Este artículo se publicó hace 7 años.
La capitana de Zapatero
La exministra Carme Chacón, fallecida en Madrid a los 46 años, salió derrotada por apenas 22 votos frente a Rubalcaba en la pugna por liderar el PSOE, y decidió abandonar la primera línea de la vida política
Manuel Sánchez
Madrid--Actualizado a
Carme Chacón (nacida en Esplugues de Llobregat, en 1971, y fallecida este domingo en Madrid) llegó a la política madrileña con poco más de 29 años (aunque desde los 16 ya militaba en las Joventuts Socialistes de Catalunya), y nada menos que como diputada y dirigente de la Ejecutiva Federal, a cargo del área de Educación y Cultura, por encargo directo del nuevo secretario general José Luis Rodríguez Zapatero.
En aquella joven y desconocida Ejecutiva, Chacón destacó pronto y se volcó en apoyar las movilizaciones estudiantiles contra el Gobierno de José María Aznar, convirtiéndose en principal ariete de oposición por aquel entonces.
Con el apoyo de Alfredo Pérez Rubalcaba, Chacón plantó cara a la mayoría absoluta del PP con toda la comunidad educativa detrás y, como años después reconocería el propio Rodríguez Zapatero, fue el primer desgaste político serio que tuvo Aznar en el inicio de su segundo mandato, y que cometió la torpeza de ignorarlo.
Chacón tuvo un activismo en esa época a todos los niveles en Madrid y, muy pronto, fue una de las personas más influyentes y conocidas del partido, llegando a ejercer durante un tiempo como portavoz de la propia Ejecutiva.
Cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Gobierno en el 2004 estaba en todas las quinielas como ministrable, pero el entonces presidente la dejó fuera de La Moncloa, situándola como vicepresidenta primera del Congreso. Chacón apenas contaba con 33 años y aseguran las malas lenguas que Zapatero quiso que estuviera en ese puesto para formarse mejor de cara a futuras tareas de más envergadura.
Pero no aguantó toda la legislatura, y casi al final del primer mandato de Zapatero, en enero de 2008, el presidente del Gobierno la encomendó el Ministerio de la Vivienda, en sustitución de María Antonia Trujillo. Sólo tres meses después encabezaba la lista del PSC por Barcelona obteniendo el mejor resultado de este partido en su historia. En esa legislatura, el socialismo catalán logró 25 escaños en el Congreso.
Pero en el puesto en Vivienda no duró mucho, y tras una nueva victoria electoral de Zapatero, el presidente sorprendió a todos nombrándola ministra de Defensa, cuando estaba embarazada de seis meses. Chacón, que nunca tuvo miedo a los retos, lejos de achantarse asumió con toda valentía el nuevo cometido sin importarle el ruido externo que provocó.
Afrontó una ardua tarea en el Ministerio hasta el final, con los conflictos de Afganistán, la retirada de tropas de Bosnia o la huelga de controladores, pero entre la ciudadanía era de las ministras más valoradas, y en la mayoría de las encuestas superaba tanto al presidente, como a otros miembros del Gabinete como Alfredo Pérez Rubalcaba o María Teresa Fernández de la Vega.
No obstante, en este periodo cambió el carácter y dejó de ser la accesible política que llegó a Madrid con ganas de comerse el mundo. Se distanció de los medios de comunicación, apenas otorgaba entrevista, y se refugió en el búnker de Defensa.
Pero eso no fue percibido por la ciudadanía y su nombre empezó a sonar cada vez con más fuerza para ser cabeza de cartel en las elecciones de 2011 tras la renuncia de Zapatero a volver a encabezar las listas. En un proceso confuso, no exento de cuitas personales, dos días antes de dar el paso y anunciar su candidatura a unas primarias frente al otro candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiró la toalla y dijo que renunciaba era aras de la unidad del partido.
El estrepitoso fracaso electoral de Rubalcaba en las elecciones de 2011 hizo que muchos ojos en el partido se volvieran de nuevo hacia ella y, en esta ocasión, Chacón dio el paso encontrándose múltiples apoyos en importantes dirigentes del partido. De nuevo, tenía enfrente a Rubalcaba, pero casi todo pronosticaba su triunfo. Finalmente por tan sólo 22 votos de diferencia entre un censo de cerca de un millar de delegados, la dirigente catalana perdió el envite.
Desde entonces, no fue la misma. Rechazó cualquier oferta de unidad con Rubalcaba y no faltaron escaramuzas contra el entonces secretario generales para desgastarle. La herida estaba muy abierta. Cansada de deambular por el Congreso, optó por dejar el escaño e irse un año a Estados Unidos como profesora. Aquello volvió provocar rumores de que, a la vuelta, podría volver a optar a liderar el PSOE, pero ya las ambiciones de Carme no pasaban por ahí.
Aunque volvió a presentarse como diputada en las elecciones de 2015 por Barcelona, con un resultado antagónico frente al de 2008, y aceptó estar en la Ejecutiva de Pedro Sánchez, la vida política de la dirigente catalana estaba ya muy lejos de la primera línea.
Sus últimos coletazos políticos fue abandonar la Ejecutiva por voluntad propia, y luego dar su apoyo incondicional a Susana Díaz, quien también la apoyó como candidata cuando presentó su proyecto en Olula del Río (Almería).
Este sábado, Chacón regresaba en avión a Madrid desde Miami, y colgó en Instagram una foto del océano atlántico con este texto: “Volando sobre el océano rumbo a Madrid, ganas de casa, ganas de mar y muchas ganas de Miquelete ”. Pero la capitana de Zapatero, a quien el expresidente más de una vez imaginó como su sueño político que llegaría al frente del Gobierno de España una mujer y catalana, ya no pudo ver ni a Miquelete ni disfrutar del mar que la estaban esperando.