Opinión

La 'vida no bella' de los niños del Campo de Exterminio Gaza, en cinco notas

Un chico inspecciona los escombros de la casa destruida tras los ataques aéreos israelíes contra el campo de refugiados de Al Maghazi, al sur de la Franja de Gaza. EFE/EPA/MOHAMMED SABLE
Un chico inspecciona los escombros de la casa destruida tras los ataques aéreos israelíes contra el campo de refugiados de Al Maghazi, al sur de la Franja de Gaza. EFE/EPA/MOHAMMED SABLE

Por Nazanin Armanian

Analista política y traductora persa y dari

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    • Disparar misiles sobre viviendas, donde los menores se refugian junto a las mujeres de la familia (de hecho, estos dos segmentos sociales constituyen el 70% de las víctimas, según la ONU), y se quedan sepultados bajo toneladas de bloques de hormigón. Aquí, si ven un niño con una marca, recuerde que es distinto en tres aspectos con la que llevaban sus hermanos en los campos nazis: se la ponen los padres, que no los verdugos; son sus nombres, que no números que distinguían las razones de su ingreso en el campo de aquellos fascismos; y se los escriben sobre su cuerpo, que no en una tela en forma de triángulo cocida a su ropa. Si se mueren, podrán localizar a sus padres si han sobrevivido, y si no los médicos les pondrán otra etiqueta: "WCNSF" (el acrónimo en inglés de “Niño Herido Sin Familia Sobreviviente”) y serán uno de tantos miles de niños huérfanos made in Israel. “¡Aquí está mi madre, la conozco por el pelo!” gritaba, otra huérfana, de 7 u 8 años “rechazando el consuelo de quienes intentaban calmarla diciéndole que no era ella”.
    • Impacto de las bombas sobre sus cuerpos de muñecos de trapo a largas distancias. Cada 10 minutos un niño muere en Gaza, dice la OMS. Los pocos que sobrevivan a tales ataques sufrirán deformaciones (quemaduras, piernas y brazos amputados) de por vida. Los niños supervivientes de las guerras organizadas por EEUU contra Irak, Afganistan (y sus hijos de uranio), Yugoslavia, Libia, etc. corroboran este “genocidio”, dirigido también a las generaciones venideras.
    • De forma preventiva: el asesinato de las mujeres embarazadas facilita la tarea del genocidio. Conforme a las estimaciones de la ONU, en octubre había unas 50.000 mujeres embarazadas atrapadas bajo los bombardeos, sin agua, comida, electricidad, medicinas; unas 5.500 darían a luz en un mes (alrededor de 160 partos cada día). No se sabe cuántas han muertos bajo las bombas y escombros con sus bebés, ni cuántos niñas y niños perdieron la vida durante el parto de sus madres, rodeadas de cadáveres y cuerpos mutilados. Sí conocemos el caso del bebé sin nombre del barrio Jan Yunis que los médicos del Hospital Nasser le sacaron del vientre de su madre muerta el 24 de octubre.
    • Durante el embarazo: las mujeres embarazadas palestinas ya sufrían falta de atención necesaria y desnutrición incluso antes de esta nueva ronda de ataques militar, lo que aumentaba el riesgo de desnutrición, enfermedades, tanto de la muerte como de su bebé. La tasa de niños no nacidos, durante las guerras, se dispara por el estrés de la madre, falta de higiene, etc.
    • En las incubadoras: los hospitales pediátricos Al-Nasr y Al-Rantisi tampoco se salvaron de las bombas. Los médicos se llevaron a los que pudieron salvar, con los tubos y máquinas puestos. Cuando el 28 de noviembre, durante un alto el fuego, regresaron encontraron ya muertos a cinco bebés prematuros. Un video de la CNN del 8 de diciembre muestra la espantosa escena de los cuerpos en descomposición de varios bebés en el hospital Al-Nasr, aún conectados a
    • Empujarles al suicidio. Desconozco si hubo casos del suicidio infantil en los campos de horror nazi o del franquismo, pero en el de Gaza, al menos ya hay registro de un intento, La CNN cita al palestino Haj-Hassan que, durante los bombardeos israelíes, había tenido que parar en seco su coche, al ver un niño corriendo delante de su vehículo. Al preguntarle el motivo, el pequeño había contestado: 'Sólo quiero morir'. Ya no puedo soportar el miedo a morir'”. La tasa de suicidio ya era muy alta en Gaza. El año pasado, contaba Save The Children, el 80% de los niños de Gaza sufría depresión, tristeza y miedo debido a 15 años del bloqueo israelí, y más de la mitad pensaba en acabar con su vida.

Nazanin Armanian

Miembro de Grupo de Pensamieno Laico

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