Opinión
Vacío y borrado. La universidad ante el genocidio
Por Varios Firmantes
Safaa Elidrissi – Colectivo Ciencia y Derechos Humanos de la Universitat de València (CiDeMUV)
Tamer Hamdan – Voces por Palestina (Valencia)
Guillermo Muñoz Matutano – Red Universitaria por Palestina (RUxP) - Universitat de València
“La violencia indescriptible en Gaza hoy no solo es el resultado de la máquina de guerra israelí respaldada por Occidente. También proviene de décadas en las que nuestras universidades y gobiernos han silenciado y criminalizado cualquier debate o la discusión que se atreve a humanizar al pueblo palestino. Como académicos, debemos hablar, escribir y pensar Palestina. Si no es ahora, ¿cuándo?”
(Pr. Susan Ferguson, Universidad Wilfred Laurier)
“Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”: La falacia del sionismo temprano
La frase “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” flota en las declaraciones del inicio del sionismo. Ampliamente adoptada en los círculos del movimiento desde su origen al final del siglo XIX, sobre todo británicos y estadounidenses, pretendía justificar la migración judía hacia Palestina, apoyada por intelectuales y activistas cristianos sionistas.
El sionismo defendió el establecimiento de un estado judío en Palestina como un destino, un derecho, ignorando convenientemente a la Palestina histórica. Se describía a Palestina como una tierra vacía, una especie de no man's land esperando ser cultivada y civilizada, omitiendo cómodamente que esa tierra sin pueblo en realidad daba nombre a sus residentes: las comunidades árabes palestinas que llevaban siglos establecidas allí, en sus poblaciones y ciudades. Con dicha declaración, el sionismo pretendía borrar a la población nativa, a su cultura, su historia y su propia existencia.
Hoy, la frase sigue resonando como símbolo de una ideología con una visión selectiva y xenófoba de la realidad. Una ideología supremacista que desde 1948, y de forma acelerada desde el 7 de octubre de 2023, produce vacío y borrado en forma de genocidio al pueblo palestino, obedeciendo el mandato implícito de la falacia del sionismo temprano.
Ciencia, vacío y genocidio
Desde el pensamiento científico el concepto de vacío se ha analizado intensamente. La noción de horror vacui (miedo al vacío), atribuida a Aristóteles, sostiene que el espacio estaría ocupado por materia. Cuando surge un vacío, un desplazamiento de esa materia, las fuerzas naturales actúan para llenarlo rápidamente.
La idea de horror vacui fue desestimada durante los siglos de la revolución científica. En el documento Experimenta nova, ut vocatur Magdeburgica, de vacuo spatio publicado en 1672, Otto von Guericke reportó los famosos experimentos donde el físico y jurista alemán, inventor de la bomba de vacío, comprobó que el vacío era posible.
Bajo una perspectiva clásica, el vacío se podía definir como un espacio completamente desprovisto de materia. Una región del espacio donde no hay nada. La ciencia actual describe el vacío de forma muy diferente. En esa aparente “nada” surgen fluctuaciones de energía, una danza efímera de partículas y antipartículas virtuales que aparecen y desaparecen durante intervalos temporales muy cortos. El vacío que estudia la física actual es mucho más que “nada”.
La actividad de la ciencia y la investigación se apoya sobre un sustrato material que proporciona las condiciones básicas para llevarse a cabo. El conocimiento y la creatividad no surgen desde el vacío, sino que, como relata Teresa Samper al describir los análisis de la etnoarqueóloga Almudena Hernando “en el relato sobre las grandes aportaciones científicas, no se ha materializado una realidad de la producción del conocimiento que depende de un trabajo colectivo y relacional”.
Las instituciones de investigación, como las universidades públicas, deben proporcionar este sustrato que impulsa el pensamiento, la educación y la investigación. En Palestina, la base material y relacional que nutre a la educación y el conocimiento está siendo vaciada por las acciones genocidas de Israel y la complicidad de todo Occidente.
El profesorado y el estudiantado en Palestina trata de ejercer su derecho a la educación, mientras sobrevive al genocidio. Más de 625.000 estudiantes, de los cuales 90.000 son universitarios, se han visto afectados por el cierre de escuelas y los ataques a centros educativos. Decenas de miles de estudiantes y centenares de docentes han sido asesinados. Atef Abu Saif, exministro de Cultura palestino, señala que “para los asesinos, [los palestinos] no somos seres humanos. No existen nuestras memorias e historias”. Mediante el vacío genocida se pretende borrar de la memoria colectiva cualquier atisbo de la humanidad y la cultura del pueblo palestino.
Sin embargo, el vacío del genocidio sobre Palestina no consigue esa inexistente nada, porque Palestina nunca ha estado vacía. Palestina es un rico tapiz de culturas, comunidades y religiones, donde cada hilo ha tejido una historia única e indeleble. Ha sido hogar de diversas culturas a lo largo de los siglos, desde los antiguos cananeos y filisteos hasta los imperios otomano y británico, dejando un legado cultural inigualable. Esta mezcla única de influencias históricas y religiosas se manifiesta en la gastronomía rica en sabores mediterráneos, en las melodías ancestrales, muchas cantando su lucha por su libertad como la famosa "Ya Tale’een el Jabal" (Oh, los que están subiendo a la montaña) y en su artesanía, donde destacan los bordados y la cerámica.
La creación del vacío
El genocidio al pueblo palestino persigue el borrado total de su cultura, de su pasado y de su posibilidad de futuro. El historiador israelí Ilan Pappé explica en su libro, La limpieza étnica de Palestina, que “el plan era claro y simple: limpiar el país de sus habitantes palestinos. Esta limpieza étnica era vista como una necesidad histórica, un prerrequisito para el establecimiento del Estado judío, y se consideró el método más eficaz para crear una mayoría judía.”
El pasado 28 de octubre, Francesca Albanese, Relatora Especial de NNUU sobre la situación de los Derechos Humanos en el Territorio palestino ocupado desde 1967, presentó a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas su nuevo informe El genocidio como borrado colonial (A/79/384). En el informe se puede leer: "la violencia que Israel ha desatado contra los palestinos tras el 7 de octubre no se produce en un vacío, sino que forma parte de un proceso a largo plazo, intencionado, sistemático y organizado”.
La acción de borrar a la población palestina, de crear estos vacíos perpetrados por el Estado sionista, se asocia con un dispositivo activador de limpieza étnica. Un succionador de vida, como bombas de vacío, que a su vez socaba el marco legal internacional que posibilita la convivencia entre los pueblos.
Estas bombas de vacío también las podemos entender como dispositivos administrativos que blanquean la colaboración institucional con las universidades e institutos de investigación de Israel. Todas sus instituciones colaboran con la ocupación ilegal de los Territorios Palestinos Ocupados, como demuestra el libro de Maya Wind, Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom. Cualquier posible colaboración de este tipo ha sido denunciada y prohibida por la propia Corte Internacional de Justicia (CIJ) en su Opinión Consultiva del pasado 19 de julio.
La Comisión Europea continúa negándose a romper el acuerdo de asociación EU-Israel por violación de su artículo 2, cuya validez queda condicionada al «respeto de los derechos humanos y de los principios democráticos», «un elemento esencial» del acuerdo. Según declaraciones de Albanese, la Relatora de NNUU, “la UE corre el riesgo de ser considerada responsable de ayudar y asistir a un régimen de apartheid y sus crímenes atroces”.
En la resistencia. La universidad ante el genocidio
En respuesta al histórico pronunciamiento de la CIJ del pasado julio, diversas iniciativas universitarias y académicas han incluido acciones tanto de solidaridad con el pueblo palestino, así como de exigencia en la obligación de romper relaciones con todas las instituciones israelíes que violan la legalidad vigente.
El grupo de investigación sobre Ley y Desarrollo de la Universidad de Amberes ha redactado el informe “Incumplimiento de obligaciones derivadas de las normas imperativas de Derecho internacional: consecuencias para la cooperación institucional con las universidades de Israel”. El documento detalla las obligaciones legales de la comunidad internacional y las instituciones, como las universidades, para condenar la ocupación ilegal de Palestina y el apartheid.
Desde la Universidad de Nottingham, la Acampada de Nottingham para la Liberación de Palestina ha elaborado el informe “En la Ocupación Ilegal y el Genocidio al pueblo palestino”. En el informe se repasa la complicidad y el apoyo de la universidad con la ocupación ilegal de Israel.
Francesca Albanese señala que la misión de las universidades ha de ser coherente con la salvaguardia de los Derechos Humanos: “Cuando la intención genocida es tan evidente... como lo es en Gaza, no podemos apartar la mirada. Debemos hacer frente al genocidio, debemos prevenirlo y debemos castigarlo". Las universidades españolas, como administraciones estatales, tienen obligaciones legales ante la violación del derecho internacional en los Territorios Palestinos Ocupados. La ciencia, la tecnología y la investigación universitaria no pueden ser cómplices con el vacío genocida.
La campaña “Derecho a la educación” impulsada por la Universidad de Birzeit ha organizado la Semana de Acción por el Derecho a la Educación: (Unidos contra el Escolasticidio), entre el 23 y 30 de noviembre. Con ella se hace un llamamiento a la lucha contra el escolasticidio en Gaza, exigiendo que el sector universitario y académico rompa todas las relaciones y colaboraciones con las universidades israelíes.
La Red Universitaria por Palestina (RUxP) (https://www.redxpalestina.org/), colectivo que reúne 46 nodos en representación del personal de las universidades públicas en todo el país, ha incluido dentro de esta campaña la primera edición de las Jornadas de la RUxP: La Universidad ante el Genocidio. La red ha convocado a la comunidad universitaria del Estado español para analizar la respuesta coordinada a la violación de la legalidad internacional y el socavamiento de los derechos humanos en Palestina.
En estos momentos el pueblo palestino enfrenta una lucha existencial, que dignifica los valores de la justicia universal. Solo mediante un apoyo solidario completo y un compromiso genuino a su causa surgirá nuestra propia conciencia, o deberemos resignarnos a la indiferencia para ser solo vacío.
Esta mañana aprendí
que la palabra inglesa gauze
(tela médica finamente tejida)
proviene de la palabra árabe […] Ghazza,
porque los habitantes de Gaza han sido tejedores expertos por siglos.
Entonces me pregunté
cuántas de nuestras heridas
han sido cubiertas
gracias a ellos
y cuántas de las suyas
han quedado abiertas
por nosotros.
—Em Berry
Nota:
Este texto forma parte de una serie de artículos que pretenden hacer visibles las exposiciones, las ideas y los debates que se organizaron para una actividad LASER talk sobre el vacío, que finalmente fue censurada por parte del equipo de gobierno de la Universidad Politécnica de Valencia.
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