Este artículo se publicó hace 2 años.
Casado y Garamendi se reconcilian tras sonoros desencuentros por los indultos, las pensiones o la reforma laboral
El líder del PP y el presidente de la patronal CEOE presumen de su buena relación en un acto organizado en Madrid. Ambos han mostrado opiniones diferentes estos últimos meses sobre los presos del Procés, la reforma de las pensiones o la nueva normativa impulsada por Yolanda Díaz, desgastando así la habitual sintonía entre populares y empresarios.
Madrid-
La foto de este lunes era importante. Y sus protagonistas eran conscientes de ello. El presidente nacional del Partido Popular (PP), Pablo Casado, y el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, se han reencontrado en Madrid. Una imagen que pretende escenificar la habitual buena relación entre populares y la patronal. Pero los últimos meses había una tensión latente en el ambiente por divergencias en algunas cuestiones claves, especialmente sobre los indultos a los presos catalanes del Procés y la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz.
"Hoy hay un foro y una foto", reconocía abiertamente Garamendi. Ambos han coincidido en el evento 'Turismo: claves para la competitividad de un sector estratégico' de la octava edición de Hotusa Explora, el foro de innovación turística organizado por el Grupo Hotusa. El diálogo ha sido conducido por el exministro Josep Piqué. Tanto el presidente de la patronal como el líder del PP han querido zanjar sus diferencias en público.
Esta escenificación no quiere decir que el PP vaya a cambiar ni un ápice su postura sobre el nuevo marco normativo laboral pactado entre los sindicatos y la patronal, al contrario que la reforma aprobada por Mariano Rajoy en 2013, que solo contó con el apoyo empresarial. Lo ha dejado claro Casado con sus palabras. "Jamás la CEOE nos ha dado ninguna indicación sobre lo que considera que deberíamos hacer y jamás el PP se ha puesto en contacto con la CEOE mas que para agradecer la labor que está haciendo", ha dicho.
El líder del PP ha presumido de hablar todas las semanas con Garamendi. "Es perfectamente compatible lo que hace la CEOE y el diálogo social con lo que hacen los partidos políticos", ha explicado, intentando así restarle importancia a sus posiciones divergentes sobre la reforma laboral. Casado sigue ignorando el apoyo empresarial a la reforma y su negativa a todo lo que no sea votar en contra de la misma sigue siendo tajante en todas sus intervenciones. Internamente algunos barones populares también han mostrado alguna diferencia con la postura de Génova.
Por su parte, Garamendi se ha permitido incluso bromear con una relación que ha comparado con Yoko Ono y John Lennon. "Igual que tendríamos que acabar hacer como ellos, estar una semana en una habitación de hotel y recibir a la prensa para que vieran que esta relación es así", ha dicho. "Ni yo le he llamado para decirle lo que tengo que hacer ni Pablo me ha llamado a mí para decirme lo que tengo que hacer", ha añadido el presidente de la CEOE, insistiendo que su relación "extraordinaria" es "compatible" con posiciones diferentes.
El presidente de la CEOE ha comparado la relación con el líder del PP con la de Yoko Ono y John Lennon
En declaraciones previas a los medios, Garamendi ha reiterado su apoyo a la reforma laboral mientras "no se mueva ni una coma" de un acuerdo que considera "bueno para el país". "Ojalá se apruebe", ha manifestado, calificando de "legítima" la posición en contra de los populares. "No somos un partido para intentar enjuagar todos los enredos de los programas electorales de Podemos y PSOE. ¿Por qué vamos a tener que votar a favor de una contrarreforma laboral que enmienda una del PP?", manifestaba a finales de año el presidente del PP.
No obstante, el Gobierno sigue buscando apoyos para sacar adelante la reforma. Sus socios habituales, ERC y EH Bildu, se han mostrado en contra. Una negativa que abriría la puerta a la participación de Ciudadanos. El propio partido se ha mostrado predispuesto a negociar su voto a favor aunque espera una llamada del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Algo que todavía no se ha producido. Fuentes de la dirección nacional del partido que lidera Inés Arrimadas se mostraban "sorprendidos" en conversación con Público porque no se hubiera dado este paso. Y apuntaban también a que la "sorpresa" llegaba a los propios agentes sociales por el inmovilismo del Gobierno.
Meses de tensiones
A la imagen y la distendida conversación entre Garamendi y Casado se ha llegado tras sonoros desencuentros que no han pasado inadvertidos en ninguna de las dos organizaciones. El presidente de la CEOE no participó en la Convención Nacional del PP celebrada a principios de octubre, pese a que se le invitó, alegando "problemas de agenda".
Antes, en el mes de julio, otro asunto les había provocado sorprendentes diferencias. Fue a raíz del acuerdo sobre las pensiones. "El Gobierno está haciendo un uso tóxico de la propaganda de comunicación de todos los acuerdos a los que quiere llegar", afirmó Casado sobre este asunto en un acto conjunto con el presidente de la patronal justo horas antes de que este firmara el acuerdo. El líder del PP le cobraba de alguna manera la factura a la CEOE por su postura sobre los indultos. Casado hablaba incluso de la clase empresarial como "una platea subvencionada en busca de fondos europeos".
En este sentido, Garamendi sorprendía el pasado mes de junio con unas declaraciones realizadas en TVE sobre los presos del Procés. "Si esto (la concesión de los indultos) acaba en que las cosas se normalicen, bienvenido sea", señaló entonces Garamendi. Las declaraciones, que luego más adelante fueron matizadas por el propio presidente de la patronal, desataron furibundas reacciones en la derecha, también en Vox. Casado criticó a los "cómplices" de Sánchez y Santiago Abascal arremetió directamente contra Garamendi, diciendo que compartía opinión con con Otegi, Echenique y Sánchez.
Garamendi y Casado volvieron a coincidir públicamente en un desayuno informativo en el mes de octubre. Se dejaron ver hablando juntos en la misma mesa de una forma distendida. Pero lo de este lunes ha sido un paso más en el deshielo. En el PP han mantenido oficialmente en todo momento que las relaciones no estaban rotas a pesar de los hechos.
Y, además, han intentado resaltar la división en las organizaciones empresariales sobre la reforma laboral. "No todos los empresarios están a favor del acuerdo", decía la semana pasada en rueda de prensa el secretario general del PP, Teo García Egea. A eso, y a su oposición sin concesiones a Sánchez se aferran en Génova.
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