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Bolsonaro blinda en el Senado al juez que encarceló a Lula

Sara Serrano en La Base
Sara Serrano en La Base.

Con una participación de casi el 80% Luis Inácio Lula da Silva ha ganado las elecciones a Jair Bolsonaro con el 48% de los votos y casi cinco puntos y seis millones de votos de diferencia. Sin embargo, al no llegar al umbral del 50%, ambos candidatos tendrán que enfrentarse en segunda vuelta el próximo 30 de octubre. Por detrás de ambos, ha quedado la candidata de centro liberal Simone Tebet, con un 4% de los votos, y el candidato socialdemócrata Ciro Gómez, con el 3% de los votos.

Tebet se presenta como demócrata, así que previsiblemente apoyará a Lula en la segunda vuelta. Mientras que Gómez, exministro del primer gobierno de Lula, no apoyará a Bolsonaro, pero tampoco tiene simpatías por Lula y ha hecho una campaña basada en la confrontación con el líder del PT. En cualquier caso, para ganar la segunda vuelta, el mandatario de izquierdas necesitaría menos de la mitad de ese voto, mientras que el ultraderechista necesita todo.

Además, a pesar de la victoria de Lula, el balance en el Congreso y en las gobernaciones es muy negativo para la izquierda. El Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayor bancada en el Congreso de los Diputados. En concreto 99 escaños, frente a los 80 del PT. La cámara baja tiene 513 asientos, pero para Lula será casi imposible construir una mayoría, ya que, entre las decenas de partidos con representación, la mayor parte son de derechas o extrema derecha.

Bolsonaro ha conseguido además colocar a muchos de los suyos en el poder legislativo, entre ellos al exministro de Sanidad, Eduardo Pazuello, un exmilitar cuya gestión de la pandemia fue duramente criticada. También entra en el Congreso el exministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, en cuyo mando se desmantelaron los órganos de control ambiental y se incentivó la deforestación del Amazonas. Por su parte, el PT ha conseguido algunos avances en la representación de minorías, ya que han sido elegidas varias diputadas indígenas y las primeras diputadas trans.

El Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayor bancada en el Congreso, con 99 escaños

En el Senado, que renovaba un tercio de su composición, el partido de Bolsonaro también es el que acumula mayor representación. Tendrá 14 de 81 asientos, frente a los nueve del PT. Alguno de los ex-altos cargos bolsonaristas que entran son: el que fuera vicepresidente, el general Antonio Hamilton, la exministra de la familia y pastora evangelista, Damares Alves, la exministra de Agricultura y una de las caras visibles del lobby agrario, Tereza da Costa, o el exministro de Ciencia, Marcos Pontes

En el Senado también han colocado al pastor evangélico Magno Malta, quien fue uno de los diputados que más defendió el impeachment contra Dilma Rosseff en 2016. La presencia de sectores evangélicos en el bolsonarismo no es trivial. El evangelismo está creciendo exponencialmente en Brasil y amenaza con desbancar al catolicismo como primera fuerza religiosa. Sólo durante la última década se han abierto 20 iglesias evangélicas diarias en el país.

Además de esto, Bolsonaro también ha colocado a dos personas clave que allanaron su camino a la presidencia: Sergio Moro y Deltan Dalañol, el juez y el fiscal de la operación LavaJato que llevó a Lula a prisión. Otro fiel al bolsonarismo, el exfutbolista Romário, ha sido reelegido como senador por Río de Janeiro. Romário no ha sido el único jugador  brasileño que ha respaldado a Bolsonaro estos últimos años. Neymar, Lucas Moura, Ronaldinho o Rivaldo también han mostrado su apoyo en el pasado al actual presidente.

De los 27 estados que tiene Brasil, el PT solo ha asegurado tres de ellos. Por su parte, la derecha, no exclusivamente bolsonarista, ha ganado en 11 estados. En Río de Janeiro, feudo paramilitarista de Bolsonaro, su candidato Claudio Castro se ha hecho con la victoria a pesar de los casos de corrupción que le rodean. Ha ganado al abogado Marcelo Freixo, compañero de partido de la activista Marielle Franco, asesinada precisamente por una milicia paramilitar.

El 36% de las mujeres votarían por Lula, frente al 16% que lo haría por Bolsonaro.

En Sao Paulo, donde Lula se formó como líder sindical, el exministro de Minas de Bolsonaro, Tarcísio de Freitas, ha superado al número dos de Lula, Fernando Haddad, en primera vuelta. Y Minas Gerais, un estado que suele anticipar el resultado a nivel nacional, vuelve a quedar en manos conservadoras. En términos generales el voto bolsonarista se concentra en el sudeste del país, mientras que el PT es más fuerte en las regiones del nordeste. El problema es que mientras que el sudeste concentra más del 42% del electorado, el sudeste no llega al 30%.

Algunos sondeos de opinión dan algunas pistas sobre el perfil socioeconómico de los votantes de ambos candidatos. Según un estudio realizado por Datafolha, votarían por Lula más de la mitad de las personas que cobran menos de dos salarios mínimos; el 60% de los ciudadanos negros o mestizos;  el 70% de la población LGTBI; y el 67% de los habitantes del nordeste del país.

Por Bolsonaro votarían el 43% de los brasileños que cobran más de diez salarios mínimos; el 38% de los blancos; y el 49% de los evangélicos. La cuestión de género también es importante, por Lula votarían el 36% de las mujeres, frente al 16% que lo haría por Bolsonaro.

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