Público
Público

Cayetana Álvarez de Toledo planificó con premeditación llamar "terrorista" al padre de Pablo Iglesias

La exportavoz del PP recuerda detalladamente su intervención en el Congreso de los Diputados el pasado 27 de mayo de 2020 que le generó una demanda por intromisión ilegítima en el derecho al honor, todavía por resolver

La portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y vicepresidente Pablo Iglesias. / EFE
La portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y vicepresidente Pablo Iglesias. / EFE.

La publicación del nuevo libro de Cayetana Álvarez de Toledo, Políticamente indeseable, ha vuelto a remover las aguas internas en el Partido Popular (PP). Las críticas directas de la exportavoz de los populares a Pablo Casado y especialmente a Teodoro García Egea han escocido en el partido. Todavía no está claro si se sancionará de alguna manera a la diputada o si se intentará ignorar sus opiniones por no darle más alas. En el libro, más allá de los interesantes capítulos sobre la vida interna del PP, se trata también extensamente un sonado episodio protagonizado en el Congreso. El 27 de mayo de 2020, Álvarez de Toledo llamó "terrorista" al padre del por entonces vicepresidente Pablo Iglesias. La exportavoz de los populares lo había planificado de forma calculada. 

La interpelación que realizó aquel día Álvarez de Toledo es la única que aparece transcrita de forma literal y completa en el libro. Y además, lo hace como cierre del mismo. Lo que denota la importancia para la exportavoz, que ya había afirmado que esa intervención fue su "mayor logro político".

Tras sus palabras, el propio Iglesias anunció que su padre, Francisco Javier Iglesias, recurriría a los tribunales. Y así fue. El anuncio de la demanda por "intromisión ilegítima en el derecho al honor" llegó poco después. Se pedía a la diputada del PP una indemnización de 18.000 euros. El asunto está todavía por resolver en un juzgado de Zamora.

En una entrevista publicada aquellos días por Público, el padre del exvicepresidente señalaba que todo su pasado "terrorista se reduce a haber repartido tres panfletos del Primero de Mayo". El protagonista explicaba que su militancia antifranquista en la creación del Frente Revolucionario Antifascista Patriótico (FRAP) había sido muy reducida en el tiempo y que, de hecho, abandonó la organización al optar esta por la vía armada. 

Pero Álvarez de Toledo carga las tintas contra el asunto en las páginas del libro, como ya hizo desde la tribuna del Congreso y en declaraciones suyas posteriores. La intrahistoria de cómo se llegó a esa intervención, tiene además su miga, según cuenta la exportavoz de los populares. Su situación era ya tensa dentro del grupo parlamentario y el propio partido. "Me había acostumbrado a las jugarretas", señala sobre el Comité de Dirección celebrado los días previos a la interpelación. Cuenta que Casado había cambiado el orden de las intervenciones en el órgano del PP para que ella hablara la última de todos los participantes, al filo de la hora de comer, "con los temas muertos sobre la mesa". 

"Esta vez noté una hostilidad rara en el ambiente", sigue Álvarez de Toledo. Varios vicesecretarios se quejaron de su falta de visibilidad en el Congreso. Y García Egea les dio la razón. "Entendí que se trataba de otra de sus operaciones", afirma. Según su relato, defendió que a todos los diputados se les debería dar "el mayor juego posible". "Pablo (Casado) no decía nada. La discusión seguía, turbia y revuelta. Y entonces se me ocurrió una idea", sigue. En ese momento le propuso a su secretario general que fuera él quien interpelara a Iglesias. "Casi se desmayan. Teodoro también. Le cambió la cara. Su maniobra, desactivada (...) Estuvo más de veinte minutos rumiando la bola, el gesto nublado, hasta que se giró hacia a mí: 'hazla tú. Un secretario general, mejor solo una preguntica y largarse". 

Así fue cómo aquel 27 de mayo acabó subida en la tribuna. La interpelación, oficialmente, era para que explicara "cómo van a influir en la acción del Gobierno los acuerdos políticos con el nacionalismo radical". Días antes, PSOE y Podemos habían pactado con Bildu la derogación de la reforma laboral. A partir de aquí, empiezan una serie de insultos y calificativos de todo tipo hacia Iglesias.  "Quería colocar a Pablo Iglesias Turrión ante el espejo. Demostrar, con sus propios hechos y palabras, hasta qué punto su persona y proyecto no merecían nuestra benevolencia y mucho menos nuestra sumisión (...) Era el burro de Troya (expresión que también usó en la tribuna) de la democracia española", escribe. 

Orden de "bucear" en la hemeroteca del exvicepresidente

"Mi interpelación quiso ser ante todo una impugnación de la mentira fundacional de la que se derivan los principales problemas políticos españoles: la consideración del antifranquismo como una patente de corso moral", añade la diputada popular, defendiendo la necesidad de dar la "batalla cultural", algo a lo que se solía negar Casado, según el libro. La exportavoz cuenta que se preparó su intervención en el AVE de Barcelona a Madrid y que pidió a sus colaboradores de confianza "que bucearan en la hemeroteca, hasta el fondo, sin dejar un solo recoveco sin escudriñar". "El resultado era espeluznante", dice. 

"Había pensado a fondo lo que iba a contestarle a Iglesias en caso de que mencionara mi condición de marquesa y en qué momento exacto"

Cuenta que ella esperaba que usara el apelativo a su título nobiliario, "señora marquesa". "Si el debate iba a girar en torno al estirpe, la casta, el linaje o el pedigrí, el que lo tendría complicado era él", afirma Álvarez de Toledo en el libro. Y a partir de aquí es cuando empieza a hablar de Francisco Javier Iglesias, al que define como un "militante de la organización terrorista FRAP". La diputada popular asegura que fue detenido por repartir propaganda "para una manifestación en Atocha" en las que fueron asesinados dos policías, vinculándolo a unos hechos que sucedieron mientras él estaba en prisión. 

"Había pensado a fondo lo que iba a contestarle a Iglesias en caso de que mencionara mi condición de marquesa y en qué momento exacto. De hecho, lo llevaba anotado. Fue el colofón de mi intervención", señala Álvarez de Toledo antes de reproducir sus palabras literales: "Se lo voy a decir por primer y última vez: usted es hijo de un terrorista. A esa aristocracia pertenece usted, a la del crimen político".  

"Incomodidad" en Casado y el PP

El relato de Álvarez de Toledo introduce también otro de los asuntos que minó su relación con el resto del partido y con Casado. "Pablo estaba dos escaños más allá y percibí su incomodidad. Primero, ligera, y a medida que Iglesias avanzaba en su réplica, creciente". Dice de Iglesias que, "travestido en folclórica" actuó con cobardía por no defender a su padre. Y que hizo algo "peor para Casado" buscando su complicidad. "Yo sé, Pablo, que tú no eres así. Tú no eres un ultraderechista", le dijo Iglesias al líder del PP. 

Al bajar el exvicepresidente, Meritxell Batet, presidenta del Congreso, preguntó si quería retirar la expresión. La diputada del PP se negó pero Batet las retiró. "Hubo pataleos y protestas, más en la bancada de Vox que en la mía", recuerda la popular. A partir de ahí, varios dirigentes comentaron en público esa incomodidad mostrada ya por Casado. Fue el mismo García Egea, pero también barones como Fernando López Miras o Alberto Nuñez-Feijóo

Álvarez de Toledo intentó que Batet restituyera sus palabras en el Diario de Sesiones. No lo consiguió y poco después pidió recurso de amparo al Tribunal Constitucional. Fue admitido a trámite y está por resolver. El PP se desentendió del caso, algo que le fue comunicado, según la exportavoz, por el propio Casado: "Yo no habría aludido al padre de Iglesias. Me pareció innecesario. Déjalo estar. Además, es mucho dinero", cuenta que le dijo en su despacho en referencia a los costes de recurrir al TC. 

Las menciones al padre de Iglesias coparon gran cantidad de titulares aquellos días. Y opacaron el resto de asuntos parlamentarios. Pero no era la primera vez que este familiar aparecía mediáticamente. El eurodiputado de Vox, Hermann Terstch, fue condenado en junio de 2019 en una sentencia que se confirmó después en 2020 a pagar una indemnización de 15.000 euros a Francisco Javier Iglesias por unas acusaciones parecidas. realizadas en Twitter en 2018. La de Álvarez de Toledo está, de momento, por resolver. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias