El PSOE había pedido tiempo para que la rebaja del IVA de algunos alimentos aprobada en diciembre (en el marco del decreto anticrisis) se viera reflejada en el precio final y pudiera tirar a la baja el precio de estos productos. El repunte de la inflación que se ha dado en febrero apunta a que este tiempo se ha agotado y la presión de su socio de Gobierno, Unidas Podemos, para tomar el camino de la intervención de los precios es más elevada que nunca.

En realidad los datos del IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística este martes parecen ser otro suspenso de una medida que no ha superado ninguna de las pruebas a las que la han sometido sus detractores, entre los que se encuentra el espacio confederal. El repunte de la inflación es de apenas dos décimas, pero rompe con la tendencia descendente que venía mostrando desde hace meses y se debe, en gran parte, al encarecimiento de la cesta de la compra de las familias.

La rebaja del IVA de algunos alimentos fue la propuesta que la parte socialista del Ejecutivo decidió poner en marcha a finales del pasado año, después de una negociación en la que Unidas Podemos pedía poner el foco en los beneficios empresariales que las grandes superficies estaban obteniendo como consecuencia de la inflación. Los de Sánchez apostaron a la teoría que defendía que la rebaja de impuestos a los supermercados acabaría repercutiendo en el precio final que paga el consumidor, pero esa teoría, de momento, no ha tenido éxito en la práctica.

El "de momento" no es casual; los socialistas llevan pidiendo tiempo desde que la medida se puso en marcha (entre críticas por parte de Unidas Podemos) y, de hecho, han pedido más tiempo tras conocer los datos de la inflación en febrero. Este mismo martes, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, recordaba que el Gobierno había destinado 45.000 millones para paliar la pérdida de poder adquisitivo de las familias y para solventar los problemas del denominado sector primario e insistía en que se habían desplegado medidas "que aún hay que valorar con el tiempo".

La pasada semana, el ministro de Agricultura, Luis Planas, se reunió con las grandes distribuidoras y mandó un mensaje en el que también se apuntaba al tiempo como factor determinante para constatar una rebaja de los precios de los alimentos tras asegurar que existían síntomas de que la inflación había alcanzado su techo en los procesos internos del sector, lo que se conoce como cadena alimentaria, y que, por lo tanto, las grandes superficies ya están afrontando costes menores en la producción y transporte de los alimentos.

Por esto, el titular de Alimentación pidió a estas empresas que hicieran un "esfuerzo" por trasladar cuanto antes esos menores "costes de origen" al precio final que paga el consumidor. En ese momento en Unidas Podemos asumieron la posibilidad de que los datos del IPC de febrero (que se conocerían la siguiente semana) pudieran recoger una ligera mejoría en este sentido, pero insistieron en que la situación de muchas familias era muy urgente. Una vez transcurrido el tiempo, los datos no arrojan nada positivo. 

Tres medidas de UP ante el "fracaso" de la rebaja del IVA

Esta situación ha provocado la respuesta del socio minoritario del Gobierno, que ha elevado la presión sobre el PSOE, ahora con una nueva cifra de IPC en la mano, la del tiempo de descuento que los socialistas habían pedido tras las críticas de UP. Para el espacio confederal, el repunte de la inflación constata el "fracaso" de la bajada del IVA y carga de razones la posibilidad de explorar las diferentes fórmulas que apuestan por la intervención de los precios.

En concreto, desde Unidas Podemos han puesto tres medidas sobre la mesa: la limitación de los precios para devolverlos a niveles de febrero de 2022, antes de que Rusia invadiera Ucrania y provocase una guerra en el territorio; la limitación de los precios a través de la Ley de Comercio Minorista, que permite fijar los precios o los márgenes de comercialización de determinados productos en algunas circunstancias (como en el caso de los productos de primera necesidad); y la bonificación del 14% de la cesta de la compra de las familias, como sucedió durante buena parte del pasado año con los carburantes en las gasolineras.

Este martes, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, lanzó un mensaje tras conocer la cifra de la inflación de febrero: "La inflación persiste por la subida del precio de la electricidad y sobre todo de los alimentos. Las subidas de tipos están generando dolor. Lo que hay que hacer ya es actuar sobre los márgenes empresariales. Las familias no tienen más tiempo que perder", escribió en su cuenta de Twitter.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, trasladó de manera formal al PSOE su preocupación por los datos y les advirtió de que si no se toman medidas adicionales a la rebaja del IVA será imposible devolver el IPC a la tendencia descendiente que había mostrado en los meses anteriores. 

"La intervención en el mercado con medidas como el tope al gas o la limitación de la revalorización de los alquileres, que inicialmente tampoco obtuvieron respuesta por parte del PSOE, han sido determinantes para que España sea uno de los países con menor inflación de la UE. Esperamos que los socialistas reconsideren su posición y se avengan a adoptar cuanto antes medidas para aliviar la situación de los hogares", trasladaron este martes desde el Ministerio de Derechos Sociales.

En la parte socialista del Gobierno continúan apostando por que la rebaja del IVA de algunos alimentos termine aliviando el coste que asume el consumidor final y su previsión es que a partir de ahora los precios bajen. El repunte de la inflación en febrero y la ruptura de su tendencia a la baja, sin embargo, agotan algo más de ese "tiempo" que se pide desde diciembre.