Este artículo se publicó hace 5 años.
Elecciones generales 10-NCasado, preocupado por el repunte de Vox, fía su victoria a la abstención de la izquierda
A los 'populares' les preocupa el auge del partido de Santiago Abascal, que podría llegar a ser tercera fuerza. La estrategia de Casado ha sido no confrontar con la formación ultraderechista a pesar de sus mensajes xenófobos y homófobos.
Marta Monforte Jaén
Madrid-
No es difícil que Pablo Casado salga beneficiado de las elecciones del domingo, después de obtener el peor resultado en la historia del Parido Popular el 28 de abril (66 diputados frente a 134 en 2016). "Esta ha sido una campaña win-win", señalaban fuentes cercanas al líder del PP tras el mitin de cierre en Madrid. A los 'populares' se les abren dos escenarios: uno -el más probable- en el que la derecha no sume pero ellos crezcan notablemente en votos y escaños, asentándose como el principal partido de la oposición y otro, en que el que la desafección con los partidos de la izquierda por la falta de acuerdo provoque que los votantes de PSOE y Unidas Podemos no acudan a las urnas. "Si te entra el triple desde medio de la cancha, pues te entró", afirman desde la dirección del PP.
Este último caso se antoja complicado, aunque no imposible. Ya sucedió en Andalucía el pasado 2 de diciembre, donde ninguna encuesta daba mayoría a PP, Ciudadanos y Vox, los socios con los que tendrá que formar Gobierno Casado. La clave estará en la participación. Cada vez que la participación ha superado la barrera del 70% en los procesos electorales, la izquierda ha obtenido la mayoría de los votos. En cambio, cuando esa cifra ha sido menor, los partidos conservadores se han llevado la mayoría de los apoyos.
Según los datos que manejan desde la sede de Génova 13, Casado no logrará llegar a los 100 escaños, el reto que se había marcado antes de comenzar la campaña, sino que rondará los 85-90. A los 'populares' les preocupa el auge del partido de Santiago Abascal, que podría llegar a ser tercera fuerza y lograr entre 40 y 50 escaños, duplicando su resultado del 28 de abril. La estrategia de Casado -y, en general, de los dirigentes del PP- ha sido no confrontar con la formación ultraderechista a pesar de sus mensajes xenófobos.
El auge de Vox complicaría que los 'populares' se abstuvieran ante la investidura de Pedro Sánchez, un movimiento que descartan en público pero que deslizan en privado
El auge de Vox complicaría que los 'populares' se abstuvieran ante la investidura de Pedro Sánchez, un movimiento que descartan en público pero que deslizan en privado. "No podemos dejarle la oposición a Vox", responden desde la dirección, tomando como precedente lo que ha ocurrido en muchos países europeos en los que la ultraderecha está más fuerte que los partidos conservadores tradicionales.
"No facilitaré una investidura de Sánchez en ningún caso. Es lo coherente, lo llevamos diciendo seis meses. Somos la alternativa. Si tengo un solo escaño más que Sánchez me presentaré a la investidura", aseguró Casado ante miles de militantes y simpatizantes. En campaña, el 'popular' le recriminó al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que le pidiera facilitar una gran coalición para el desbloqueo: "Con Sánchez no voy ni a la vuelta de la esquina", sentenció.
Casado ha dirigido su mensaje a convencer a los votantes de la derecha de que el PP es el único partido que puede ser alternativa de Gobierno a Pedro Sánchez. En los últimos días el candidato del PP hablaba de "empate técnico" entre ambos. El avilés ha jugado esa baza durante toda la campaña y en su último mitin pidió abiertamente el voto de quienes confiaron en Ciudadanos, Vox e incluso en los socialistas el pasado 28 de abril: "Se juega el orden constitucional, la continuad histórica de la nación española. Estamos en empate técnico, pero hay que unir el voto, no podemos dividir el voto, no podemos fragmentar".
Temor a que Vox les gane terreno en 15 provincias
En el PP dan por hecho que liderarán con holgura el bloque de la derecha a costa de la caída de Ciudadanos, pero en las filas 'populares' preocupa que Vox les gane terreno en hasta en 15 provincias. Murcia, Madrid, Andalucía (Almería, Cádiz, Granada, Huelva, Málaga y Sevilla), Castilla-La Mancha (Guadalajara y Toledo) y Catalunya, a excepción de LLeida.
El principal escollo es que este auge de votos a la formación ultraderechista les haga perder el escaño en detrimento del PSOE e incluso Unidas Podemos. Además, en el hipotético caso de que la suma de la derecha desbanque a Pedro Sánchez de La Moncloa, los conservadores tendrían que hacer de Vox su "socio prioritario" si supera a Ciudadanos en votos y escaños.
Fuentes de la dirección indicaban a este diario que si Vox adelanta a Ciudadanos, en las negociaciones el criterio de Vox primaría y tendría un papel más importante: "Tantos votos tienes, tanto vales". Sin embargo, las negociaciones con el partido de ultraderecha ocasionaron críticas en el seno del partido a Casado, principalmente por parte de los barones con más peso en el actual PP, que no les necesitan para conformar sus mayorías, alertando del peligro de plegarse ante formaciones ultras.
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