Este artículo se publicó hace 2 años.
Batet evita centrar en Vox los reproches por el aumento de la crispación en el Congreso
Durante el debate generado en la junta de portavoces a colación del último ataque de los de Abascal a Irene Montero, la presidenta de la Cámara Baja "ha reñido a todos", sin distinguir la "violencia política" ejercida por la ultraderecha.
Pilar Araque Conde
Madrid--Actualizado a
Días después del debate avivado por los grupos políticos en torno a cómo actuar ante los exabruptos y faltas de respeto de los diputados de Vox en la Cámara Baja, después del último ataque de la ultraderecha contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, los representantes parlamentarios han hecho una reflexión colectiva en la junta de portavoces de este martes que ha concluido con la intervención de la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet.
En esta cita, Batet les "ha reñido a todos", como ha señalado en rueda de prensa el portavoz del PSOE, Patxi López, poniendo en el mismo nivel la violencia política ejercida por Vox con las salidas de tono de algunos diputados. Esta falta de distinción ha molestado a grupos como Unidas Podemos, ERC, PNV o EH Bildu, que ya en anteriores ocasiones habían expresado su malestar contra la Presidencia de la Cámara Baja por su permisividad.
Fuentes parlamentarias de estas formaciones insisten en que "no es lo mismo llamar ladrón o fascista a un ladrón o fascista", en alusión a los calificativos pronunciados desde la tribuna para referirse al emérito Juan Carlos I o al partido ultra de Santiago Abascal, respectivamente, que los discursos de odio y faltas de respeto protagonizadas por los parlamentarios de Vox, las cuales llenan de barro los debates y van más allá de lo político.
Al margen de la propuesta del presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, de reformar el código ético del Congreso para atajar estos comportamientos, tanto esta formación como el resto, a excepción de Vox, han coincidido en la junta de portavoces en que ya existen instrumentos suficientes en el reglamento para sancionar las faltas de respeto.
En este sentido, el grupo morado, ERC o el PNV, entre otros, han afeado que el reglamento "debe aplicarse de manera rigurosa", en clara alusión a la mesa del Congreso. Varios diputados recuerdan el claro ejemplo de desacato por parte del parlamentario de Vox José María Sánchez García. Hace unos meses, este llamó "bruja" a la diputada socialista Laura Berja, fue expulsado por ello, pero se negó a marcharse y tras un breve receso, el pleno continuó con el diputado sentado en su escaño.
Cabe destacar que después de ese suceso, coincidiendo con la "regañina" de Batet de este martes, el vicepresidente primero de la mesa del Congreso, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien ocupaba la Presidencia de la Cámara Baja ante la ausencia de su compañera de filas, hoy sí ha tomado medidas al retirar la palabra a una diputada de Vox por sus insultos desde la tribuna.
No obstante, hay un sentimiento generalizado entre los grupos en que desde la mesa no se puede pedir "voluntad" a los diputados porque Vox, precisamente, tiene como "estrategia política el provocar e insultar", tal como ha sostenido el portavoz del PNV, Aitor Esteban, a la salida de la junta de portavoces.
Otros, como Patxi López, aunque ha reconocido la "agresividad verbal y gestual" de la formación de extrema derecha y ha culpado al PP también de motivar el ambiente de crispación, ha dado la razón a Batet por llamar a la responsabilidad individual para que "nadie traspase los límites". "Veremos cómo se comporta cada uno", ha zanjado.
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