Opinión
El cáncer ya es la primera causa de muerte infantil en España, duplicándose del 16% al 32% desde 1980
Por Yuri
Actualizado a
...o de cómo engañar cual bellaco diciendo rigurosamente la verdad. Imagina si además se manipula o "colorea" un poquitín.
LA PIZARRA DE YURI.- Lo que sí demuestran estos años es que urge cultura general, urge formación científica básica y urge pensamiento crítico a chorros, pero ya. Y eso no se consigue (sólo) con leyes educativas: eso tiene que estar imbricado en el conjunto de la sociedad o la débil línea que nos separa de las tinieblas seguirá siendo cada vez más borrosa.
Si te fijas en la URL de este post (que este software crea automáticamente usando el título inicial que le pones) iba a llamarse, honradamente, "La urgencia del método científico, la divulgación y el pensamiento crítico." Un nombre méh, la verdad, que quizá atrajera a quienes ya estamos previamente interesados en estas cuestiones y posiblemente no generara mucho debate. Entonces me salió de la cabeza un Yuri más cabrón que se dijo: "¿Qué tal si aprovecho para hacer un pequeño experimento?"
Y bien... en este "El cáncer ya es la primera causa de muerte infantil en España, duplicándose del 16% al 32% desde 1980" se quedó, con mis disculpas a quien haya podido inquietar.
Por cierto, recuerda que el martes comenzamos con...
...no te lo vayas a perder o algo. ;-)
OK. Lo primero de todo: defiendo que este nuevo titular sobre el cáncer infantil es rigurosamente cierto. Y además con datos de la máxima calidad: de toda la chiquillería entre 1 y 14 años que murió en España allá por 1980, al 16,1% se los llevó el cáncer. En 2021, o sea con los datos públicos más recientes disponibles, esa cifra ha pasado al 32,2%, el doble exacto. Eso es así y no cabe discusión alguna.
También afirmo que esto es asquerosamente engañoso y transmite una idea falsa por completo. Porque estaría dispuesto a apostar sobre la idea que te ha transmitido al instante (a menos que tengas ya por costumbre tomarte todo lo que lees, oyes y ves con mi mismo escepticismo): los cánceres de la vida moderna comiéndose a nuestras criaturas por las patas arriba igual que hacen con sus mayores o cosa parecida, ¿a que sí? La contaminación, los teléfonos móviles, las cosas que le echan a una alimentación cada vez menos natural y eco (no me atrevo a llamarla "ecológica" por honestidad intelectual), las vacunas, el plan ese de las élites malthusianas para reducir la superpoblación que funciona tan mal (acabamos de superar los 8.000 millones, el doble que en 1975, con la esperanza de vida más alta de todos los tiempos hasta en lo más profundo del Tercer Mundo), el...
Pues no.
En realidad, todas las cifras de mortalidad infantil en España se han desplomado masivamente en este periodo hasta convertirnos en uno de los mejores países del mundo para ser peque. Competimos directamente con los nórdicos más avanzados: mejor que Alemania, Francia o el Reino Unido; mucho mejor que Cuba o Rusia; y ni te cuento comparados con la catastrófica tragedia estadounidense. Desde 2020 ya mueren en toda España menos de 600 personitas de esas edades, o sea menos del 10 por 100.000 de su cohorte demográfica, o sea poco más que las desgracias terribles pero inevitables que se dan en todo tiempo y lugar. De esas menos de 600 personitas en 2021 (574 para ser preciso), el cáncer nos arrebató a 185... lo que ciertamente supone el 32,2% y duplica justo, justo al 16,1% de 1980.
Es decir: mi titular es verdadero pero lo que implica y evoca es falso. La imagen mental que genera es una mentira odiosa.
¿Dónde está la trampa?
La trampa está en que la juventud más joven de 1980 caía(mos) por miles debido a múltiples razones: 3.832 en ese año, o sea por encima del 40 por 100.000 de nuestra cohorte. Es decir, cuatro veces y pico más que ahora. Entre tanta muerte, "sólo" 616 perecieron de cáncer, lo que verdaderamente supone "apenas" el 16,1%, pero en realidad (como vemos) fueron más del triple (OK, "sólo" más del doble compensado también a aquella cohorte poblacional en tiempos inmediatamente posteriores al baby boom.)
Por aquellas eras lo que nos mataba a saco eran los accidentes, sobre todo los de tráfico, subidos a aquellas ridículas cafeteras circulando por carreteras cabreras sin muchas más medidas de seguridad que el mítico "¡agárrate, que viene curva!"; y en general, en todas aquellas peligrosísimas casas, calles, parques, piscinas, ciudades y pueblos de país en vías de desarrollo que ahora insensatos con memoria de pez se toman a cachondeo (1.213 muertes en el mismo grupo de 1-14 de 1980, el 32% del total, sin mencionar las abundantes amputaciones, parálisis y otras secuelas de quienes vivieron para contarlo; ahora los accidentes aún representan un 23%, pero como la mortalidad de la chavalería ha caído tanto gracias a los avances en seguridad y medicina, supone algo más de un centenar de fallecimientos anuales en vez de más de un millar.)
¿Cómo logramos sobrevivir, dices? Bueno, tengo noticias para ti: hay decenas de miles que no lo lograron y mucha otra gente quedó con secuelas para siempre. Tan solo en el año 1985 por ejemplo (justo al centro de las décadas mencionadas en el video) murieron en España más menores de 1 a 14 años (2.690) que en el cuatrienio 2018-2021 (2.315). En el periodo de 1980 a 1990 una multitud de causas mataron a casi 30.000, casi el doble que en todo lo que llevamos de siglo hasta el último dato disponible: 16.000 entre 2001 y 2021.
Todos los males mataniños han caído a lo bestia en estas tres décadas gracias al progreso de la ciencia y le técnica, así que quienes se mueren, ya sólo se mueren de las pocas cosas que todavía son capaces de matarnos antes de tiempo; exactamente igual que sus mayores. Dado que el cáncer aún es duro de combatir, su representación en las causas de mortalidad a esas edades ha aumentado igual que a las demás; pero, pese a ello, la cifra total se ha desplomado igualmente. Entre otras cosas, porque un diagnóstico de cáncer infantil en aquellos años era poco menos que una condena a muerte y ahora la gran mayoría viven.
¿Y todo este rollo a qué viene?
Viene a la peligrosísima facilidad con que se puede engañar a la gente (o al menos conseguir el clic, y ya se sabe, tú difama, que algo queda) cuando falta cultura general, cuando falta formación científica y cuando falta pensamiento crítico.
Y que no vaya a salirme nadie con los supuestos seres de luz que "fuimos a EGB" y cómo las leyes educativas y pedagogías posteriores lo han estropeado todo para crear generaciones de idiotas ni memeces por el estilo. No discutiré yo que abundantes gobiernos de todo el mundo han hecho un gran esfuerzo para convertir al pueblo en buenos robotitos al servicio de lo que manden los mercados esos sin la capacidad de discutir lo que les embuten por sus medios, pero...
...pero entre los tragaldabas de bulos y burradas sin la menos lógica más glotones que conozco se cuentan abundantes coetáneos que se sacaron la EGB con tabletas de sobresalientes, se sacaron el bachillerato con tabletas de sobresalientes, y a veces luego una o dos carreras de campanillas. Si es que no las crean ellos. Y ellas. Estupideces con tales niveles de irracionalidad que necesitas estar metido en sus cabezas (o sus sectas mediáticas) para que tengan algún sentido, muy difíciles de debatir porque ni sabes por dónde meterles mano sin devolverles primero a una de aquellas deslomantes sillitas de 1º de EGB y empezar otra vez desde cero. Reglazos incluidos.
(Por cierto, un recadito sobre la EGB, o al menos la EGB que yo viví: si bien cumplía con lo prometido en su nombre, o sea proporcionarte una educación-general-básica, lo hacía de un modo totalmente memorístico. No se buscaba que aprendieras a pensar salvo para resolver los problemas más inmediatos de mates y poco más. Y, excepto por algún profe progre, toda expresión de pensamiento crítico era expeditivamente aplastada a las buenas o a las malas como es de esperar bajo una tiranía que no acababa de morir. Me flipan en particular esos que dicen que "no estaba politizada, como ahora": estaba salvajemente politizada hasta extremos ridículos para inculcar sumisión ciega al nacionalcatolicismo militarista del régimen que aún después de muerto el tirano seguía ahí. Sólo empezaron a "aflojar la mano" un poco cuando la democracia fue abriéndose paso... y yo ya la estaba acabando, pero ahí quedó eso en la tierna mente de millones. Por haberlo vivido en persona, doy fe.)
Y quizá por eso, hay un patrón en esos bulos y burradas que te decía: claramente, muchos de ellos buscan devolvernos —unos de manera consciente y otros porque les suenan al gusto de sus nostalgias— a aquellos malos tiempos. O incluso anteriores, a una historia falsa y mitificada que en realidad no es sino aquella vieja Europa de opresión, tiranía, opulencia para pocos con miseria para muchos y constantes baños de sangre. Bien es cierto que el péndulo de la Historia oscila siempre entre el progreso y el atraso, pero la verdad, nunca en el siglo XX esperé encontrarme con reaccionarios auténticos en pleno siglo XXI... que además se lo creen. Quiero, necesito traer aquí al maestro de millones que me inspiró desde el primer día para meterme en el jaleo de escribir esta Pizarra que lees para recordar su advertencia:
“Si no somos capaces de pensar por nosotros mismos, si somos renuentes a cuestionar la autoridad, entonces somos sólo marionetas en las manos de quienes están en el poder. Pero si los ciudadanos están educados y son capaces de formarse su propia opinión, entonces los que están en el poder trabajarán para nosotros. En todos los países, deberíamos enseñar a nuestros hijos e hijas el método científico y las razones por las que existe una Declaración de Derechos. Y con ello, una cierta dosis de honestidad, humildad y espíritu comunitario. En el mundo acosado por los demonios donde vivimos por el mero hecho de ser humanos, esto puede ser todo lo que se interponga entre nosotros y la oscuridad.”
—Carl Sagan: El mundo y sus demonios: la ciencia como una luz en la oscuridad (1995).
Lo de la honestidad, humildad, espíritu comunitario y las razones de derechos está claro —o debería estarlo a menos que seas enemigo de la Humanidad y estés en contra—, pero... ¿por qué el método científico?
Porque el método científico, cuando se aplica, es quizá la herramienta más poderosa contra la mentira y la manipulación. Siempre y cuando lo dejes trabajar y no quieras creer, —en cuyo caso se desactiva todo sentido analítico y crítico—, o no seas intelectualmente más vago que las piedras, incluso a nivel elemental es un fuerte escudo al menos contra las chorradas más obvias.
Vimos un ejemplo palmario hace dos semanitas escasas. Y este no es un caso que pueda atribuirse al conocido "mentiras, mentiras malditas y estadísticas" que he utilizado arriba para ilustrar mi punto. Además, a diferencia de este pequeño experimento con mi titular, este otro titular (y no sólo el titular) impactó a millones de personas por todo el mundo:
Como recordarás a menos que anduvieras de paseo por las órbitas de Alfa Centauri o así, el lunes 23/01/2023 circuló por los grandes medios serios el bulo de que el núcleo interno terrestre se había parado. O, incluso, que había invertido su sentido de rotación respecto al manto, la superficie y el resto del planeta en general. Por supuesto, explayándose al respecto de ciertos apocalipsis subsiguientes que tal cosa podría causar, que eso siempre vende y atrae clics a saco. Curiosamente (o quizá no tanto), al núcleo externo ni mencionarlo, pese a que está en medio y tendría enorme importancia durante un fenómeno así.
Si la memoria no me falla, lo primero que dije mientras aún acababan de contármelo fue:
—Pero eso no puede ser.
Mi interlocutor, que conoce mis prontos escépticos, intentó avalarlo:
—Que sí, Yuri, tío, que no es que haya salido en lo de Iker ni nada de eso; lo dicen en [un medio “serio”], [otro medio “serio”] y hasta en la web de [publicación científica revisada por pares] y en el Twitter de [institución científica] y...
—Me da igual —insistí—. Te digo que eso es imposible. A ver, para empezar: ¿de dónde ha salido la burrada de energía que hace falta para parar algo con la masa del núcleo terrestre?
...y se hizo el silencio.
¿Cómo es posible que tipejos como yo, divulgadores “de guerrilla” y otra ciudadanía de a pie, pudiéramos decir «eso es imposible » al instante contra lo que afirmaban medios tan importantes —e incluso se le coló al principio a algunas prestigiosísimas instituciones científicas— y nos viéramos compelidos a salir de inmediato a cortarle el paso al miedo?
Sí miedo: con semejante irresponsabilidad asustaron a mucha gente sencilla. Enseguida comencé a recibir llamadas y mensajes de gente que opina que controlo un poquito de la cosa científica en busca de más datos. Había personas meramente interesadas pero otras francamente espantadas, justo porque el bulo no venía de las basurillas mediáticas habituales que les tengo dicho que ignoren, sino de las cabeceras fetén e incluso de algunas instituciones científicas verdaderas que se hicieron eco sin comprobarlo primero. Había personas muy asustadas y existen antecedentes de que este tipo de noticias pueden ocasionar o contribuir a suicidios y otros males en gente que se encuentra en estado de fragilidad psicológica.
Así que al momento empecé a cabrearme y verlo todo rojo, que dicen.
Y cuando los compis de Público me dijeron que si quería escribir algo al respecto me lo ponían en portada ipso facto, me faltó tiempo para dejar lo que estaba haciendo y redactar este "quitamiedos de urgencia" para... eso, quitarle el miedo a un montón de personas sencillas y explicarles que les estaban contando memeces, que no se creyeran nada. Me consta que no fui el único y no sé si fui el primero (ni me importa). El imprescindible Un Geólogo en Apuros, por ejemplo, estuvo también al quite rapidísimo e incluso salió en La Sexta aclarando el asunto ese mismo día. Fijo que no fuimos los únicos: si te estoy omitiendo, no va con mala intención ni nada; es sólo que no me he puesto a rebuscar más. El caso es que lo hicimos, y lo hicimos cuando la gente lo necesitaba.
Una vez colgada la medallita, repito: ¿cómo es eso de que un cualquiera como yo, por ejemplo, deduzca al instante que lo que decían todas esas grandes autoridades era más falso que un billete de cinco maravedís? ¿Acaso tras este avatar de Yuri se oculta una genial Inge Lehmann rediviva? ¿O un geofísico de campanillas, un experto top en Ciencias de la Tierra, futuro candidato al premio Nobel, quizás...?
Qué va. Lo que ocurre es que aprobé la educación secundaria.
Pero por los pelos, no te vayas a creer: aunque de crío yo también era el típico niño de los sobresalientes, después la adolescencia y sobre todo asuntos vitales más perentorios que se cebaron con mi familia y por tanto con mi neurona me ayudaron a repetir el último curso. Al final creo que aprobé por gracia de algún profe piadoso, pues nunca me quedó claro cómo ese par de cuatros que —honestamente— eran más bien treses acabaron convertidos en cincos y por tanto "sufi". Luego, a trabajar, que no eran aún tiempos para que el nuevo hombre de la casa de una familia obrera con ese expediente menos que regular en los últimos cursos de secundaria —y por tanto sin becas— perdiera el tiempo con la selectividad para darse lujos como ir a la universidad. Pasé la prueba para mayores de 25 por libre muchos años después. Mucho después de los 25, quiero decir.
Uh... verdaderamente debo estar haciéndome viejo porque empiezo a contar mis batallitas de aquellos tiempos a enterrar para que no vuelvan nunca jamás —por mucho que algunos quisieran— y tú no vienes a la Pizarra a leer eso. Al grano: en esos años de educación básica y media, antes y ahora, te enseñan cosas como el tamaño de la Tierra, su estructura interna, puede que mencionen algo de las enormes masas implicadas (o al menos los tamaños), esos fundamentos del esencial método científico, el volumen de los cuerpos, las leyes de Newton, el movimiento circular, la energía cinética y cómo calcularla... vamos, lo justito para no salir analfabestias y sentar algunas bases de cara a futuros estudios superiores, si es que la vida va a llevarte por ahí.
Bastaba con hacer el mínimo esfuerzo de no olvidar esas enseñanzas, o actualizarse un poco después, para darse cuenta al instante de que esto del núcleo arrestado, digo detenido, era imposible y además una tontada.
En mi caso, como te digo, fue tan solo por pararme a pensar dos segundos y, antes incluso de comprender, intuir que no existe ningún mecanismo de acción conocido para hacer algo así; que la energía necesaria sería monumental pese a no haber ningún origen imaginable para la misma; y que si de algún modo mágico alguien o algo lograra aplicar semejante energía al núcleo interno terrestre en un tiempo de vida humana o por ahí... bien, entonces sí estaríamos en problemas. Problemas de los que se pueden clasificar en la carpeta de destrucción planetaria y que ya habríamos venido experimentando durante todo el proceso de ralentización.
Y lo intuí porque es trivialmente obvio para cualquiera que haya visto un dibujito de las tripas de la Tierra como el que seguro habrás visto muchas veces en estas dos semanas...
...y que sepa que la Tierra rota sobre su eje y que las cosas no aceleran (o deceleran) por arte de magia, sino que para hacerlo necesitan una fuerza proporcional a su masa y a aceleración (o deceleración). Ya está. No hacía falta más.
¿Que dudas de mi intuición, dices? Tsk, tsk...
De acuerdo: hay muchísimas otras cosas a tener en cuenta, no sólo las energéticas, pero hagamos el más sencillo de todos los cálculos. Uno de esos que los anglos llaman back of the envelope y que aquí se traduce a veces como cálculo en la servilleta (yo añadiría del bar para hacerlo más auténticamente nuestro). O sea, tan solo para saber máh-o-menoh de cuánto estamos hablando, o si vamos máh-o-menoh bien encaminados. Para simplificarlo al máximo, imaginemos por unos momentos que el núcleo interno de la Tierra fuera un pequeño planeta rotando en el casi-vacío del espacio exterior una vez por día terrestre. ¿Cuánta energía rotacional carga eso?
Pues veamos: el núcleo interno terrestre en cuestión tiene un radio estimado de 1.220 km; o sea, algo más que el tamaño del planeta enano Plutón. Por tanto, con una densidad calculada media de unos 11 kilos por litro de volumen, su masa asciende a aproximadamente 8,37 x 1022 kg. Oséase, un 837 seguido de veinte ceros de kilos. Resulta un poquito difícil visualizar esto en el popular sistema de unidades en campos de fútbol. Pero si de algún modo lográramos embutirlo en los típicos contenedores intermodales estándar de 40 pies (12,2 metros de longitud) que habrás visto por ahí muchas veces en los barcos y en las carreteras...
...pues, para cargar el núcleo terrestre, el trenecito de containers de esos se extendería a lo largo de unos 3.900 y pico años-luz. Aproximadamente el triple que desde aquí a la nebulosa de Orión. Vamos, 3,17 x 1017 campos de fútbol, para entendernos. :-P
OK. Ahora que ya nos hemos hecho una idea de la monumental masa del núcleo terrestre, tenemos que calcular su momento de inercia. El momento de inercia I de una esfera compacta así son dos quintos de su masa (en kilos) multiplicada por el cuadrado de su radio (en metros). Resolvemos eso rápidamente y nos sale otro número aún más bestia: I asciende a casi 5 x 1034 kg·m2.
Ya casi hemos acabado. Introducimos ese dato en la ecuación de la energía cinética rotacional, que es igual a la mitad del momento de inercia I por la velocidad angular ω al cuadrado, le decimos que dicha velocidad angular es de una vuelta por día sideral (o, más precisamente, 0,00007292 radianes por segundo), la resolvemos también y...
...resulta que la rotación del núcleo terrestre carga una energía de más de 1,32 x 1026 J, o sea 1,32 yottajulios larguitos. ¿No te encantan esos prefijos de los grandes números que dejan a los megas, gigas, teras, petas y exas en minucias...?
A ver cómo te explico yo cuánta energía es esa. Espera, que me entra la risa tonta... XD
...OK, OK: por ejemplo, 1,32 yottajulios son como 315 impactos del meteorito de Chicxulub, ese que contribuyó decisivamente a la extinción masiva que se llevó por delante a los dinos no avianos y otras muchas especies más.
1,32 yottajulios es la energía total liberada por el sol cada tercio de segundo. La total.
La energía generada por el explosivo más potente que crearon manos humanas, el famoso Emperador de las Bombas (más conocido como Bomba del Zar), ascendió a unos 57 megatones. Eso son “apenas” 2,76 x 1017 J, casi quinientos millones de veces menos. La detonación de todas las armas nucleares y convencionales producidas por la Humanidad a lo largo de toda nuestra historia ni se notaría en medio de una explosión con la energía necesaria para detener el núcleo interno de la Tierra incluso sin tener en cuenta todo lo demás, como —por ejemplo— el brutal rozamiento contra el núcleo externo que eso supondría. Y sus consecuencias, nada felices.
Lo grave de este asunto es que, como dije en mi "quitamiedos", esta vez la culpa no se le puede echar al característico analfabetismo funcional de tantos creadores de opinión. Les vino ya dado: el bulo se originó en este breve (ahora corregido, más o menos) de una de las revistas revisadas por pares más prestigiosas del mundo sobre estos asuntos planetarios: Nature Geoscience, ni más ni menos... donde los propios autores del descubrimiento auténtico lo habían publicado:
Detallemos: el descubrimiento, realizado por científicos de la Universidad de Pekín, es perfectamente kosher: posiblemente exista esa oscilación levísima en la superrotación del núcleo interno: unas décimas de grado por año, implicando energías mucho más pequeñas. Nada que objetar y menos yo, que efectivamente no soy geofísico ni nada que se le parezca.
Pero ese breve que se sacó de la manga Nature Geoscience para presentarlo resulta ya, como mínimo, ambiguo. Yo, que soy más bruto, lo definiría como falso y amarillista. Sobre todo el titular, que es lo que más pega: convirtieron el original Variación Multidecadal de la Rotación del Núcleo Interno Terrestre en La rotación del núcleo interno terrestre cambia a lo largo de las décadas y casi se ha detenido. Con un par, aunque luego, más abajo y más pequeño, lo matizaran un poco.
De hecho, es aún más falso y amarillista que mi titular de hoy. Porque el mío, como dije, es por lo menos rigurosamente correcto, aunque induzca una mentira. Ese no lo era: ese forzaba el lenguaje y terminaba diciendo "...y casi se ha detenido" (aludiendo directamente a la rotación del núcleo interno terrestre en el sujeto de la oración), cosa falsa por completo. Lo que ahora, así a lo discretito, ha sido cambiado a la rotación diferencial de dicho núcleo, que es más correcto y busca salvar la cara.
Imagínate tú lo que pienso de todo lo que se dijo e hizo a partir de ahí, porque si lo escribo yo, luego los papás y mamás me regañan porque no le pueden enseñar la Pizarra a sus menores de 16. (¡Santa inocencia...! ...de los papás y mamás, quiero decir. :P )
Y... OK, vamos al grano allá. Como puedes suponer fácilmente, estoy usando estos ejemplos para no meterme en política. Para que nadie me mire al dedo en vez de al gravísimo problema que quiero señalar ni me salga con la mamarrachada del "¡pues los tuyos más!" ni demás memeces de gente con la neurona averiada. Colarle con tanta facilidad a la gente que los casos de cáncer infantil en España se han disparado o que el núcleo interno de la Tierra ha sido detenido por las autoridades científicas es malo, pero hasta cierto punto inocuo si sacamos de la ecuación el miedo y la inquietud que generan.
Lo grave, como ya apunté antes, es que delirios análogos de tipo político, social y económico se le están colando al pueblo justamente explotando las mismas gravísimas carencias en cultura general, formación científica y pensamiento crítico que padece una clara mayoría de la población. Lo que inevitablemente conduce a posturas cada vez más extremistas, demonización del oponente y del Otro mediante bulos dirigidos y la veloz importación de la política de la conspiranoia, que al final del camino sólo pueden conducir a la catástrofe.
Asistimos ante nuestros ojos pasivos a múltiples reediciones de cosas muy parecidas a los Protocolos de los Sabios de Sión, la leyenda de la puñalada por la espalda y demás invenciones maléficas que ya destruyeron medio mundo y a decenas de millones de personas una vez, sólo que en versión actualizada y youtubera. Pasito a pasito, bulo a bulo cada vez más políticamente incorrecto, y en medio de grandes fuerzas propagandísticas con gigantescos medios, capitales y potencias detrás, he adquirido la desasogante convicción de que volvemos directamente hacia ahí. De que todo el asunto ha adquirido ya tal inercia propia que no sé si puede pararse incluso si quisieran pararlo, como un núcleo terrestre cualquiera.
Con un mínimo de cultura general, de razonamiento tipo científico y de pensamiento crítico, millones de personas ya sectarizadas al extremo de los ojos saltones y la desprogramación imposible se habrían tomado a cachondeo simplezas tan ridículamente obvias como las de esos dos titulares, como las muchas más que ahora forman el núcleo indisputable de sus convicciones.
Y eso no lo arregla una ley educativa ni diez porque esto no se arregla en las escuelas.
Eso tiene que calar en el conjunto de la sociedad y reemerger de la misma porque ya está ahí y sólo puede arreglarse ahí. Deprisa.
Porque de lo contrario, ya te digo lo que opino: a baños de sangre vamos, como siempre hicimos, si esto no se toma muy en serio ya. "En serio" en plan militante, en plan terapia de shock. Es hora urgente de aplicar las palabras del maestro Sagan. La manipulación y polarización del público explotando estas carencias se ha adentrado ya en extremos que no sé si son reversibles aún. Desde luego tengo claro, porque lo he visto ya ocurrir, que con buenas palabras y pañitos calientes y tiritas no se va a decelerar y mucho menos revertir.
Tenía que decirlo porque ya lleva mucho asfixiándome. Temo por quienes menos culpa tienen de todo esto, que son la mayoría. Bien sé que lo más probable es que, como siempre, esto que digo y hago no tenga el menor efecto sobre la realidad. En el mejor de los casos, igual alguien me reconoce después de la carnicería como a todos esos que en distintos lugares y momentos de la Historia lo vieron venir e intentaron avisar... suponiendo que se les reconozca algo, claro. Porque un apocalipsis es altamente improbable, si; pero como ahí mismo dije, las grandes masacres, sufrimientos y retrocesos que luego necesitan generaciones enteras para recuperarse no lo son.
Miedo, sí. Es miedo.
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