacer a nuestra democracia", ha afirmado.

Cristina Cifuentes junto a Soraya Sáenz de Santamaría, Íñigo Méndez de Vigo, Manuela Carmena y Paloma Adrados. /EFE

Sin embargo Cifuentes vive sus días más difíciles al frente del Gobierno regional. Pese a sus intentos por desmarcarse de la trama corrupta investigada en la operación Lezo, la presidenta regional se ve atrapada por las irregularidades que se cometieron en las anteriores presidencias de González y Aguirre. Dentro de su propio Gobierno hay cargos que podrían terminar viéndose involucrados en las diferentes investigaciones que se están llevado a cabo. 

Además, sobre ella planea con fuerza la posibilidad de una moción de censura. El último paso lo ha dado el PSOE-M, liderado por Sara Hernández, que ha iniciado una ronda de contactos con Ciudadanos y Podemos, los otros dos grupos parlamentarios en la oposición, para buscar una "alternativa de cambio" al gobierno presidido por Cifuentes.