Opinión
Somalia vista desde Occidente
Por David Bollero
Periodista
Llevamos meses viendo imágenes de Somalia, de todo el Cuerno de África, contra las que creíamos que estábamos ya inmunizados. La inhumanidad que nos trae consigo el capitalismo y contra la que es complicado luchar -uno, sencillamente, se deja llevar- hace que la imagen de un niño de tres años, con el vientre hinchado y la boca llena de moscas ya no cause el mismo efecto que antaño. No lo hace. No se engañen. Y si esta vez ha surtido algo más de efecto es porque el bombardeo mediático ha sido extraordinario. La ocasión lo merecía -siempre lo ha merecido, en realidad-, pero piensen por un momento: ¿acaso no habría tenido que ser suficiente con una sola imagen, y no cientos de ellas?
Sea como fuere y en el contexto de las Relaciones Internacionales, hoy traigo un buen ejemplo de cómo esta inmunidad al dolor ajeno se hace aún más patente en los Gobiernos. Corre hoy la noticia por aquí de que David Cameron organizará el año que viene una conferencia mundial en Londres, bajo el nombre de Conferencia Somalí. ¿Buenas noticias? Ojalá, porque con la hambruna que está padeciendo el Cuerno de África, uno pensaría que el evento tiene por objeto abordar esta injusticia... pero no. El tema central de la Conferencia Somalí será cómo combatir la piratería.
A fin de cuentas, para Cameron Somalia no es más que "un estado fallido que amenaza directamente los intereses británicos". Curioso. Si fuéramos honestos, veríamos que es Reino Unido quien amenaza directamente los interes somalíes. No olvidemos que los británicos y sus intereses pasaron por el país en los siglos XIX y XX, incluso, en 1960 fue protectorado británico.
¿Algún mandatario de Occidente se habrá planteado alguna vez montar una conferencia para atacar los problemas de raíz del Tercer Mundo? Ni siquiera ahora, que muchos de los países emergentes a los que antes mirábamos por encima del hombro serán nuestros salvadores usureros en Europa, somo capaces de mirar a largo plazo, de ser honestos. Y no es que uno crea en el karma, pero sí en el refranero, ya ven, y seguimos tropezando una y otra vez con la misma piedra: Combatir barriendo para casa sin atajar los problemas de raíz -en este caso, ayudando al desarrollo- es cavar nuestra propia tumba y, si me apuran, enterrarnos vivos.
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