Opinión
Traiciones que no cambiarán la historia
Por Carlos Sánchez Mato
Concejal del Ayuntamiento de Madrid por Ahora Madrid (2015-2019). Profesor de Economía Aplicada Universidad Complutense de Madrid
Actualizado a
En un esperpéntico pleno, Almeida ha conseguido sacar adelante sus segundos presupuestos para la ciudad de Madrid. La verdad es que es un tío con suerte…
En 2021 hizo falta un error de Más Madrid a la hora de sustituir a Inés Sabanés que fue aprovechado para salvar las cuentas de 2021 sin necesidad de que Vox los apoyase de forma directa. Este año han necesitado subir el listón. Han tenido que recurrir a cuatro tránsfugas que se presentaron en las listas de Manuela Carmena y que han ejercido el papel de salvavidas de la derecha.
Les tengo que reconocer que, ni lo ocurrido es novedoso y tampoco es ninguna sorpresa.
Mercadear con votos para sacar adelante votaciones importantes es algo a lo que nos tienen acostumbrados quienes han crecido (políticamente) a la sombra de Esperanza Aguirre. No es muy diferente lo ocurrido tristemente con Tamayo y Sáez de lo que ha pasado con Higueras, Calvo, Cueto y Llamas. Almeida simplemente es buen alumno y ha hecho lo mismo que sus mayores. Y además lo ha hecho a cambio de muy poquito porque las partidas sobre las que han influido en los presupuestos para 2022 no superarán el 0,5% del monto global del mismo. De lo que haya cambiado de manos por debajo de la mesa tardaremos tiempo en enterarnos, pero lo terminaremos sabiendo.
Habréis escuchado que el Ayuntamiento de Madrid contará en 2022 con un presupuesto que crecerá un 6,5% con respecto a los que dispuso para el 2021. Y también habréis oído a Almeida y a Villacís que son las cuentas que permitirán “consolidar la recuperación económica y social de la capital, dejando atrás los efectos más duros del Covid-19 y Filomena".
Ojalá…
Nada me gustaría más que hablar bien de ellas, pero este año no va a poder ser. Porque detrás de la propaganda, están los números y no invitan en absoluto al optimismo con que la derecha los acompaña. Y es que sin tener en cuenta las partidas destinadas al servicio de la deuda (intereses y amortizaciones) y comparando con el presupuesto finalmente disponible para 2021 con la incorporación de los remanentes disponibles de años anteriores, en 2022 la ciudad de Madrid tendrá 23 millones de euros menos para dedicar a sus gentes, un 0,4% de reducción.
Y no podemos esperar que en 2022 se nutran las cuentas públicas de superávit porque eso es cosa del pasado. Según las estimaciones de la AIREF, el superávit del consistorio ya pasó de 549 millones en 2019 a 87 millones en 2020. En 2021, se estima que será de 127 millones como mucho como resultado de la inejecución. Por ese lado no se va a arreglar la cosa.
El presupuesto para 2022 muestra un crecimiento del 8,8% de los fondos destinados a los distritos. Desgraciadamente no es real. La verdad es que el presupuesto para los distritos prácticamente se congela en 2022 ya que 836 millones fueron los recursos de los que dispusieron en 2021 tras la incorporación de los remanentes sobrantes de ejercicios anteriores y 838 millones tendrán el próximo año por lo que el incremento se queda en un magro 0,2%.
Cierto es que las rebajas regresivas del IBI tendrán que esperar a la próxima reconciliación de las tres derechas. Pero, ¿alguien duda de que, después de usar a los tránsfugas de Carmena, PP y Ciudadanos no realizarán reducciones de tributos que benefician veinte veces más a la vecindad de barrios como El Plantío que a quienes viven en San Cristóbal?
Almeida y Villacís presumen de haber reducido los impuestos en Madrid desde que gobiernan porque ya habrás escuchado que “el dinero dónde mejor está es en tu bolsillo” ¿Sabes cómo lo financian? Fácil. Ya han formalizado nuevos préstamos por valor de 691 millones desde 2019. Deuda que pagaremos tú y yo. A esto le llamo yo trilerismo fiscal. Se acabaron los tiempos en los que no firmábamos préstamos y acometíamos las políticas públicas necesarias con recursos propios. Fue solo un paréntesis en la dinámica en la que disfruta la derecha, la de rebajas fiscales que benefician sobre todo a quienes más tienen pagadas con deuda que hace gozar a las entidades bancarias. El combo perfecto para ellos y la limosna para ti. En definitiva, hacen rebajas fiscales regresivas financiadas con deuda pública que pagaremos todas y todos, se embarcan en proyectos de inversión que polarizan en vez de equilibrar la ciudad y pierden una nueva oportunidad de oro para actuar de manera decidida para erradicar las diferencias con los barrios del sur y el este de Madrid.
Este es el modelo ante al que han doblado la cerviz los tránsfugas.
Y es que por mucho que quieran maquillarlos, estos presupuestos se prepararon para satisfacer a la ultraderecha y los guiños menores incluidos a última hora no cambian una realidad dolorosa. En Madrid las partidas destinadas a igualdad entre hombres y mujeres se reducirán casi un 10% y se deja fuera de las subvenciones nominativas a la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) y a otros históricos colectivos que luchan por los derechos LGTBI. También brilla por su ausencia la enmienda presupuestaria que “subvencione” el IBI a los valores catastrales inferiores a 300.000 euros, sencillamente porque tal y como la vendieron, es ilegal.
Cierto es que podría cualquiera pensar que para qué quieren más presupuesto si el que han aprobado para 2021 no son capaces de utilizarlo. Almeida anda en sus cosas de portavoz del PP y a lo de Madrid no le dedica tiempo. De los 944 millones presupuestados para inversiones, solamente se han ejecutado el 40% a finales del mes de octubre. Específicamente de los 681 millones en capítulo 6, únicamente han realizado el 37%. Si alguien tiene la tentación de comparar estos desastrosos niveles, peores que el promedio alcanzado en el pasado mandato, que incorpore a la ecuación las limitaciones impuestas por Montoro entre 2015 y 2018 y las paralizaciones judiciales de las inversiones realizadas a instancias del PP y Ciudadanos en esa etapa. Ahora que se han suspendido las reglas fiscales y que no hay traba alguna, sus resultados a la hora de ejecutar las inversiones son inferiores y el silencio mediático ante ello, ominoso.
Todo eso da igual. Porque de lo que se trataba era de fortalecer a Almeida como el “nuevo Gallardón” frente a la “perfida Aguirre” representada ahora por Díaz Ayuso. Y los “carmenistas” han ejecutado su papel de comparsas causando un daño enorme a la esperanza de las familias trabajadoras de la ciudad de Madrid.
Pero tampoco podemos decir que sea una sorpresa.
Con motivo de la ayuda que ya le dieron los “carmenistas” a Almeida para aprobar la Ordenanza de Movilidad, compartía en redes sociales ese conocido adagio. Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, probablemente sea un pato. Hay quien siempre encuentra una buena excusa para votar con el PP. Cuando no es la Operación Chamartín y el negocio inmobiliario de las élites, es la movilidad en Madrid. No cuela… Es un pato.
Porque quienes asumieron el programa económico de recortes de Montoro, pergeñaron un pelotazo al gusto del BBVA y de las grandes constructoras del país. A nadie se le escapa que el matrimonio de interés entre el denominado “carmenismo” y la derecha de esta ciudad tuvo su máximo exponente en el urbanismo desarrollado en el mandato anterior. Quienes ahora se arrodillan ante PP y Ciudadanos impulsaron la Operación Chamartín y olvidaron el rubricado Pacto contra la especulación y por el derecho a la ciudad con el que concurrimos a las elecciones en 2015. Para muchas de nosotras, el programa electoral era “ley” y de obligado cumplimiento. Para quienes hoy presumen de pragmatismo y salvan a Almeida, se trataba solo de “sugerencias”.
De aquellos polvos, estos lodos.
Pero esta traición pasará y no cambiará la historia. Quienes han actuado así no son nadie y no representan a nadie más que a ellos.
El cabreo y la melancolía no soluciona nada así que, a currar.
Soy un firme convencido de que la acción colectiva de la gente de bien, de la vecindad organizada, de la militancia y de los partidos políticos de la izquierda transformadora, va a estar a la altura para cambiar las cosas. Y eso no se improvisa en los meses previos a las elecciones. Es hora de trabajar juntas y juntos por Madrid y por sus gentes, por las personas más vulnerables que tienen derecho a la esperanza. Toca arrancar justicia social y servicios públicos de calidad para nuestra ciudad.
Y ahí no sobra nadie, salvo “los patos” …
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