Este artículo se publicó hace 2 años.
Censura y adoctrinamiento en la educación
Sara Serrano
Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que ordenará a los inspectores de educación de la Comunidad de Madrid retirar los libros de texto que contengan material "sectario".
Según han detallado la presidenta madrileña y el consejero de Educación, Enrique Ossorio, tienen previsto censurar de los libros de texto términos como: "conciencia democrática", "emergencia climática", "centralización", "mejora de la humanidad y el planeta", "resiliencia" o "discriminación por razón de género".
Este anuncio, forma parte de una ofensiva más amplia, que es el boicot que está haciendo la Comunidad de Madrid a la Ley de Educación de Celaá. Madrid ha sido de hecho, la única en redactar una ley de educación autonómica para contrarrestar a la Ley Celaá. La censura de libros de texto, se suma así a otras decisiones tomadas anteriormente desde la ejecutiva madrileña como la de ampliar la vigencia de los conciertos educativos a los diez años o la de no considerar discriminación la segregación por sexos.
A continuación 5 datos sobre el estado en el que se encuentra la educación en la Comunidad de Madrid.
Dato número uno. Madrid, a pesar de ser la región más rica, es la que menos invierte en educación. Sólo dedica el 2% del PIB, frente al 5% que establece la nueva ley de educación.
Dato número dos. La Comunidad Autónoma de Madrid también es una de las que cuenta con menor ratio profesor-alumno. El número medio de alumnos por profesor es de 13,6. Una cifra que solo supera la ciudad autónoma de Melilla.
Dato número tres. Madrid es la región de España, junto al País Vasco, con más alumnos escolarizados en colegios concertados (un 30% frente al 25% de España). Y en la capital este porcentaje llega al 58%.
Dato número cuatro. Junto a Asturias, Madrid es la única región que aumentó la tasa de abandono escolar el año pasado.
Dato número cinco. Madrid es la región donde más caro sale estudiar una carrera universitaria. El precio medio del crédito es de unos 23 euros, el más caro de España.
La derecha tiene clara la importancia que tiene la educación en su implantación social. Por eso no se trata de un fenómeno exclusivamente madrileño. En Murcia, la Consejería de Educación, en manos de Vox, también ha anunciado que revisará los libros de texto por no respetar los principios de neutralidad ideológica.
Más allá de nuestras fronteras, en Hungría, Viktor Orban ha restringido la venta de libros infantiles con contenidos LGTBI. El texto legislativo dice textualmente que se restringirá la venta de libros que "describan una desviación respecto de la identidad de género concebida en el nacimiento, o describan un cambio de género, o popularicen la homosexualidad". De este modo, se prohíbe vender estos libros cerca de iglesias o colegios, se prohíbe exhibirlos en los escaparates de las librerías y se obliga a tapar las portadas.
En Polonia, el Parlamento, aprobó el pasado mes de enero, una ley educativa que prohíbe los contenidos LGTBI, la educación sexual y en favor de la educación en diversidad. Además, por mucho que padres y profesores puedan estar a favor de estos contenidos, el Gobierno se reserva la opción de vetarlos, dejando sin libertad de cátedra al profesorado y sin libertad de elección a los padres.
Y en Rusia, el gobierno de Putin aprobó en 2013 una ley "contra la propaganda homosexual" que tiene el propósito de "proteger a los niños de la información que niega los valores familiares tradicionales".
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