Opinión
Ya tuvimos bastante con 'Fariña'
Directora corporativa y de Relaciones institucionales.
-Actualizado a
El presidente de la Xunta de Galicia se ha estrenado en la sucesión de Alberto Núñez Feijóo asegurando que la llegada del rey emérito a Sanxenxo (Pontevedra) supone poner "en el mapa" a una nación histórica -con permiso de Bendodo- en la que habitan 2, 7 millones de gallegos y gallegas, bajando peligrosamente (en el último año, Galicia ha perdido 6.500 habitantes) y con una tasa de envejecimiento histórica, y creciendo, del 207,3 %: hay 207 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16.
Pese a todo, Alfonso Rueda está contento: se estrena en el cargo recibiendo a un evasor fiscal y a un comisionista sin pudor alguno, que se aprovechó de su posición institucional, la primera del Estado, para forrarse obscenamente y que dice que da una publicidad positiva a Galicia para atraer el turismo. El alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, del PP como Rueda y Feijóo, ha sido el encargado de confirmar la noticia que dio el periodista Fernando Ónega en Onda Cero el lunes: Juan Carlos I viajará a las regatas de las Rías Baixas desde Abu Dabi, en donde vive expulsado por su hijo Felipe VI, que fue quien lo condenó primero, por más que monárquicos, derecha y ultraderecha, valga la redundancia, se desgañiten echando la culpa al Gobierno de coalición.
A efectos de criminalidad, aunque salvando las distancias, es como si el crimen organizado que habita la Costa del Sol pusiera en el mapa a Marbella o Málaga para bien. Salvando las distancias, digo, porque en la Costa del Sol se calcula que hay unos cien grupos criminales muy violentos y el emérito, violento no es, que sepamos, pero se basta y se sobra él solo para cometer delitos durante cuatro décadas sin que nadie le tosa, y hasta le protejan el resto de instituciones vía constitucional y todo. Si eso no es organización, que venga la mafia y lo vea.
Desconozco cuánta de esa población gallega que cuantificaba al principio está contenta con el aterrizaje de un maleante impune, por muy real que sea, y toda su corte de súbditos, incluido el regidor Martín, que pretende que nos creamos que gracias al Borbón, Sanxenxo es la Marbella gallega. Aunque si lo dice por lo del crimen organizado antes citado, entonces estamos de acuerdo. Sorprende, en todo caso, este elogio del ladrón por parte del PP, que parece no haberse enterado que la restauración de la imagen de la monarquía -por los suelos en este momento-, encarnada ahora en Felipe VI, se basa en el asesinato del prestigio de Juan Carlos I para encumbrar la ejemplaridad de su hijo por comparación. Un insulto a la inteligencia, sí, sobre todo viniendo del PSOE, pero en ésas andan para los súbditos y súbditas que quieran creerlo.
Señor Rueda, Galicia lleva en el mapa muchos años y por muchas, muchísimas, cosas buenas, por más que la derecha ponga todo su empeño, desde hace décadas, en destrozarla y convertirla en un territorio deshabitado, envejecido y, ahora, entregado a un rey corrupto. La complicidad de AP-PP con la corrupción al más alto nivel viene de lejos; de hecho, es posible que el partido que fundó Manuel Fraga no fuera nada sin su conchabeo y lluvia de pesetas, entonces, con los contrabandistas y/o narcos Barral, Bea Gondar, Vioque o Marcial Dorado (éste sonará más al respetable por su fotogenia), entre otros muchos, que nutrieron durante años las arcas de la derecha gallega, germen de la española. Siempre recomiendo Fariña (Nacho Carretero, Libros del KO), que como el emérito, puso recientemente a Galicia en el mapa para el horror de muchos y muchas españolas, que conocían solo de forma muy superficial la tragedia de la droga en los 80, que se llevó en Galicia el futuro y la vida de tantos jóvenes.
El Día das Letras Galegas, este martes 17, el emérito anunció, vía alcalde de Sanxenxo, su llegada a Galicia este fin de semana. La fiesta de la lengua gallega ha homenajeado a Florencio Delgado Gurriarán, el hombre que organizó el auxilio a los republicanos perseguidos por Franco y confinados en los campos de refugiados de Francia. Delgado Gurriarán, Castelao, Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, antes, o, ahora, Luís Tosar, Luz Casal, David Cal, Julia Otero, Domingo Villar, sanitarios y profesores asfixiados por los recortes de los servicios públicos, un sector primario estrangulado que clama por los recursos que les corresponden... Tantos y tantas sí pusieron y ponen a Galicia en el mapa, mientras los del PP, AP y sus antecesores prefieren inclinarse ante los corruptos, como siempre. "Levan a Cristo por fora, / levan o demo por dentro; / pregan o Santo Rosario, / andan a matar labregos". Qué vergüenza.
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