Opinión
La caída de Siria y sus repercusiones en el tablero geopolítico
Por Manu Pineda
Secretario de Solidaridad Internacional de Izquierda Unida y responsable de Relaciones Internacionales del PCE
-Actualizado a
La trágica caída de Siria, sumida bajo el control de fuerzas terroristas, nos obliga a reflexionar sobre lecciones olvidadas. La frase de Albert Camus sobre la Guerra Civil Española, que señala que “se puede perder teniendo razón”, resuena con fuerza en el conflicto sirio, donde intereses geopolíticos y sectarios han prevalecido sobre la justicia y los derechos humanos.
El colapso del Estado sirio, la ocupación israelí de territorios estratégicos y la instrumentalización de grupos como las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) por parte de Estados Unidos configuran un panorama desolador, no solo para Siria, sino para todo el Oriente Medio. La situación no solo afecta a la Resistencia Palestina y al eje de resistencia regional, sino que plantea preguntas sobre el futuro de la región.
La fuerza bruta y la fragmentación de Siria
Siria, un país clave en la resistencia contra el imperialismo y el sionismo, ha sido víctima de una intervención multifacética que ha desmantelado su estructura política, social y económica. El apoyo a grupos terroristas wahabíes y el cruel bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, sumados a los bombardeos de Israel y la intervención de Turquía, han destruido la vida de los sirios.
El triunfo de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), considerada una organización terrorista por la ONU y Estados Unidos, es un ejemplo de cómo la fuerza bruta puede superar a la justicia. La fragmentación de Siria no solo representa una derrota para su pueblo, sino un golpe a los principios de soberanía y resistencia. Tal y como dijo Albert Camus: "Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma y que, a veces, el coraje no tiene recompensa". Sus palabras adquieren relevancia aquí, al evidenciar que la justicia no siempre tiene las herramientas para vencer la violencia respaldada por intereses internacionales.
Repercusiones en la Resistencia Palestina y el eje de resistencia
La caída de Siria afecta gravemente a la Resistencia Palestina y al eje de resistencia regional, compuesto por actores comprometidos con la lucha contra la hegemonía imperialista. Siria ha sido un aliado crucial de los movimientos palestinos, ofreciendo apoyo logístico y político en su lucha contra la ocupación israelí.
El colapso del país compromete las rutas de suministro a Gaza y Cisjordania, mientras que la fragmentación territorial dificulta la coordinación de acciones conjuntas. Además, la narrativa sectaria promovida por los grupos terroristas wahabíes erosiona la cohesión ideológica del eje de resistencia, que históricamente se ha basado en una visión inclusiva y anticolonialista.
La pérdida de Siria como aliado debilita la Resistencia Palestina, dejándola más aislada en un entorno regional hostil, donde muchos gobiernos árabes priorizan sus intereses nacionales o se alinean tácitamente con Israel. En este sentido, uno de los mayores beneficiarios de la caída de Siria ha sido Israel.
La ocupación israelí y la connivencia con Hayat Tahrir al-Sham
La ocupación israelí de los Altos del Golán y la connivencia con Hayat Tahrir al-Sham (HTS) es una de las dinámicas más preocupantes en Siria. Desde 1967, Israel mantiene la ocupación de los Altos del Golán, un territorio sirio de gran valor estratégico. A pesar de las resoluciones de la ONU que exigen su retirada, Israel sigue controlando la zona bajo la justificación de la seguridad.
Lo alarmante es la relación entre Israel y HTS, un grupo yihadista que surgió de las semillas del DAESH y Al-Qaeda y que ha recibido apoyo logístico y médico de Israel, particularmente en la región del Golán. Este apoyo ha respondido a intereses estratégicos de Israel para debilitar al gobierno sirio y frenar la influencia de Irán en la región.
La cooperación de Israel con grupos terroristas wahabíes, como HTS, es una violación del Derecho Internacional y refleja las verdaderas intenciones de Tel Aviv en la región. La ocupación de los Altos del Golán y su ampliación al lado sirio del Monte Hermón sin que las bandas de HTS le hayan puesto ningún obstáculo.
La unidad territorial de Siria y los riesgos de un Estado fallido
Es crucial que se preserve la unidad territorial de Siria y se evite un reparto de facto de sus territorios entre actores como Turquía, Israel, comunidades kurdas aliadas de Estados Unidos y el integrismo suní respaldado por las monarquías del Golfo. La historia de Libia, tras su "liberación" en 2011, muestra que la fragmentación de un Estado puede convertirlo en un Estado fallido, desestabilizando toda la región.
Si Siria se fragmenta, se abriría la puerta a un conflicto aún más peligroso, con consecuencias globales. El interés imperialista de actores como Turquía y las monarquías feudales del Golfo, sumado a la intervención de otras potencias extranjeras, está contribuyendo a la desestabilización del país, lo que no solo afecta a Siria, sino a la paz y la seguridad mundial.
La responsabilidad internacional en la protección de los derechos humanos en Siria
La situación en Siria sigue siendo un escenario de tragedia y violaciones graves de derechos humanos. Los actores que han apoyado a las bandas terroristas triunfantes en la región tienen la obligación moral y legal de garantizar el respeto a los derechos humanos de toda la población siria, sin importar su religión o etnia.
Las comunidades no wahabíes, como los alauíes, cristianos y chiíes, han sido blanco de ataques brutales por parte de extremistas islámicos. Los pogromos, linchamientos y limpieza étnica son una evidencia de la impunidad con la que se llevan a cabo estas atrocidades. Los actores que han financiado y apoyado a estos grupos tienen la responsabilidad de poner fin a estos crímenes.
La comunidad internacional debe exigir que los responsables de estos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos sean llevados ante la justicia internacional. La impunidad debe ser detenida de inmediato, y los responsables deben rendir cuentas.
Conclusión: La lucha por la soberanía y la justicia en Siria
Siria sigue siendo víctima de la guerra geopolítica y de las intervenciones extranjeras que buscan dividirla y destruir su unidad. El pueblo sirio sigue luchando por su soberanía, independientemente de las fuerzas que intentan imponer agendas destructivas en la región. La comunidad internacional debe ser firme en su condena de la ocupación israelí y la colaboración con grupos terroristas como HTS.
La lucha por la justicia y los derechos humanos en Siria no es solo una cuestión interna, sino una causa universal. Todos los pueblos del mundo deben estar al lado de aquellos que luchan por su libertad y dignidad, y quienes han apoyado la violencia deben ser llamados a rendir cuentas por sus actos. La paz y la justicia en Siria dependen de que se haga frente a la impunidad y se protejan los derechos fundamentales de cada ser humano.
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