Opinión
Ciudades de proximidad
Por Mar Toharia Terán
Geógrafa. Especializada en Cambio Global y Cultura Ecológica
Las ciudades apenas ocupan el 3 % de la superficie terrestre, pero acogen a más de la mitad de la población del planeta. Suponen entre el 60 % y el 80 % del consumo energético y son causantes hasta del 75 % de las emisiones de carbono. Son a la vez víctimas y responsables del cambio climático. “Es por ello vital hacer un replanteamiento radical en la forma en que planificamos, administramos y vivimos en las ciudades”, dice la ONU.
Efectivamente, la planificación y el diseño urbanos son claves, y ya existen iniciativas en marcha que buscan responder a este desafío (ejemplo de ello pueden ser las supermanzanas; la red ciudades que caminan; el arbolado, los espacios verdes o huerto urbanos; o las propuestas de peatonalización). Y este año se ha sumado la Semana de la Proximidad, una iniciativa que el Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social ha impulsado para reflexionar sobre la importancia de lo local y fortalecer las iniciativas que trabajan por ciudades más próximas, sostenibles y justas.
Foro NESI es una organización sin ánimo de lucro y, junto con sus colaboradores, aboga por la creación de espacios de convivencia más cercanos, diversos y conectados, que fomenten una relación más armónica entre las personas y la naturaleza. Así, apuestan por la proximidad como estrategia de diseño y transformación de barrios, pueblos y ciudades, para que las personas puedan disfrutar en cercanía de todos los servicios necesarios para una buena calidad de vida. Esto supone el diseño de circuitos cortos que imiten a la naturaleza en la gestión de recursos clave como el agua, la energía, la alimentación o los residuos, en una economía descarbonizada, circular y regenerativa. Y en la búsqueda de un equilibrio territorial que permita tanto facilitar las relaciones humanas como la interrelación armónica con la naturaleza.
Para ello, una de sus estrategias es la Semana de la Proximidad que este pasado año, en las ciudades de Madrid y Málaga, ha hecho visibles diversas iniciativas -que van desde itinerarios urbanos, degustación de productos locales, supermercados cooperativos, hasta talleres o tertulias de barrio-, y se han agrupado en torno a 4 ejes:
La regeneración urbana: plazas, calles y edificios convertidos en lugares de encuentro donde reforzar los lazos sociales del vecindario, y renaturalizar las ciudades (con la mitigación y adaptación al cambio climático, la protección de la biodiversidad urbana, y de cuidado de la salud física y mental de los habitantes en el horizonte).
La alimentación sostenible: basada en el apoyo a productores locales para contribuir a mitigar el cambio climático y a crear un sistema más resiliente frente a posibles crisis.
La vida de barrio: que fomenta el intercambio de conocimientos y recursos, creando no solo iniciativas de economía colaborativa, sino comunidades más felices, cohesionadas y resilientes, donde las personas más vulnerables no se quedan atrás.
La economía local: como apuesta por la cercanía, con el potencial de generar beneficios económicos a nivel local, además del aprovechamiento y revalorización de los recursos de la zona, y una economía circular y descarbonizada.
Además, como expresó en la inauguración de la Semana de la Proximidad Diego Isabel La Moneda, director y cofundador de Foro NESI, “sentir tu barrio como tu casa puede fomentar que la ciudadanía tome un rol más activo en la gobernanza local para co-crear el barrio en el que vive”. El Foro NESI ya cuenta con experiencia previa en el tema de la proximidad urbana, y en 2022 colaboró en la creación de una Guía Hacia Ciudades de 15 minutos Territorios de 45 minutos. A pesar de no tratarse de un concepto nuevo para el urbanismo, la contestada Ciudad de 15 minutos ha cobrado un nuevo protagonismo en la planificación urbana. Modelos que van desde la Ciudad Jardín de Howard, la Unidad Vecinal de Perry, hasta la ciudad de las distancias cortas en Alemania, o la ciudad viva de Jane Jacobs, por ejemplo, ya se basaban en la proximidad. Pero recientemente, de la mano de Carlos Moreno ha sido adoptada por la ciudad de París, y la propuesta ha ganado en popularidad. Este modelo se basa en favorecer el acceso a lo necesario para una buena calidad de vida en distancias cortas (15 minutos aproximadamente) a toda la población, y a través de seis funciones sociales urbanas que se consideran esenciales: vivir, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, y descansar.
En nuestro país, a pesar de que uno de los objetivos estratégicos de la Agenda Urbana Española propone, expresamente, “la búsqueda de modelos territoriales y urbanos que favorezcan la proximidad y la movilidad sostenible”, el reto es enorme. E inscribir nuestros modos de vida de manera armónica en el ecosistema que habitamos, recordando que somos seres tanto interdependientes como ecodependientes, sin duda requerirá de innovación, creatividad y voluntad colectiva. Así como de un urbanismo orientado hacia la planificación de la vida urbana con diseños donde las personas y el planeta se sitúen en el centro. Decía Henri Lefebvre que en la ciudad la sociedad se inscribe de forma profunda, de modo que, si nuestros entornos urbanos son nuestro retrato, cabe preguntarse ¿qué queremos que reflejen nuestras ciudades en el futuro?, ¿qué queremos priorizar en nuestros paisajes?
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